¿Qué preguntar al tarot?
El tarot no puede responder a según qué preguntas.
El tarot es un método adivinatorio ancestral, y ha sobrevivido mucho tiempo, incluso ha sufrido persecuciones y desprestigios por parte de muchos gobiernos y religiones.
Aun así, ha conseguido llegar a nuestros días, donde parece que vuelve a vivir una segunda juventud, arropado por muchos profesionales y estudiosos del tema que no paran de publicar libros y colecciones referentes a la cartomancia en general y al Tarot en particular.
Por eso, es muy conveniente aclarar los límites del Tarot como método adivinatorio.
El Tarot se compone de dos tipos de cartas, el arcano mayor, que son 22 cartas que representan personajes típicos medievales (aunque se puedan proyectar en la actualidad, sin perder un ápice de su identidad), y el arcano menor, muy parecido a lo que sería la baraja de cartas españolas.
Es importante reseñar que aunque el arcano menor sea también muy válido para la tirada de cartas, lo cierto es que se añadieron al Tarot para poder identificar matices que con solo 22 cartas eran imposibles de detectar. Así es que una tirada con solo las cartas del arcano mayor, sólo nos servirá para darnos una idea muy genérica del estado del consultante y el resultado final de la pregunta. Una tirada completa debería realizarse con los dos arcanos al completo.
También es necesario anotar que aunque las cartas sean siempre las mismas, el método para tirarlas puede ser muy diferente. No entraremos en detalle, pero queremos dejar constancia de que hay tiradas muy simples, en las que solo intervienen 4 cartas, pero también las hay incluso de 16 o más naipes.
En una tirada, la posición de la carta indica un aspecto de la pregunta: el estado del consultante, el contexto familiar y de amigos que lo rodean, el pasado reciente, el futuro cercano (ante un embarazo o nacimiento inminente, por ejemplo, o incluso ante una próxima boda, al preparar un viaje turístico para las vacaciones, etc.). Ello nos lleva a limitar el abanico de posibilidades de adivinación del Tarot a, símplemente, las posiciones que abarque la tirada, y la interpretación que la persona que consulta pueda hacer de la carta elegida.
En ningún momento el Tarot revelará un nombre, o una fecha, o un rotundo Sí o un No. Es por ello que nunca se debe preguntar algo así como '¿Cómo se llamará mi marido?', '¿Cuáles son los números de la lotería?'. Si algún 'profesional' le intenta convencer de lo contrario, no se fie. A no ser, claro está, que se trate de un vidente que utilice el Tarot como mantra para su concentración.