Té Blanco, poder antioxidante
Existen muchas variedades de té y los más conocidos por sus propiedades benéficas para la salud son: el té blanco (conocido como yinzhen que quiere decir “aguja de plata”), el té verde, el té rojo y el té negro. Se diferencian por la profundidad del procesamiento y su contenido de sustancias que le confieren su potencial curativo llamadas Polifenoles.
El té blanco es la variedad menos procesada, por lo que contiene la mayor concentración de polifenoles, además de esto:
- Es 100% más potente que el té verde y contiene sales minerales como: sodio, potasio, fluor, hierro, sílice, magnesio, calcio y fósforo y xantinas como cafeína, teofilina y teobromina.
- No contiene colorantes, saborizantes ni preservativos, por lo cual su consumo no tiene ninguna contraindicación.
- Contiene menos cafeína que otros tipos de té y 50% menos que el café, por lo cual es un excelente sustituto de éste.
- Es más eficaz que las vitaminas C y E como antioxidante.
En el Congreso Nacional de la Academia Americana de Química, se presentaron pruebas del alto potencial anticancerígeno que confiere el consumo regular del té blanco y según investigadores del Instituto Linus Pauling, es el antioxidante natural más potente que existe en la naturaleza, por lo que protege contra las mutaciones del ADN (primera etapa en el desarrollo del cáncer).
Entre las acciones más importantes del té blanco podemos mencionar:
- Baja los niveles del colesterol, especialmente el LDL (malo) y triglicéridos.
- Disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Ayuda a prevenir infecciones.
- Combate la fatiga. Eleva el nivel de energía.
- Aumenta la capacidad de concentración y memoria.
- Reduce el riesgo de padecer cáncer.
- Protege contra las caries dentales.
- Mayor poder antioxidante que frutas, vegetales y vitaminas C y E.
- Estimula el sistema inmunológico defensivo.
- Evita la acumulación de grasas en los tejidos, previniendo contra la obesidad.