Tres métodos de adivinación
Los tres métodos que se citan a continuación parecen ser los menos dogmáticos, los más abiertos a la libertad imaginativa. Pero tampoco deben tomarse como sistemas acabados, sino como propuestas sobre las que la imaginación del adivino debe disponerse a trabajar.
Método de Péladan, Guaita y Wirth.
Joséphin Péladan creó el método de lectura de más claro valor sintético -se realiza sólo con los arcanos mayores-y, probablemente, el que constituye un desafío más abierto a la capacidad analógica del adivino.
Lo transmitió oralmente a su discípulo Stanislas de Guaita, demasiado preocupado por la reflexión metafísica en torno al Tarot como para escribir sobre sus virtudes adivinatorias.
Oswald Wirth recibió de Guaita -como casi todo el material sobre Tarot-el esquema del método, y lo explica en Le Tarot des imagiers du Moyen Age. En síntesis se trata de:
1 El adivino bate las cartas, y pide al consultante que diga un número cualquiera comprendido entre 1 y 22. Por el mismo sistema obtiene tres cartas más (la relación será: para la segunda el consultante dirá un número entre 1 y 21, etc.). El número de ubicación en el mazo se cuenta de arriba a abajo, considerando como arriba el lomo del naipe, y abajo su valor oculto a la vista. No vuelven a mezclarse las cartas entre cada una de las extracciones.
2 La primera carta se coloca a la izquierda del adivino, la segunda a la derecha, la tercera arriba y la cuarta abajo. Hay quienes hacen voltear las cartas al consultante pero esto no es imprescindible. Una vez vueltas las cartas, se obtiene la ubicación de un quinto naipe en el mazo, que se coloca en el medio de los otros cuatro, mediante la suma de los valores de los arcanos expuestos.
3 Cada uno de los arcanos desempeña un papel con todos y cada uno de los otros cuatro, y estas correlaciones son las que crean numerosos canales de lectura. En el punto de partida, la situación obedece al esquema siguiente, que puede interpretarse como sigue:
Afirmación. Pone a la vista lo que es favorable al consultante, e indica lo que le conviene hacer: representa la cualidad, la virtud, la orientación a seguir, el afecto con el que se puede contar;
Negación. Designa lo que es hostil o desfavorable, lo que conviene evitar; representa el defecto, el vicio, el camino equivocado, los enemigos y las acechanzas;
Discusión. Aclara sobre el partido a tomar, sobre el género de resolución que conviene adoptar, sobre la intervención que será decisiva;
Solución. Permite presagiar un resultado, tomando en cuenta el pro y el contra, pero sobre todo la:
Síntesis. Carta que representa personalmente al consultante, y que simboliza también aquello que es capital, de lo cual todo depende.
Desde ese punto de partida, las relaciones se van haciendo más complejas y estimulantes, a medida que se compara por oposición el simbolismo relativo de cada uno de los arcanos. La parábola de Juicio, que representa esta mesa, es también una de las más bellas y fecundas metáforas que puede componer el Tarot. Éste método que acabamos de describir es que se utiliza en el programa.
Método geomántico de Marteau.
Parte de la adaptación de las «figuras» y las «casas» de la geomancia, acaso la más abstracta de las artes adivinatoria. El resultado final, en todo caso, es la extracción de doce láminas, que responde cada una a una temática diversa, según el siguiente planteamiento:
- 1) El carácter, y el empleo que el consultante ha dado a su vida hasta ese momento.
- 2) Los bienes y la fortuna material.
- 3) Hermanos y hermanas, familia en general. Medio ambiente.
- 4) Los padres (ascendiente, antepasados).
- 5) Los hijos (descendencia, continuidad).
- 6) Enfermedades, servidumbres, sometimientos. Relación con jefes y subordinados.
- 7) La conjunción, el adversario. Relación matrimonial, la pareja.
- 8) Muerte (decadencia, cambios definitivos de actitud, pérdida parcial de alguna característica de la vida).
- 9) Misticismo. Sabiduría, ciencia. Talento.
- 10) Triunfos, dignidades, trabajos, ocupaciones.
- 11) Los amigos.
- 12) Adversidad, obstáculos.
Estas doce primeras cartas deben ser forzosamente arcanos mayores, luego de lo cual se mezclan los arcanos restantes con el resto del mazo y se procede a una segunda vuelta de doce cartas. Este segundo naipe marca la tendencia hacia el porvenir del primero, y apoya o desmiente la impresión por él causada. A petición del consultante, puede extraerse una tercera carta para cada una de las casas en las que la lectura no haya resultado suficientemente clara.
Una variante es el empleo de la totalidad del mazo, expuesto circularmente y sobre la base de la docena. La primera docena, que se expondrá boca arriba, indica el sentido general de cada una de las casas; las siguientes -que se servirán cerradas, y se descubrirán a medida que lo precise la lectura-irán indicando el aspecto físico, sentimental, intelectual y psicológico de éstas. Una última mano servirá para ensamblar y corroborar esta lectura múltiple de cada uno de los aspectos.
Método extraído de Piotr Demiánovich Ouspensky.
En Un nuevo modelo del Universo, Ouspensky dedica un capítulo al Tarot, considerándolo como una suerte de libro sintético de los conocimientos herméticos. Aún cuando el autor ruso no plantea el nivel adivinatorio del Tarot, sino más bien su empleo como ejercicio filosófico, puede extraerse de sus observaciones por lo menos un modelo de «mesa».
Es la figura compuesta por el punto inserto en un triángulo, inserto a su vez en un cuadrado, como graficación de los tres mundos nouménico, psíquico y fenoménico. Esta propuesta enlaza con lo mencionado más arriba sobre los criterios de lectura (vía solar y vía lunar), y puede producir numerosas combinaciones experimentales.