La moxibustión
La moxibustión (chino: 灸, pinyin: jiǔ) es una terapia de la medicina oriental que utiliza la raíz prensada de la planta altamisa o artemisa a la que se le da forma de cigarro puro denominado moxa. Juega un importante rol en los sistemas de medicina de China, Japón, Corea, Vietnam, Tíbet, Mongolia. Los proveedores usualmente envejecen la altamisa y la muelen hasta convertirla en polvo; y los practicantes lo queman o lo procesan aún más en escamas que recuerdan a cigarros. A veces lo usan indirectamente, con agujas de acupuntura, y otras lo queman "sobre" la piel del paciente.
Teoría y práctica
Los practicantes usan moxa para entibiar regiones y puntos de acupuntura con la intención de estimular el sistema circulatorio a través de puntos e induciendo un flujo mejorado de sangre y qi. Sería que la altamisa actuaría como emenagogo, significando una estimulación sanguínea en la zona pélvica y el útero. Se asegura que la moxibustión actúa contra resfríos y descomposturas, y también hay evidenica de servir al posicionamiento "de cabeza" del feto que se está presentando "de nalgas" con parto distócico.
Los historiadores de la medicina aseguran que la moxibustión es previa a la acupuntura, y el suplemento de la moxa es después del 200 a. C.
Diferentes Escuelas de acupuntura usan moxa en varios grados. Por ej. la acupunturistas de los 5 elementos usan la moxa directamente en la piel, mientras la MTCh usa rollos de moxa y lo usan sobre el punto a tratar. A veces lo pueden quemar con una fina capa de polvo de raíz de gengibre para prevenir ampollas.
Los practicantes consideran a la moxibustión especialmente efectiva en tratar problemas crónicos, "condiciones deficientes" (debilidad), y en gerontología. Bian Que (fl. circa 500 a. C.), uno de los más famosos y semilegendarios doctores de la China remota y el primer especialista en moxibustión, discutía el beneficio de la moxa en la acupuntura en su clásico trabajo. El aseveraba que élla traía nuevas energías al cuerpo tratando tanto excesos como deficiencias. Pero a su vez, advertía contra el uso de la acupuntura en ciertos debilitados pacientes, en la seguridad que con la manipulación de las agujas se podía perder demasiada energía.
Los expertos pueden usar agujas de acupuntura de varios materiales en combinación con moxa, dependiendo de la dirección del flujo qi que desean estimular.
Las teorías de meridianos y puntos se aplican igualmente para la moxibustión, pero ésta aparece especialmente indicada para ciertas patologías, donde la acupuntura (solo punción de agujas) se muestra menos efectiva.
Como ejemplo de ello encontramos todas las enfermedades cuya causa es el frío (escuela del frío), y en aquellas que hay debilidad y vacío principalmente, pero sin olvidar que con la moxa se estimula de forma más duradera y permanente todos aquellos puntos seleccionados.
Finalmente hay que atender a la característica de cada punto y meridiano en sí, pues aunque se moxe, esto es, aunque se meta calor en el cuerpo o el punto, este puede obtener características frías, o capacidad de sacar el calor del cuerpo o de determinadas zonas.
En un caso práctico podemos quemar en un estado febril con lo podemos tener dos efectos, por un lado meter calor en el cuerpo si dicha fiebre es debida a un enfriamiento, y por otro subir frescor a la cara y cabeza.
Podemos poner muchos ejemplos, como los enfermos del aparato circulatorio, congestión de cabeza y con riesgo de ruptura de vasos (derrame cerebral, trombosis, congestión, epistaxis, angor, infarto, etc) sacando ese calor y refrescando la zona.
La técnica Coreana usa artemisa en polvo refinada de color amarillo o verde, dependiendo de su calidad. Se aplica moxibustión directa o indirecta. Esta última se denomina así cuando se hace por ejemplo, sobre rodajas de jengibre o sobre un poco de sal.
Es fantástica y específicamente indicada para diarrea, procesos febriles, enfermedades por frío y problemas de huesos, reumatismo, artrosis, etc. Muchas veces con una sola sesión se acaba con la diarrea y la tos recurrentes.
La moxibustión es excelente sobre todo en zonas frías, procesos degenerativos, circulatorios, casos crónicos y faltos de fuerza, para ancianos, etc.