Terapia DFA
El DFA-Reconocimiento de Patrones Somáticos es un método para reconocer y modificar los patrones que convertidos en hábito limitan tu expresión y tu libertad de respuesta. Explorando la forma cómo has ido organizado tu cuerpo a través de la experiencia de la vida descubres su relación con tus emociones y sistemas de creencias de manera que puedas experimentar y elegir nuevas posibilidades.
Fue desarrollado en los años 80 por Annie Duggan y Janie French, miembros facultativos del Rolf Institute de Colorado, Estados Unidos. Estas dos mujeres que participaron en el Rolfing Movimiento desarrollando después su propia técnica. Se trata de una manipulación muy específica que acompaña con las manos las tensiones alojadas en el cuerpo. Estas tensiones surgieron ante experiencias que se vivían como una amenaza y actuaban como escudos en el plano emocional. El modo en el que nos afectan las situaciones del día a día influye en nuestro cuerpo, tanto a nivel físico como emocional.
El dolor, por ejemplo, puede provenir de una lesión física, una mala postura o puede ser el efecto acumulativo de las tensiones de cada día, como el estrés, el agotamiento, la insatisfacción, etc. Con este método se trata de ayudar a la persona a que sea consciente de cómo ha ido acumulando diversas tensiones en su cuerpo y de cómo las depresiones y otros estados emocionales tienen reflejo en nosotros haciendo que perdamos flexibilidad en una zona determinada. Con el DFA intentamos liberar esa zona, devolverle su movilidad y soltar la carga de tensión retenida en los tejidos.
Por tanto, según el DFA existen patrones de tensión que varían dependiendo de la manera en que vivamos las experiencias en nuestras vidas.El DFA combina la respiración con el trabajo físico, educación postural, conciencia corporal, contenidos emocionales y mentales.
A través del contacto físico y de suaves manipulaciones el practicante DFA transmite a todo tu cuerpo movimientos que proporcionan un profundo descanso a la vez que permiten sentir la libertad del espacio interior y la enorme cantidad de soporte que recibimos del suelo. Tomando conciencia de esta experiencia te acompaña en el hermoso proceso en que vas logrando más libertad y plenitud.
El DFA te proporciona las herramientas para: integrar cuerpo y mente, reducir el estrés y el conflicto, reducir el dolor físico y emocional, mejorar tu aspecto y postura, habitar tu cuerpo más plenamente, disponer de más energía y vitalidad, gozar de mayor libertad de movimiento y respuesta, adquirir más confianza y seguridad etc .
Planteado en sesiones individuales de 1 hora de duración las suaves manipulaciones del cuerpo van acompañadas de un diálogo en el que las palabras brotan del cuerpo nombrando la experiencia y brindan así la oportunidad de comprender lo que uno ha aprendido a hacer, lo que desearía hacer y nuevas posibilidades para llegar a hacerlo.
El practicante DFA te acompaña en el proceso de descubrimiento e integración proporcionándote las herramientas para que tú mismo te hagas dueño de esos cambios. Cada sesión de DFA está estructurada para fomentar el surgimiento de la conciencia. El trabajo se desarrolla entre el profesional y el cliente a través del diálogo, el tacto y el movimiento. El lenguaje del cuerpo emerge y se produce una reestructuración y armonización de la relación del cliente con su propia vida. Cada sesión redefine el desarrollo de esta relación hasta que el cliente conecte plenamente en su cuerpo y en el mundo.
En las sesiones de DFA, el cliente participa en todo, a veces haciendo movimientos específicos, con la respiración o simplemente permitiendo que la conciencia del ser emerja a la superficie. Puede tomar varias sesiones para que el cliente comience a reconocer y entrar en diálogo con su manera interna de trabajar. El profesional participa a través de preguntas y observaciones suaves que ayudan al cliente a desarrollar una conciencia de sus patrones habituales de movimiento. El trabajo es tranquilo y cuidado, lo que ofrece apoyo y seguridad para los clientes a la hora de explorar las formas en que pueden crecer física, emocional y cognitivamente.
Cada sesión se basa en el pasado para ayudar a restaurar la vitalidad física y la conexión con la vida en su plenitud. Cada sesión tiene una duración de una hora. El número de sesiones está completamente determinada por las necesidades del cliente. A veces puede incluso necesitarse durante toda la vida. Pese a que profundos cambios pueden ocurrir en un corto periodo de tiempo, a veces toma más tiempo. En todo caso, los clientes aprenden lecciones de vida para mejorar su propio bienestar.