Hipótesis sobre el origen del Tarot
Es común escuchar en los círculos esoteristas del “origen egipcio” del Tarot sin detenerse a reflexionar si dicha afirmación es verdadera o simplemente se trata de una “mentira repetida mil veces que termina siendo aceptada como verdad”. Pues bien, hemos decidido ir a las fuentes y echar un vistazo a las principales hipótesis que existen sobre el origen de las cartas de Tarot.
Fuentes primarias y secundarias
En primer lugar, es menester conocer algunos rudimentos sobre el trabajo de investigación histórica y diferenciar entre fuentes “primarias” y “secundarias”.
Una fuente primaria es aquella que se considera de “primera mano”, es decir objetos materiales o testimonios documentales contemporáneos del período histórico que estamos investigando. En el caso de nuestro estudio, si los arquéologos encontraran un naipe, una obra de arte o un papiro egipcio que estuviera indiscutiblemente ligado al Tarot, podríamos hablar de “fuentes primarias” que podrían relacionar al mismo con la civilización egipcia.
Los cilindros babilónicos que conserva el Museo Británico y que Helena Blavatsky vincula al Tarot, son evidentemente “fuentes primarias”.
Una fuente secundaria es un texto son basado en una o más fuentes primarias, analizándolas, interpretándolas y llegando a conclusiones que pueden ser ciertas o no.
En el estudio sobre el Tarot, fuentes secundarias son los escritos de los grandes ocultistas de los siglos XVIII y XIX que estudiaron las cartas y sus símbolos, conjeturando acerca de su origen. En esta categoría encontramos a Court de Gébelin, Eliphas Levi, Helena Blavatsky, Paul Foster Case, A. E. Waite, entre otros.
Desde una perspectiva historiográfica, también podemos hablar de fuentes terciarias que consisten en recopilaciones y colecciones de fuentes primarias y secundarias (por ejemplo un catálogo o una reseña bibliográfica).
Por último, en el ámbito esotérico es posible hablar de un cuarto tipo de fuentes que podríamos denominar “metafísicas”, es decir aquellas relacionadas con los mundos invisibles, por ejemplo cuando un autor hace una afirmación categórica recibida de una entidad metafísica (un maestro espiritual, un ángel o un espíritu) o respaldas sus afirmaciones en una visión clarividente de los “archivos akáshicos”.
Los estudios de Leadbeater sobre las vidas de Alcyone o los de Scott Elliot sobre la Atlántida pueden ser considerados una fuente metafísica. Desde un punto de vista estrictamente científico ninguna obra de este tipo puede ser tenida en cuenta para probar una hipótesis.
Como los textos esotéricos de los últimos dos siglos están repletos de este tipo de revelaciones e investigaciones clarividentes, es importante tener en cuenta esta última advertencia.
Hipótesis del origen
Nuestra intención es hacer un relevamiento de los principales investigadores que se refieron al origen del Tarot y se aventuraron a postular una hipótesis sobre el mismo.
Antes de empezar, es importante hacer una pequeña alusión a los mazos de tarot que se denominan “egipcios”. En primer lugar, ningún estudioso del tema (aún entre aquellos que adjudican un origen egipcio del Tarot) consideran que estos mazos poseen un simbolismo más “puro” que los naipes clásicos de Europa.
A este respecto, Manly Palmer Hall postula que “la validez de los llamados “tarots egipcios” ahora en la circulación nunca ha sido satisfactoriamente establecida. Los dibujos no son sólamente son completamente modernos sino que además que en el simbolismo en sí mismo se nota la influencia francesa más que la egipcia.” (1)
Santiago Bovisio, por su parte, es claro al decir que “el Tarot egipcio, en realidad, no existe; se le reconstruye en base a fundadas suposiciones y testimonios sacados de autores célebres”. (2)
Incluso Eliphas Levi nos previene de estas confusiones afirmando que “el alfabeto de Thoth es el original de nuestro Tarot, sólo de manera indirecta, puesto que el último es de origen judío en las copias que se conservan y sus dibujos no se remontan más allá del reinado de Carlos VII”. (3)
Hipótesis del origen atlante
Entre los autores que describen el origen atlante del tarot, encontramos a Santiago Bovisio, fundador de C.A.F.H. y a Eckard Strohm, Maestro de Reiki y canalizador.
