Edward Alexander Crowley
Edward Alexander Crowley (1.875-1.947) era hijo de un cervecero irlandés que fue miembro de una confraternidad religiosa. ( La de Plymouth ). Viene a esta pagina de personajes mágicos porque siempre resulta interesante bucear en la vida de otros ocultistas de renombre, pese a que el apelativo que el propio Crowley se impuso era el de "La Bestia 666".
Llamado por algunos de su época "el peor hombre del mundo", fue poeta, alpinista, profeta, filósofo, y por supuesto, MAGO. Era miembro de la "Golden Dawn ", o hermandad de la "Aurora Dorada ", que a fin de siglo era la principal orden hermética que reunía los conocimientos ocultos en un método ordenado y sistemático, contemplando rituales rescatados de antiguos escritos, y continuando con la tradición de la cábala mágica.
Crowley elaboró, a través de la revelación de su ángel particular, "Aiwass", "El Libro de la Ley", un tratado sobre la nueva filosofía que, según il, habría de alumbrar al mundo, y cuyo mensaje principal era "Amor es la Ley, Amor bajo el dominio de la voluntad".
Bisexual, drogadicto y soñador, pero con un alto poder de concentración mental, practica la magia sexual y elabora un tratado global, "Magic(K)", en donde se recogía, por un lado, la tradición de la Golden Dawn , para finalizar adoptando un método nuevo que il entendía como mas eficaz y rápido de magia, que no era otro que la sexual.
"Haz lo que quieras será toda la Ley", era su consigna. Estableció una abadía en Celas, en Sicilia, de la que sería expulsado por las autoridades italianas. Autor de numerosos artículos sobre magia y ocultismo, su bibliografía resulta abundante. Se cuenta de il que llegó a dormir una noche, para hacer un ritual, dentro de la gran pirámide de Keops junto con su "Mujer Escarlata", que por aquel entonces era Leah Hirsig.
Polémico siempre, Crowley tenía una personalidad en la que el sexo y las drogas llegarían a influir grandemente. Igual se vestía de "gentleman" inglés, que de clásico escocés, que de emperador chino. Dicen que tenía una mirada profunda y penetrante, y que atraía irresistiblemente a las personas con las que trataba. Maestro del yoga, que aprendió con su amigo Allan Bennet, utilizó las disciplinas orientales para adentrarse en el conocimiento de la cábala mágica y elaborar su propio método.