Análisis bioenergético
El análisis bioenergético o bioenergética es una psicoterapia que nos ayuda a entender la personalidad a través del cuerpo. Es un modo de entender la personalidad humana en términos del cuerpo y sus procesos energéticos, la producción de energía a través de la respiración y la descarga de energía en el movimiento. La terapia bioenergética supone un viaje hacia el descubrimiento del sí mismo. Aunque la terapia atiende inmediatamente a los síntomas y quejas que presentan los pacientes el objetivo ayudarles a establecer un contacto más intimo consigo mismos, es decir, con su cuerpo y además, a través de su cuerpo, con el mundo que les rodea. La terapia bioenergética propone el trabajar sobre el nivel muscular, y desde aquí acceder al nivel de las defensas del ego o a las defensas emocionales según corresponda. Así al tratar las tensiones musculares, puede ayudar al individuo a que entienda como su actitud psicológica está condicionada por la coraza muscular o rigidez de su cuerpo. Gracias a la terapia y cuando la persona considere conveniente, se puede llegar y abrir la puerta a los sentimientos reprimidos, movilizando los músculos contraídos que frenan y bloquean su expresión
La bioenergética trabaja con masajes y ejercicios destinados a ayudar a las personas a entrar en contacto con sus tensiones y liberarlas a través de un movimiento apropiado. Todo stress produce en el cuerpo un estado de tensión. Cuando la tensión desaparece el stress se alivia. Las tensiones crónicas persisten después de que el stress se haya eliminado, bajo la forma de una actitud no consciente en el cuerpo o grupo de músculos.
Trabaja con la historia personal asociando los procesos energéticos del cuerpo y trata de conseguir un equilibrio entre la carga y la descarga. El análisis bioenergético presta detallada atención no sólo a las fantasías, pensamientos y sueños como expresiones del inconsciente, sino también a la expresión corporal del paciente, que se manifiesta en tensiones musculares, gestos, voz, tipos de respiración, etc. Esta terapia concibe cuerpo-mente-espíritu como una unidad indivisible
Además de los pensamientos y recuerdos que la persona expresa sobre sí misma y sobre su vida relacional, el análisis bioenergético tiene en cuenta el análisis de la conducta actual global, que incluye las emociones, los sentimientos y las actitudes y movimientos corporales que se ponen en juego o se evitan en la relación con el terapeuta.
El proceso terapéutico consiste en ayudar al paciente a construir o recuperar su verdadera identidad, desembarazándose de sus miedos y de sus inhibiciones inconscientes, heredadas de su historia infantil en su mayor parte. El enfoque verbal empieza con lo que cuenta el cliente, prestando atención no sólo a las palabras sino también a los matices emocionales y a las reacciones corporales subyacentes. El enfoque corporal intenta en primer lugar profundizar la respiración y mejorar la percepción y el conocimiento corporal. Nuestra identidad reposa en nuestra capacidad de formar imágenes y pensamientos de nosotros mismos a partir de nuestra conciencia corporal. El AB al resolver las tensiones musculares, expande la conciencia corporal de uno mismo. Las nuevas experiencias corporales y las nuevas percepciones habladas conducen a una reorganización de uno mismo, a la aptitud para tolerar lo que se manifiesta (sensaciones, emociones, deseos, fantasías…) y a comprenderlo y utilizarlo para orientar su expresión y su acción de manera satisfactoria, en la vida presente.
La psicoterapia individual es un proceso terapéutico que ayuda a comprender la relación entre la historia personal y los conflictos y dificultades de la vida actual. La persona, en su relación con el terapeuta, se va encaminado a la toma de conciencia de dónde y cómo se bloquea o dificulta su vida (incluyendo su flujo energético en el cuerpo). Para llegar a comprender y analizar la función actual y el origen de las tensiones estructuradas, corporales y psicológicas se recurre a la expresión emocional, el movimiento espontáneo y la palabra.
Durante el proceso de terapia tanto el terapeuta como la persona progresan en el entendimiento de la lucha interior que ésta mantiene entre las defensas que ha necesitado construir y su deseo de superar las limitaciones en la vida afectiva y amorosa que estas defensas traen consigo y que pueden ser causa de síntomas y enfermedades.
El psicoterapeuta bioenergético propone al paciente ejercicios y expresiones físicas que le ayudan a experimentar los patrones corporales y de comportamiento. De este modo se recuperan más fácilmente sentimientos que han sido reprimidos durante la infancia y se han mantenido así en la vida adulta.
La bioenergética posee los siguientes fundamentos teóricos
- Todo organismo viviente, por sobretodo el ser humano, capta y emite una energía que le es propia.
- La energía puede estar orientada hacia la propia destrucción del organismo o bien hacia su pleno desarrollo.
- A través de técnicas particulares es posible canalizar la energía en forma apropiada de tal manera que esto influya positivamente en los trastornos energéticos del cuerpo, y que afecten tanto la salud mental como la física.
Las diversas etapas de crecimiento de la vida de una persona conllevan situaciones conflictivas e incluso traumáticas, como pueden ser: falta de comprensión, rechazo, desamor, hostilidad, manipulación, etc. por parte de personas significativas. El niño/a intenta protegerse de estas experiencias dolorosas con defensas psicológicas como la negación, la proyección, la represión, etc., y con defensas corporales como es, por ejemplo, tensar la musculatura y las articulaciones de la zona emocional que está en juego. Con los años, estas defensas se convierten en patrones de conducta inconscientes que representan los problemas emocionales que los originaron. Estos patrones son mecánicos, han perdido relación con la situación que los causó y limitan la vida de la persona en el presente (como por ejemplo, con una excesiva rigidez del cuerpo dejamos de sentir las sensaciones del exterior, desde una caricia, pérdida de sensibilidad en la sexualidad, etc., pero también desconexión de las necesidades del otro y una dificultad emocional para comprender a las personas que nos rodean).
Si los viejos conflictos y las rigideces corporales son excesivos, se manifestarán trastornos psicológicos y psicosomáticos como inseguridad, miedos, depresiones, fobias, estados de ansiedad y angustia, insomnio, taquicardias, asma y otras disfunciones respiratorias, trastornos sexuales, adicciones, etc.
El Análisis Bioenergético propone un tratamiento de los niveles físico, emocional y psíquico. Trabaja con el cuerpo para profundizar la respiración, distender las tensiones musculares crónicas y movilizar la energía retenida. Estas intervenciones estimulan la aparición de los movimientos e impulsos anteriormente evitados, así como los recuerdos, imágenes y afectos asociados. De esta forma, el cuerpo no es una prisión ni una carga, sino un medio hábil por el que vivir y sentir en plenitud. La terapia bioenergética aporta libertad para poder escoger. El cuerpo puede expresarse libremente y el paciente recibe mejor la información de sus emociones y del cuerpo, permitiendo expresarlas y evitando las psicosomatizaciones que provocan su represión.
Al relajar la estructura defensiva y los miedos se facilita la apertura de los sentimientos, las emociones y las palabras que quedaron bloqueadas o inhibidas. Cuando podemos dar salida a lo que quedó bloqueado o silenciado, la experiencia pasada que faltó se puede completar en el presente dentro de una relación terapéutica de comprensión y de seguridad. Se resuelven vivencias o experiencia pasadas que quedaron pendientes y avanzamos hacia la realidad actual, a estar más presentes y abiertos en el aquí y ahora.