Cómo activar el tercer ojo
El tercer ojo se activa a través de la meditación, siendo lo ideal practicarla al amanecer o al atardecer. Un buen modo de comenzar es elegir un día en el que no se tenga nada que hacer, por ejemplo al principio de un fin de semana, y enfocarse intensamente en las prácticas. Las prácticas pueden efectuarse a solas o con amigos, en cuyo caso la energía será más intensa.
El mejor día del mes para empezar es el inmediatamente anterior a la luna llena. Sin embargo, no hay que preocuparse por el calendario, ya que lo principal es hacer que el momento sea perfecto. Debe recordarse que se está tratando con percepciones sutiles. La vibración que se sentirá no será como una daga en la frente. Aún en el caso de que solamente se sienta una vaga titilación o presión en el entrecejo, es más que suficiente para comenzar el proceso.
Recuérdese: ni imaginación ni visualización. Déjese que las cosas lleguen por sí mismas. Una tenue vibración ya está presente en el entrecejo de todo el mundo. El propósito es revelar esta vibración natural, para más adelante cultivarla.
En un lugar tranquilo de la casa, se debe disponer sobre una mesa pequeña con un mantel blanco, un cuarzo transparente, un vaso con agua e inciensos; siendo importante el usar prendas claras, en lo posible blancas, para practicar técnicas de purificación y armonización.
Nos sentamos en la posición que más cómoda nos resulte e intentamos mantenernos en silencio por varios minutos. Respiramos suavemente ingresando el aire por la nariz y exhalándolo por la boca; mientras nos imaginamos que con cada inspiración es la vida la que ingresa a nuestro cuerpo, despidiendo las tensiones y limitaciones con la expulsión del aire. Vamos relajando lenta y progresivamente cada parte de nuestro cuerpo comenzando con los pies, luego las piernas, columna vertebral, espalda, abdomen, tórax, brazos y finalmente cuello y cabeza de la siguiente manera:
Se concentra la atención en la respiración, de manera natural durante algunos minutos. Siempre con la espalda erguida. A continuación puede comenzar con las técnicas, dedicandole unos 10 minutos a cada una.
a) Energizar la zona: con el cuello relajado, frotamos entre sí las palmas de las manos hasta sentir calor, luego las aplicamos sobre los párpados cerrados, superponiendo los dedos de una mano sobre los de la otra, a la altura de la frente, de modo que con las palmas podamos ejercer muy leve presión sobre los ojos cerrados. Dejar así unos minutos.
b) Cambios de mirada: con los ojos primero cerrados, y luego abiertos, realizamos una secuencia de movimientos suaves oculares, repitiendo cada ejercicio 3 veces: se dirige la mirada hacia arriba y abajo, a derecha e izquierda y luego en círculo hacia un lado y hacia el otro.
c) Pellizcos en las cejas: con los dedos índice y pulgar, pellizque la parte interna de la cejas (la parte que está tocando el entrecejo) y después siga todo el recorrido de la cejas a pequeños pellizcos. Repítalo de 3 a 5 veces.
d) Parpadeos: con los ojos cerrados y relajados, despegar suavemente el párpado superior. Volver a cerrar el párpado hasta que lo sienta pegado al ojo y volver a despegarlo. Repetir de 5 a 10 veces.
e) La Trinidad: arme un triángulo formado con las manos a la altura del tercer ojo, delante de la cara, mire a través del triángulo hacia algún punto sobre la pared. Concéntrese en la respiración, permanezca así 10 minutos, dejando pasar los pensamientos, soltándolos.
f) Cuarzo sobre el entrecejo: coloque un cuarzo transparente sobre el tercer ojo, sosténgalo con las dos manos. La frente siempre debe estar erguida. Cierre los ojos, sienta la energía del cuarzo circular, entrando por su entrecejo y expandiéndose por todo su cuerpo como una luz tibia y radiante. Visualice y sienta esta escena durante unos 10 minutos
g) Vibración nasal: inspire lento y profundo como si estuviera olfateando. Deje que los olores del ambiente penetren y reténgalos como si estuviera catándolos (tal cual hace el catador con el vino en su paladar). Así tres veces, descanse, y retome. Si se practica con regularidad, este ejercicio ampliará en gran medida la sensibilidad a los olores. Además, mejorará significativamente la capacidad de absorber la energía del aire otorgándole vitalidad y salud. A medida que se vuelva un experto en esta técnica, será consciente de que, al penetrar el aire se produce un chasquido entre la vibración del aire y la membrana de la nariz. Esta vibración nasal tiene un efecto directo de estimulación sobre el tercer ojo, por lo que amplía más aún su percepción.
Una vez relajado, inhale por la nariz y mantenga la respiración el tiempo que le sea cómodo, abra sus mandíbulas de manera que haya un pequeño espacio entre sus dientes de arriba y abajo, coloque la punta de su lengua entre el espacio de sus dientes centrales. Ponga una muy ligera presión en la lengua con los dientes. Esto es como el mismo proceso de decir el “TH” Inglés parte de la palabra “the”. Una vez que su lengua esté en posición, libere la respiración lentamente a través de la boca diciendo THHOHH en una larga exhalación (digamos el mantra una vez por exhalación) Su lengua vibrará entre los dientes.
Usted debe sentir el aire en movimiento pasando por su lengua y los dientes. Si esta técnica se realiza correctamente, usted sentirá una presión o sensación en su mandíbula y mejillas. El tono también vibrara y llegara a su 3 ª ojo. Puede tardar unos segundos para ajustar esto, no te preocupes, sólo sigue adelante. Sigue este proceso 5 veces seguidas. Es muy importante que el ejercicio anterior se haga durante 4 días consecutivos dejando pasar veinticuatro horas entre cada sesión.
Lo que sentiremos y que nos indicará que nuestro tercer ojo se ha abierto correctamente será algo parecido a esto: al principio tendremos un dolor de cabeza o presión en el centro de la frente. Esta sensación también puede sentirse, por lo general una pulgada o más por debajo de la superficie de la frente. Algunas personas pueden experimentar una migraña durante varias horas.
Después de la aparición de dolor de cabeza o presión en la frente, puede despertarse una mañana con una sensación de hormigueo o latido en la frente. La sensación puede ser muy intensa como que algo está ahí. La sensación de pulsación seguirá latiendo a lo largo del día. Este es el último evento fisiológico que experimentan es señal inequívoca de que el tercer ojo se ha abierto.
EFECTOS PSIQUICOS
Aumenta la capacidad de aprendizaje y retención, así como la intuición, la creatividad y desarrolla la psique preparándola para ver auras y tener clarividencia