Mientras que la fuente de Strohm es de tipo metafísico (canalización del Arcángel Uriel), Santiago Bovisio parece basarse en las investigaciones de algunos pensadores que le precedieron:
“Las veintidós figuras del Tarot, que son símbolos cosmogónicos, antropogenéticos y teológicos, son de origen atlante. Todos los pueblos arios reprodujeron estas 22 figuras en sus diversos templos, modificándolas paulatinamente.
Los egipcios las sacaron del obscurantismo en que habían caído, devolviéndoles su prístina belleza artística y significativa, llegando a confundir estas imágenes con sus dioses. Y todas las religiones tomaron del Tarot figuras y símbolos”. (4)
En las doctrinas esotéricas pos-blavatskianas es común que se relacione a la cultura egipcia con la Atlántida, afirmando que los fundadores de la gran civilización de los faraones fueron algunos miembros de Poseidonis que sobrevivieron a la catástrofe que hundió al viejo continente atlante. Teniendo en cuenta esto, la Hipótesis de la Atlántida no niega que el Tarot se haya conservado gracias a los egipcios.
Hipótesis del origen egipcio
El primero en referirse a un origen en Egipto del Tarot fue Antoine Court de Gébelin en su obra “Le Monde primitif, analysé et comparé avec le monde moderne” (1781):
“Si se nos dijera que existe en nuestros días una obra del antiguo Egipto, un libro que se salvó del incendio que redujo a cenizas sus magníficas bibliotecas y en el que se trata de las más puras doctrinas, referentes a ciertos asuntos muy importantes, es seguro que una gran mayoría se apresuraría en conocer un libro tan extraordinario y precioso.
Si a esto añadimos que el tal libro se ha divulgado en una gran parte de Europa y que desde hace siglos está al alcance de todo el mundo, la sorpresa sería todavía mayor; pero llegaría a su colmo si afirmáramos que jamás se sospechó de su origen egipcio, que le tenemos muchas veces entre las manos sin saberlo, que nadie se ha preocupado en descifrar una sola de sus hojas, y que el fruto de tan elevada sabiduría es considerado como un conjunto de figuras extravagantes sin mérito alguno. ¿No se diría que deseamos divertirnos a costa de nuestros lectores? PUES BIEN, ESE LIBRO EXISTE.
Lo repetimos, ese libro egipcio, único vestigio de sus soberbias bibliotecas, existe; y es tan común que ningún sabio se ha dignado ocuparse de él. Antes de nosotros nadie sospechó su ilustre origen.
Este libro está compuesto por 77 páginas y también por 78, dividido en cinco clases, cada una de las cuales ofrece aspectos tan variados cuanto instructivos y entretenidos. Digámoslo de una vez: este libro es el TAROT”. (5)
La influencia de Court de Gébelin en los escritores posteriores es notoria y aunque no aporta ni una sola prueba de sus afirmaciones ni hace referencias categóricas a fuentes primarias, en los ambientes ocultistas posteriores a Napoleón que sentían una atracción particular por Egipto, la hipótesis del origen egipcio fue aceptada casi sin titubear.
El influyente ocultista francés Eliphas Levi se hizo eco de esta afirmación y en sus obras divulgó esta relación del Tarot con la tierra de los faraones:
“La base de la ciencia jeroglífica absoluta era un alfabeto en el que las deidades estaban representadas con letras, las letras representadas con ideas, las ideas eran convertibles en números, y los números eran signos perfectos. Este alfabeto jeroglífico fue el gran secreto que Moisés encerró en su Cabala; su origen egipcio es conmemorado en el Sepker Yetzirah, en el que se lo refiere a Abraham. Ahora bien, este alfabeto es el famoso Libro de Thoth, y el Conde de Gebelin fue quien adivinó que había sido preservado hasta nuestros días en forma de cartas del Tarot”. (6)
No obstante, Paul Foster Case consideraba que Eliphas Levi “ciertamente estuvo mejor informado” que Court de Gébelin y Etteila, “pero perpetuó el mito [del origen egipcio] para cubrir su indudable conocimiento de la verdadera historia del Tarot”. (7)
