Tarot Visconti - Sforza
Mazo de cartas de Tarot del siglo XV. La más antigua que se ha encontrado, aunque se sabe por referencias escritas que hubo barajas anteriores, se han perdido. Extraordinariamente lujosa pintada a mano como todas las anteriores al tarot de Marsella, incluye panes de oro en su realización.
Datos histórico-artísticos tarot Visconti-Sforza
Quien crea que el arte de la miniatura desapareció a finales de la Edad Media es víctima de una gran equivocación. En el Este de Europa esta refinada técnica ha tenido continuación hasta nuestros días, hasta el punto de ser materia de enseñanza en las Academias de Bellas Artes. Aunque en su mayor parte la miniatura haya quedado confinada en los monasterios, aún existe algún que otro artista que “modernizándola” produce verdaderas obras originales. Uno de estos artistas es Atanas Alexander Atanassov, un brillante pintor búlgaro a quien se ha confiado la difícil tarea de reproducir lo que seguramente es la baraja de cartas en miniatura más famosa: el Tarot de los Vizcondes Sforza.
El original de esta baraja se conserva en la actualidad una parte en la Pierpont Morgan Library de Nueva York, otra parte en la Accademia Carrara de Bérgamo, y una parte más en la colección privada de la familia Colleoni de Bérgamo. Esta obra fue realizada poco después de 1450 por un artista lombardo desconocido, posiblemente vinculado con la "escuola de Francesco Zavattari", por encargo del nuevo Señor de Milán Francesco Sforza (†1466), que había subido al poder desde hacía poco tiempo tras su matrimonio con Bianca Maria Visconti, hija natural del Duque Filippo .
Curiosidades:
Ellos mismos figuran pintados en la carta de arcanos mayores VI el Amor.
En el 2 de copas está escrito " mi amor”.
En muchas cartas está escrito " un bon droyt" (que se puede traducir como: “a tu salud” ó “buen beber”), por otra parte, las divisas francesas de Visconti y muchos símbolos de la familia Visconti y Sforza figuran en las cartas, por ejemplo:
- + en las cartas de oros del 2 al 10 se ha pintado el sol radiante,
- + el as de Copas es una fuente hexagonal,
- + tres anillos entrelazados están pintados en la ropa del Emperador y la Emperatriz.
Desgraciadamente la baraja repartida entre Bérgamo y Nueva York resulta incompleta al faltarle cuatro cartas: el Diablo, la Torre, el 3 de Espadas y el Caballo de Oros, que han sido realizadas inspirándose en figuras análogas de la misma época; en concreto, para el Diablo y la Torre nuestro artista se ha basado en el denominado “Folio Rosenwald” (Museo del Louvre, París) impreso en Bolonia a finales del siglo XV.
Las cartas
La experiencia de contemplar el Tarot de Visconti por primera vez es verdaderamente especial. El juego de luces provocado por el destello del oro facilita la intuición y la sugestión del lector dando cada vez nuevos matices a la carta. El diseño refinado, la delicadeza de los colores y los motivos históricos embellecen y enriquecen el naipe.
Muchos de los personajes tienen un aspecto muy elegante, como los nobles de la época. Algunos, como el Loco o el Ermitaño, llevan vestidos más propio del pueblo.
Los Arcanos reflejan el imaginario del Renacimiento italiano: una época lejana en el tiempo pero cercana en cuanto a la cultura, caracterizada por una nueva valoración de las artes, de la filosofía y del hombre. Más allá del evidente valor artístico y de la belleza estética de este Tarot, encontramos significados profundos que trascienden todas las épocas. En efecto, para los duques de Milán que encargaron su realización los Arcanos representaban un mapa de las virtudes morales, recogían imágenes edificantes que servían de guía para el intelecto en su búsqueda de la justicia. Los abundantes símbolos que aparecen en cada carta son perfectamente inteligibles aún hoy en día.
La representación alegórica de los conceptos recogidos por los Arcanos es muy cercana a la tradición cristiana y al pensamiento religioso que encierra, como se ve por ejemplo en la representación de las virtudes teologales en algunas de las cartas.
La conservación
El Tarot de Visconti fue restaurado por el búlgaro Atanas Atanassov, un artista contemporáneo experto en pintura del Renacimiento, que se ha preocupado de conservr cada uno de los aspectos de las cartas: el color, los símbolos, las actitudes de los personajes. Se ha perdido a lo largo de los siglos cuatro de las cartas, entre ellas el Diablo y la Torre, que se han reconstruido basándose en imagenes del ‘400 de la tradición figurativa lombarda.