El insomnio, remedios para combatirlo
El sueño es un estado fisiológico de la persona, regulado por una glándula en la base del cerebro llamada pineal que produce una sustancia química, la melatonina. La producción y liberación de la esta sustancia aumenta por la noche y disminuye por el día. Estas variaciones de la cantidad de melatonina regulan el llamado ritmo circadiano del sueño-vigilia, que se adapta al horario solar.
Como todo fenómeno humano normal, con una función específica, a lo largo de la vida del sujeto, el sueño puede variar en cantidad y calidad, en función de la edad, estado de salud y enfermedad, cambios fisiológicos vitales (pubertad, menopausia,...), etc. El sueño es necesario para el buen estado físico y mental del individuo. Con frecuencia, cuando el sujeto enferma física o mentalmente, se altera el sueño y cuando una persona duerme mal durante cierto tiempo se producen alteraciones físicas y mentales que pueden derivar a enfermedad.
Con el avance de los métodos de estudio del sueño se ha podido conocer con profundidad su fisiología y sus alteraciones, pero queda mucho por conocer aún las funciones psicológicas del sueño.
El insomnio es un trastorno del sueño y que generalmente se considera que sólo involucra la dificultad para dormir. Sin embargo, también abarca el despertarse frecuentemente durante la noche y muy temprano por la mañana. El insomnio puede causar que la persona tenga ojeras, fatiga e irritabilidad. Igualmente, se presenta somnolencia diurna y mala concentración lo cual puede ocasionar graves problemas al manejar coche o diferentes herramientas. Existen remedios naturales y tradicionales para dormir plácidamente pero antes de hablar de ellos, hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones que nos pueden ayudar a conciliar el sueño:
Evitar comer abundantemente antes de dormir. Se recomienda no comer abundantemente en un momento cercado al sueño, ya que puede su sueño se hará menos profundo. Sin embargo, tampoco es aconsejable ir a la cama con hambre.
Ir a la cama sólo cuando tenga sueño. Si no puede conciliar el sueño en unos 15 minutos, se aconseja levantarse para hacer alguna actividad monótona (como leer un artículo, tejer o zurcir) que lo ayuden a conciliar el sueño. Cuando sienta que vuelve el sueño, regrese a la cama. Si todavía no se puede dormir, es necesario repetir el procedimiento hasta lograrlo el objetivo.
Evitar los campos electromagnéticos. Es necesario verificar que la cama no coincida con una corriente subterránea o un fuerte campo electromagnético, ya que puede que esta situación le esté alterando el sueño. Tampoco es recomendable que el dormitorio quede arriba de un garaje, taller o empresa que tenga máquinas eléctricas, un transformador o existe una línea de alta tensión cerca de casa, ya que esto también alterará el sueño.
Evitar tomar mucho líquido justo antes de dormir. Si se bebe mucho líquido antes de ir a la cama, se tendrá que ir al sanitario más tarde en la noche lo cual pudiera ocasionarle un insomnio.
Tener una atmósfera cómoda en el dormitorio. Se recomienda decorar el cuarto con los colores favoritos, aislarlo de los ruidos e instalar cortinas oscuras que bloqueen el paso de la luz. Igualmente, necesario es una cama cómoda y almohadas de un tamaño adecuado.
Usar ropa de dormir holgada. Es importante usar ropa holgada y a una temperatura ambiental agradable. Cerciorarse que se ha tapado algún reloj que esté ubicado en la mesita de noches.
Aprender y practicar técnicas de relajación Es necesario reducir la tensión para poder dormir profundamente. Las técnicas de relajación (yoga, respiración profunda, entre otros) pueden ayudar en este objetivo. Es aconsejable practicarlo durante el día para que sea fácil hacerlo antes de irse a dormir. El uso de música relajante (como una cascada, el oleaje en la playa o la lluvia en un bosque) y los pensamientos e imágenes placenteros resultan también conveniente.
Es importante considerar que un ambiente limpio, bien ventilado, cama limpia y cómoda, así como una temperatura adecuada, nos ayudarán a conciliar el sueño.
Cambiar la orientación de la cama de forma tal que la cabecera se encuentre mirando hacia el norte.
Reflexionar antes de ir a dormir. Muchas personas sufren de insomnio porque se ponen a pensar sobre los sucesos de la jornada. Por ello, se recomienda reflexionar sobre las actividades diarias (durante por lo menos diez minutos) una o dos horas antes de irse a la cama. Es necesario buscar de forma serena las soluciones a los problemas que pudieran existir. Igualmente, planear las actividades del día siguiente.