La postura de Oswald Wirth va más allá y relaciona al Tarot con la liturgia de los antiguos templos egipcios:
“Los veintidós arcanos mayores del Tarot representan los cuadros jeroglíficos que se encontraban en los espacios entre las columnas de una galería que el neófito estaba obligado a cruzar en las iniciaciones egipcias. Había veintidós columnas al norte y la misma cantidad al sur, esto es, once cuadros simbólicos a cada lado. Estos cuadros eran explicados al candidato para la iniciación en orden regular, y ellos contenían las reglas y principios para el iniciado. Esta opinión es confirmada por la correspondencia que existía entre arcanos cuando estaban así dispuestos.” (8)
Esta idea de símbolos del Tarot en los templos, seguramente fue tomada por Wirth de autores anteriores como P. Christian que en su libro “Histoire de la magie, du monde surnaturel et de la fatalité à travers les temps et les peuples” asevera lo siguiente:
“El iniciado ve una larga galería sostenida por cariátides en forma de veinticuatro esfinges, doce de cada lado. En cada lado de la pared, entre una y otra esfinge, hay pinturas al fresco, que representan figuras y símbolos místicos. Estos veintidós cuadros están uno frente al otro en pares... A medida que va pasando frente a cada uno de los cuadros el iniciado recibe instrucción del sacerdote...Cada arcano hecho visible y tangible por cada uno de estos cuadros, es una fórmula de la ley de la actividad humana en su relación con las fuerzas espirituales y materiales, cuya combinación produce el fenómeno de la vida.” (9)
Jorge Adoum es otro de los reconocidos esoteristas que ven en el Tarot un vestigio de las doctrinas arcanas del Egipto faraónico:
“El mazdeísmo de Zoroastro salvó la ciencia tradicional porque conservó los Libros Sagrados de los pueblos. Moisés también conservó estos Libros. Los sacerdotes egipcios los guardaron en el Tarot o Torat, que nos llegó integralmente, pasando por las manos de los Bohemios o Gitanos”. (10)
En uno de los libros más completos sobre el simbolismo y el uso del Tarot, Papus opina que:
“El Tarot de Marsella es efectivamente la representación exacta del Tarot egipcio primitivo”
Bibliografía
(1) Hall, Manly Palmer: “The Secret Teachings of All Ages”, Los Ángeles, Philosophical Research Society, 1967.
(2) Bovisio, Santiago: “El Tarot”, sin datos de edición.
(3) Levi, Eliphas: “Historia de la Magia”, Buenos Aires, Kier, 1978.
(4) Bovisio, Santiago: Op. Cit.
(5) Court de Gébelin, Antoine: “Histoire naturelle de la parole, ou Précis de l’origine du langage & de la grammaire universelle ; extrait du Monde primitif”, París, Chez l’auteur, 1776.
(6) Levi, Eliphas: Op. Cit.
(7) Foster Case, Paul: “Highlights of Tarot”, 13a edición revisada, Builders of the Adytum, Los Ángeles, 1989.
(8) Wirth, Oswald, “The Tarot of the Magicians”, citado por Piotr Ouspensky en “El simbolismo del tarot” (Océano, México D.F., 2000)
(9) Pitois, Christian, “Histoire de la Magie”, citado por Piotr Ouspensky en “Un nuevo modelo del Universo” (Kier, Buenos Aires, 1977)
(10) Adoum, Jorge: “Secretário Íntimo, Preboste ou Juiz ou Mestre Irlandês, Intendente dos Edifícios ou Mestre em Israel”, Pensamento-Cultrix, Sao Paulo, 1995.
(11) Foster Case, Paul: Op. Cit.
(12) Andreae, Johann: “Las Bodas Químicas de Cristián Rosacruz”, Mestas, Madrid, 2001.
(13) Hall, Manly Palmer: Op. Cit.
(14) Ouspensky, Piotr: “Un nuevo modelo del Universo”, Kier, Buenos Aires, 1977.
(15) Blavatsky, Helena: “Hermetic and Kabbalistic Doctrines”, artículo tomado de los “Collected Writings” Vol. XIV recopilados por Boris de Zirkoff.
(16) Blavatsky, Helena: “La Doctrina Secreta” Vol. V, 9a edición, Kier, Buenos Aires, 1986.
(17) Ouspensky, Piotr: Op. Cit.
(18) Waite, Arthur: “Tarô: A Sorte Pelas Cartas”, Ediouro, Sao Paulo, 1985.
(19) Ouspensky, Piotr: Op. Cit.
(20) Waite, Arthur: Op. Cit.
(21) Ouspensky, Piotr: Op. Cit.