El Juicio a fondo 2ª parte
Dado que hay cuatro figuras, es tentador explorarlas a la luz de las cuatro funciones de la psique: sensación, intuición, pensamiento y sentimiento. La sensación (el testimonio de los cinco sentidos) y la intuición (información que procede de un sexto sentido) son las dos funciones a través de las cuales nos damos cuenta del mundo de las experiencias interiores y exteriores. La información derivada del pensamiento y el sentimiento es racional.
Jung descubrió que las dos funciones racionales pensamiento y sentimiento se excluyen mutuamente y lo mismo sucede con las dos irracionales sensación e intuición.
Si hemos de conectar ese joven representado en la carta con una de las cuatro funciones parece que debiera representar la función superior del héroe, aquella con la que estuvo más estrechamente asociado durante la vida la figura que surge de la tumba no es un recién nacido, sino un hombre crecido, ha sido resucitado, indicando con ello que estuvo vivo anteriormente y activo en el mundo exterior. Por la edad y la estatura, recuerda tanto al héroe que no podemos olvidarlo, lo cual nos indicaría cuán identificados están el uno con el otro. En una situación como esta, es fácil comprender que, cuando la función superior ha quedado fuera de juego, el ego ha sufrido también un duro golpe. Esto es lo que parece haberle sucedido al héroe, nuestro héroe es un tipo en el que domina el pensamiento
Sin duda alguna todos nosotros tenemos tendencia a identificarnos primero con nuestra función superior, pero si la prisión no es tan alta ni tan sólida, el rayo no tiene que ser tan violento ni la depresión tan profunda. La psique tiene un sistema de autorregulación. Constantemente deriva para corregir y equilibrar sus diversos aspectos. Si el desequilibrio es menos pronunciado, la fuerza necesaria para restablecerlo no ha de ser tan necesaria. Algunas veces la corrección necesaria no viene de un acontecimiento externo sino de la misma función superior, la cual, agotada por la constante utilización que hacemos de ella, simplemente abandona su papel negándonos su ayuda
Jung dijo que el Tarot es la representación pictórica de los arquetipos.
La carta del Juicio representa un renacimiento. Redimir significa "dejar libre de atadura". La liberación de las fijaciones no supone la libertad de todos los cuidados y problemas; cada vez que redimimos algo, hemos de pagar un precio por ello.
A pesar de que nuestro héroe aparezca como redimido, su vida no ha de verse como llena de paz perpetua y de una armonía inacabable; él también tiene que pagar un precio. El aumento de su conocimiento le proporcionará inevitablemente un aumento de responsabilidad. Ahora debe enfrentarse al desafío de una nueva luz. Aunque ahora sea capaz de moverse por el mundo como él elija, se dará cuenta de que su escala de prioridades ha cambiado durante el confinamiento. El aumento de conocimiento trae consigo no solo la ampliación de las áreas de elección sino también de una agudización del sentido de la responsabilidad.
En el Juicio, donde aquel que es liberado de su confinamiento solitario ya no está solo, ahora tiene dos compañeros humanos, así como una presencia celestial cuyas necesidades y deseos deberá tomar en consideración. Si fallara en estas nuevas obligaciones podría encontrarse de nuevo en la prisión. Ser redimido es un honor, significa ser sometido a una nueva vocación. "Quien tiene una vocación, oye la voz del hombre interior; es llamado" (Jung).
La pareja que está de pie no da la bienvenida a su compañero con hurras y alegrías; su actitud es más bien solemne y de oración. Sus rostros reflejan agradecimiento por ese retorno feliz, pero también gravedad ante la entrada en un mundo de conocimiento más amplio. Miran al joven, que es el centro de su familia, buscando en él una guía en el cielo. Él que anteriormente se consideraba un ser superior, escucha ahora la voz que le llama a servir al poder que hay por encima y más allá de él mismo.
Si es capaz de responder a la llamada de la trompeta, podría avanzar hacia una vida que se abre ante él y que va más allá de todo lo que ha conocido e imaginado. Si se niega a hacer frente a este desafío, volverá a caer de nuevo en el calabozo, del que quizá nunca más saldrá.
En el Juicio, un ángel aparece repentinamente desde no sabemos donde para pronunciar una desafiante sentencia. El advenimiento de ese mensajero es de dimensiones catastróficas. Jung dice:
"el nacimiento de este mensajero equivale a una situación excepcional, dado que una nueva y potente vida nace donde ya no quedaba fuerza ni vida, ni la más remota posibilidad de ella. Surge desde el inconsciente, de aquella parte de la psique que, querámoslo o no, nos es desconocida y por eso la trabajamos de un modo irracional. De esta región desacreditada y rechazada nos llegará la nueva energía con la que podamos dar nuevo sentido a nuestra vida".
Podría decirse que se trata del tópico de la muerte y el renacimiento: muerte del viejo ego y su resurrección de una forma nueva. Lo que esto significa principalmente es el sacrificio de una voluntad del ego y la aceptación de un poder que está más allá de uno mismo.
En el Juicio, el héroe y sus dos compañeros se nos presentan desnudos, exponiéndose a la influencia mutua y a la de los poderes celestiales. La figura angélica que aparece en el cielo también se ha humanizado. Aunque tiene cabellos de oro y un par de alas doradas, su expresión muestra sentimientos más humanos y más intensos de lo que pudimos ver en las caras de las figuras celestiales que aparecieron en cartas anteriores.
El hecho de que las figuras del Juicio aparezcan más humanas y comunicándose entre sí marca un importante avance en el despertador psíquico del héroe. Nos promete que las cualidades de cada uno pueden llegar a completarse y consolidarse hasta llegar a formar un ser humano. Quizá la tierra arcillosa en la cual fue enterrado el héroe renacerá también a una nueva vida mediante el fuego del ángel, y una nueva creación surgirá en la próxima y última carta: el Mundo.