Los arquetipos del Tarot
Las 22 representaciones llamadas Arcanos o claves, de contenido muy simbólico tanto por sus figuras como por sus colores que se encuentran en determinadas proporciones. Representan los valores más altos de los actos y sentimientos. Arcano significa lo oculto, lo secreto, la sabiduría que está dentro de nosotros mismos. Algunos Arcanos representan Arquetipos que son fuerzas psicológicas e intuitivas, que operan en forma autónoma desde la profundidad de la psiquis humana, siendo los cuatro primeros los más fundamentales, ya que son los que formarán a las personas y lo marcarán para siempre.
Los Arcanos mayores se dividen en tres grupos:
Del 1 al 7 Significan “La Consciencia”
Lo externo que contiene la vida, tiene los símbolos y arquetipos más fuertes
Del 8 al 14 Significan “El Subconsciente”
Búsqueda interna para descubrir quienes somos
Del 15 al 21 “La Superconsciencia”
Que significa el desarrollo de la consciencia espiritual
Además hay otra forma de agrupar los Arcanos Mayores:
1. La ruta de los grandes Arquetipos
EL MAGO: dice “yo soy”. Soy el transformador, el que marca los comienzos
LA SACERDOTISA: dice “yo me encarno”. Me he encarnado, pasaré un tiempo de reposo antes de iniciar el camino, proceso la información que traigo
LA EMPERATRIZ: dice “yo nazco” Es el arquetipo de la madre, abrigo alimento y protección. Reinsertar al niño afectivamente
EL EMPERADOR: dice “yo me incorporo y actúo en el mundo”. Es el arquetipo del padre, autoridad, límites, orden, acción
EL SUMO SACERDOTE: dice “yo aprendo y me integro”. El aprendizaje formal de la escuela, la comunicación y las normas de la sociedad
LOS ENAMORADOS: dice “yo decido, yo elijo, yo me equivoco”. Se vincula con la adolescencia Es el comienzo de la elección y del amor. Es el primer intento de tomar decisiones y por lo tanto comienza a equivocarse.
EL CARRO: dice “yo conduzco mi vida” He madurado. He llegado al final de una etapa y recién entonces puedo saber de mí y de mis limitaciones.
2 La ruta de las tareas del desarrollo personal
LA FUERZA: la primera tarea, antes de iniciar cualquier camino, será la de reconocer que residen en mí fuerzas contradictorias y que esa tensión debe ser asumida mediante al proceso mutuo de “domesticación”.
EL ERMITAÑO: la segunda tarea consiste en aceptar que en mis profundidades puedo tomar contacto con la sabiduría y desde allí debo salir a entregar mi luz interior.
LA RUEDA DE LA FORTUNA: la tercera tarea me dice que debo aceptar que el mundo gira más allá de mi voluntad y que deberé ser capaz de descubrir su ritmo y su sentido.
LA JUSTICIA: la cuarta tarea es reconocer que el eje del mundo y la resolución de los problemas pasa por una suerte de equilibrio, interno y externo, con estructura, con valores, con decisiones, en un marco de formalidad
EL COLGADO: la quinta tarea es ser capaz de mirar la realidad desde otro punto de vista, presentarse diferente a los demás, hacer un alto en la vida y ser capaz de someter a crisis el entorno, aunque ello implique sacrificios
LA MUERTE: la sexta tarea es la capacidad de gestar, asumir y conducir el propio cambio.
LA TEMPLANZA: la séptima tarea es el resultado del cambio y consiste en ser capaz de asumir la armonía interior. Sostener lo que a otros parece imposible y combinar adecuadamente.
3. La ruta de los grandes desafíos
EL DIABLO: el primer desafío es conocer mis miedos ocultos, obsesiones y culpas, acercarme a lo más bajo de mí, a las pasiones más elementales, a la parte más complicada.
LA TORRE: el segundo desafío es la lucha por la libertad y su aceptación cuando llega por otra mano. Aunque todo parezca destruirse, jamás caerá la base de sólida construcción.
LA ESTRELLA: el tercer desafío, nos dice que debemos conectarnos con el inconsciente, removerlo en busca de la verdad más elemental y confiar en las oportunidades que tenemos.
LA LUNA: el cuarto desafío nos conecta con la cara oculta de su realidad y las distorsiones en la acción en el mundo. Es la carta de la intuición.
EL SOL: el quinto desafío es el de brillar. Debo asumir el sol en todas sus dimensiones, con los beneficios y las cargas, siendo capaz de ayudar a germinar, de dar calor, pero sabiendo que quien se acerca se quema, que estoy expuesto.
EL JUICIO: es el último desafío y la antesala de la realización, despertar, renovar y perdonar. Debo ser capaz de estar despierto y despertar a quienes están a mi cargo. Asumir que hay quienes resucitarán y quienes no, que no toda la apariencia es realidad y saber discernir.
EL MUNDO: es la autorrealización y la integración. Es la coronación, es la etapa final, la última vuelta, la sabiduría, la palabra, la verdad, la integración, lo masculino y femenino en un solo acto.