¿Qué simboliza en el Tarot el cangrejo?
Cuando nos referimos a los instintos, enseguida asociamos el concepto con "los animales", pues están totalmente sometidos a ellos.
Para el tarot, intelecto, intuición e instinto son las tres características de nuestro ser que nos permiten avanzar en el estrecho camino hacia la luz.
En la carta de la Luna: ARCANO XVIII, los animales reflejan la tercera característica (instinti) y aparecen a través de tres géneros:
- El cangrejo
- El perro
- El lobo
Desde la antigüedad los animales han sido utilizados para representar a los hombres y a los cuatro elementos de la naturaleza. A los hombres buscando analogías con sus distintas características, o tipologías de carácter. Así los animales son utilizados para representar todo tipo de virtudes y defectos. Es que a través de ellos es fácil mostrar aquellas partes más "animales" que poseemos, tantas veces negadas y pocas veces superadas.
En cuanto a los elementos de la naturaleza, estos se representan de acuerdo al medio en el cual se mueven dichos animales.
El primer animal es un cangrejo. Su lugar preponderante en el centro de la carta, nos indica que antes de continuar avanzando tendremos que entender su simbolismo. Analizaremos: - El agua y la tierra. - La transformación. - Nuestros poderosos instintos básicos. El agua y la tierra.
En el tarot, el cangrejo está relacionado con el elemento agua y el elemento tierra, porque su naturaleza dual lo lleva a ser un animal acuático y terrestre, dado que vive en los dos elementos. El cangrejo nos remite entonces por una parte a lo acuático, a nuestra naturaleza emocional e inconsciente, por la otra a la tierra, a lo sólido, a lo concreto de nuestra vida, a nuestra parte conciente. Al vivir en los dos elementos, agua y tierra, nos indica que el ser humano debe aprender a vivir con los pies sobre la tierra y a meterse en las aguas del inconsciente, sin perderse en él, para encontrar lo que busca y poder volver a la tierra. La transformación El cangrejo representa también la transformación.
En el Antiguo Egipto lo adoraban en forma de escarabajo. Para ellos era un Símbolo de Transformación, significaba "cambiar". Nos recuerda así a la gran ley de la transformación, la renovación constante de la existencia y, por tanto, el emblema de la vida humana y de las transformaciones del alma en éste y en el otro mundo. El símbolo de transformación a través del cangrejo, está reforzado por el color rojo de su cuerpo, que representa la vida y el fuego de los alquimistas: el famoso fuego interior que permite la transmutación. ¿Y que transformación nos propone el cangrejo? Se trata de eliminar la parte de nuestro pasado, que ya no es útil en nuestra psique. Ha sido simbolizado en el caparazón petrificado, de gran utilidad para proteger sus partes interiores tan sensibles durante su vida, pero que ahora son un obstáculo para el crecimiento. También ha sido simbolizado en la tarea del cangrejo en el pantano: comer todo lo que ya no sirve, lo que está corrompido, purificando el lugar. Ya no se trata de continuar acumulando conocimiento, como cuando éramos uno de los niños escuchando al Sumo Sacerdote, carta número V del Tarot.
Ahora somos adultos y debemos seleccionar ese conocimiento incorporado. Identificaremos así, a aquellos que están muertos, y en consecuencia en proceso de descomposición para eliminarlos. Para lograr este objetivo el cangrejo avanza y retrocede. En el proceso de retroceder analizamos y depuramos nuestros actos pasados, es un retorno, un reflujo hacia el pasado. Luego podremos volver al sendero para avanzar y acumular un nuevo saber. Instintos básicos EL cangrejo desarrolla una valiosa misión como medio de transformación. Así lo vemos por arriba del pantano, mostrando que ha logrado salir de la posible esclavitud del inconsciente, emergiendo sobre él.
Ha superado así su parte inferior. Aquel que, en cambio, quede sometido a lo primitivo del cangrejo, no logrando "aplastar" lo peor de su naturaleza inferior, lo padecerá en su misión destructiva. El cangrejo nos remite a nuestros instintos básicos. Hace referencia al enorme poder de ellos, y en especial a nuestro poder sexual. Es sabido que el hombre puede ser dueño o esclavo de su sexualidad. Tanto el pantano como el cangrejo está presente en uno de los trabajos encomendados a Hércules: matar a la Hidra. Sabemos que Hércules debe emprender los doce trabajos, como compensación por los daños que había ocasionado en su "confusión".
Así nosotros muchas veces, como él, nos sentimos confundidos, actuamos como si en nuestro interior habitaran distintas personas, cada una con deseos y modos de pensar diferentes. A tal extremo que cuando salimos de la "confusión", no logramos entender por qué "hicimos lo que hicimos". Para destruir estas distintas cabezas que habitan en nuestro interior, y que pueden llevarnos a la confusión, es que deberemos hacer como Hércules: ir y matar a la Hidra. Ella vivía en un pantano en Lerna, y era un monstruo de nueve cabezas.
Una cabeza era inmortal y, cuando le cortaban cualquiera de las otras, crecían dos en su lugar. Mientras luchaba para terminar con la vida de Hidra, el cangrejo intentaba impedirle realizar su trabajo. Así, cuando peleamos por salir de la confusión, el pasado con sus peores recuerdos y lo más primitivo del cangrejo nos "aguijonea" entorpeciendo nuestro avance en el sendero. Hércules finalmente pisa al cangrejo, y mata a Hidra. Esto es lo que tuvo que destruir Hércules para avanzar en su camino y esto es lo que debemos eliminar nosotros para avanzar en el sendero de la noche hacia el perro y el lobo. Dr. Dino Ricardo Deon