Simbología del Tarot
Para el estudio de cualquier ciencia es necesario conocer previamente el lenguaje en el que se expresará y no siempre el lenguaje que se utiliza son palabras o conceptos concretos. Los símbolos no pueden ser aprendidos como un idioma cualquiera. Para la interpretación de los mismos se hace necesario entrenar la mente de una manera especial para poder comprender y expresar en este lenguaje las intuiciones que surgen. Hay muchos métodos para el desarrollo el "lenguaje de los símbolos".
El más sintético -y uno de los más interesantes- es el Tarot, cuya esencia está contenida en los arquetipos universales que representan sus imágenes y -aunque su origen está en el olvido- no hay duda que es uno de los códigos herméticos más completos. El símbolo es una manera intuitiva de representar aquello de lo que no tenemos concepto, y una vía de acceso no teórica a lo intangible. El símbolo transforma una idea en una imagen que aún expresada en todas las lenguas se mantiene inalterable.
El Tarot expresa los arquetipos universales que actúan a través de los símbolos. Los símbolos son el fundamento de todo cuanto existe, unifican nuestra existencia física con el ser superior. Son los canales de conexión entre el consciente y el inconsciente. Los símbolos tienen el poder de procesar la información, nos abren el inconsciente, pasando la información desde el mismo al consciente. Revelan el poder de la naturaleza, nos ayudan a transformar las energías, nos magnetizan y nos cargan de energías procedentes del universo. Nos ayudan a leer el lenguaje sagrado en nuestro interior.
El Tarot es un libro basado en imágenes y símbolos cuyas láminas se articulan entre sí constituyendo un código, es un sistema en sí mismo y una tirada corresponde a un determinado propósito: crear un sincronismo entre una serie de elementos que permitan a través de los mismos poder analizar las claves del pasado para indagar en el presente con el fin de construir un futuro mejor. Hasta el mínimo detalle de forma o color tiene un significado en el Tarot, así como la disposición de sus arcanos (del latín arcanus: secreto recóndito, cosa oculta y difícil de conocer) y la tirada que vayamos a utilizar.
La orientación de la cabeza de un arcano, por ejemplo, nos va indicar hacia dónde irradia su influencia hasta el punto de “hacer suya” una acción en la tirada. El beneficio o perjuicio de las personas con las que se relaciona el consultante o las obras que emprenda estará dado por las cartas que rodean a aquello que significa: eso se denominará “teñido”. Si un arcano está rodeado (teñido) por cartas positivas, la acción será favorable; de otro modo, significará lo contrario. Si está tocado por los arcanos llamados “de movimiento” marcarán viajes, o nos indicará nuevos comienzos.
Los símbolos tienen el poder del lenguaje universal pues sin necesidad de palabras se pueden interpretar.
Una persona de cualquier país o cultura los puede entender.
El inconsciente colectivo expresa el conocimiento a través de símbolos universales y que son comunes a diferentes culturas que a veces no tienen relación alguna entre sí.
El Tarot es un lenguaje en imágenes y además nos pone en relación con las estrellas, constelaciones y planetas, los mundos celestes. Pone en relación el macrocosmos con el microcosmos.
El Tarot despierta las potencialidades que tenemos ocultas en el interior, toda la sabiduría que debe despertar. Los arcanos son arcas que encierran un conocimiento divino, el conocimiento oculto en el inconsciente, nos indican el camino de la perfección.
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