Sacrificio y sumisión en el tarot
El dolor del espíritu, El Colgado
Con este arcano se pondrán a prueba las virtudes desarrolladas anteriormente, adquiriendo el dolor y sacrificio en pos de una causa, una especial significación.
Después de la lección aprendida en el movimiento perpetuo, un nuevo arcano se aproxima; esta vez, el encuentro sugerirá la acción de dar, aún a costa del propio detrimento y con ello, la aparición de experiencias que acarrearán dolor y sufrimiento, que son parte del destino; sin lugar a dudas, necesarios para el crecimiento.
Lo ilustra la imagen que lleva el número doce.
El Ahorcado
Un joven se encuentra colgado de una rama, suspendido por la pierna izquierda y cabeza abajo. La pierna derecha está cruzada por debajo de la izquierda, formando una cruz que indica los cuatro puntos cardinales; esta posición es contraria a como se encuentran las extremidades inferiores que luce la figura del cuarto arcano "El Emperador", pues claramente sus intereses son absolutamente diferentes. Sujetando la rama hay dos troncos con doce nudos cortos, seis de cada lado del palo; representan éstos, los doce signos del Zodíaco, cuyas ramas se refieren al ciclo completo que realiza el Sol a través de la rueda Zodiacal, simbolizando en ello el mundo material. La expresión del rostro del colgado es serena, ya que parece muy cómodo en esta posición.
Su túnica de color azul lleva nueve botones simbolizando los nueve caminos a la ascensión divina que debe cruzar el ser humano. Sus calzas y las mangas de la túnica son de activo color rojo, contrarrestando la actitud de pasividad y conformismo con que cruza sus brazos. Los pies lucen zapatos del mismo color que sus cabellos, esto en clara señal con la máxima hermética “Como es arriba es abajo“; indicando a la vez, la relación que tienen los pies con la cabeza como un todo integral; ya que este color (azul) simboliza la fe, virtud imprescindible para avanzar en esta existencia.
Si la carta se voltea, pareciera que se encontrase a la derecha; pues la rama de la cual se suspende el joven, se transforma en el suelo y viceversa; asimismo, las bases de las ramas se transforman en dos frondosas copas de árboles; además, el rostro del joven se ve muy tranquilo y nada denota que se encuentra suspendido en el aire; de esa forma parece, apenas, que da un ligero salto en el aire. El significado de este arcano sutilmente, señala que: "aquellas formas de ver la existencia que parecen inversas en este plano, son las correctas en un plano más elevado."
Interpretación de esta carta en una tirada
- Este arcano representa sacrificio, pero voluntario
- Sumisión de lo humano a lo divino
- Entrega a los ritmos de la vida sin discusión
- Encierro
- Conformismo
- También representa a la política, en ocasiones, a encarcelamiento por fines políticos
- Voluntad puesta a disposición de una causa
- Si la carta aparece invertida: es falta de sacrificio, resignación extrema, nula dedicación, exilio.
Con relación a los tres planos
- Plano espiritual: es el don del servicio, gran espiritualidad
- Plano mental: caridad
- Plano material: mucho trabajo y pocas ganancias.
Tipos de consulta
Amor: es sinónimo de soledad. Abandono. Promesas incapaces de cumplirse. Si la carta está invertida: tiene el mismo significado, pero atenuado.
Trabajo: señala un empleo o trabajo en que el consultante no está satisfecho interiormente, que no es su vocación. También está relacionado con la política, con causas patrióticas. Vocación pública. Servicio social. Voluntariado. Si la carta se encuentra invertida: relacionado en este ámbito, se refiere a trabajos realizados con personas de ideas diferentes al consultante, que provocan desazón y desconcierto.
Características de personalidad: idealistas, conformistas, poco exigentes con el medio; son personas que se dejan llevar por las circunstancias. Poseen tendencias a abatirse y sufren, porque suelen abandonarse interiormente por una causa que creen justa. Si la carta se encuentra invertida: poco sacrificio, suele representar a personas que viven en perpetuo tormento, quejumbrosas, que justifican sus errores y su forma de vida.
© Marcela Cancino