Distintos tipos de Tiradas (II)
Tirada de los diez
Esta es otra forma de echar el Tarot que cuenta con numerosos adeptos, llamada así porque se emplean sólo diez cartas. Se puede recurrir a ella para obtener una respuesta o un consejo sobre un problema. Antes de mezclar las cartas se retira la que representará al consultante. Después habrá que dar la vuelta a los diez primeros arcanos.
El primero situará la atmósfera general que rodea a la pregunta o al problema que se ha planteado. La segunda indica las fuerzas que se oponen al consultante. La tercera representa la base de la situación actual. La cuarta simboliza una influencia que se está diluyendo o que va a desaparecer.
La quinta se refiere a una influencia que podría hacerse sentir; la sexta señala otra que no tardará en manifestarse. El séptimo arcano representa los temores que siente personalmente el consultante, sus dudas y tendencias negativas. El octavo subraya la ascendencia que tienen la familia y los amigos sobre estas personas. El noveno es la carta de las ambiciones, las esperanzas y las actitudes positivas del consultante. La décima carta, finalmente, da una idea del resultado final.
Enganche desplegado
Se trata de tirar las siete primeras cartas de un Tarot correctamente mezclado y tirado. Luego se disponen las cartas boca arriba, con los arcanos a la vista de la siguiente forma: la primera, arriba, la segunda más abajo y algo desplazada hacia la derecha, la tercera más abajo y un poco más a la derecha, la cuarta igual. A partir de la quinta se vuelve a subir y se coloca la carta encima de la cuarta y un poco a la derecha. Se hace lo mismo con la sexta, y la séptima debe encontrarse a la altura de la primera, con lo que el conjunto formará una especie de "V" mayúscula.
En este sistema, la primera carta remite a las influencias del pasado. La segunda indica la situación presente del consultante. La tercera revela el futuro, en términos generales. La cuarta indica el consejo que se debe dar al consultante. La quinta representa a los asociados, los amigos o la familia del consultante. La sexta indica los obstáculos que aparecerán eventualmente en el camino a seguir, y la séptima simboliza la solución posible del problema planteado.
Tiradas con arcanos menores
Está implícito que las tiradas hasta aquí descriptas pueden hacerse tanto con Arcanos Mayores –los 22 descriptos– como con los menores (de los que hablaremos más adelante). Mi experiencia, por otra parte, me recomienda no mezclar en las tiradas unos y otros. Y la razón es muy simple.
Espiritualmente hablando, cada mancia (o técnica adivinatoria) vibra en un determinado plano espiritual. Por consiguiente, distintos planos espirituales serán afines a distintos métodos de adivinación. Así, la Astrología corresponde al plano más elevado, seguido por los 22 Arcanos Mayores del Tarot, luego los menores (o "cartomancia") y finalmente, métodos tales como los "buzios", la ceromancia, la cristalomancia, etc. Si en una misma tirada mezclamos arcanos mayores y menores, estamos mezclando también las vibraciones espirituales de dos planos distintos, que sólo pueden aportar confusión e incertidumbre.
Tal vez el lector necesite alguna evidencia suplementaria de la realidad de esta división en planos entre los métodos de conocimiento clarividente. Sólo tiene que observar a su alrededor. ¿No ha reparado en que, espontáneamente, la gente con mucha formación espiritual o intelectual tiene una particular afinidad con la Astrología, la gente de nivel medio y sentido práctico con el Tarot –entendiendo como tal los 22 Arcanos Mayores– y el vulgo, de menor formación intelectual, y sólo interesado en frivolidades ("dígame si la mujer con la que me engaña mi marido es gorda, o vieja, o flaca, o rubia" o "¿Será joven, con plata y de cabello negro el hombre que encontraré pronto?") se inclina hacia la popular baraja española.
Para una pregunta acerca de problemas afectivos se pueden elegir, en un mazo bien mezclado, cuatro cartas que se disponen formando una cruz (tirada "cruzada"). La de la izquierda representa al consultante y la de la derecha será el otro, la persona en cuestión. La de arriba representará la motivación más elevada, el juez del juego, y la de abajo el resultado material.
Para obtener más detalles acerca de una persona que se conoce poco o mal se pueden echar siete cartas (tirada "septenaria"). Se mezcla el mazo como ya se explicó y después se eligen siete que se disponen en una sola línea y a las que después se les da vuelta. Las tres primeras hablan del pasado y del carácter de la persona. La carta del centro representa lo que más la motiva. Las tres últimas hablan de su porvenir.
En esta lectura de las siete cartas, como en la mayor parte de las lecturas con arcanos menores, la salida de un as es incitación a volver a plantear la pregunta a los arcanos mayores, utilizando el sistema de la cruz.
Una última forma elemental de echar las cartas: la estación. Sus resultados valen por un período de tres meses, pero no responden a ninguna pregunta en particular. Indican simplemente las influencias que van a dominar en un período muy próximo. Primero hay que saber el arcano que corresponde al consultante. Se coloca esta carta arriba de la mesa. Después, se mezcla el mazo y se sacan nueve cartas. Las tres primeras se disponen alineadas encima de la carta del consultante (la segunda debe quedar justo encima). Las tres cartas siguientes también se disponen en línea, de modo que la del centro cubra la del consultante. Y las tres últimas se colocan abajo, también alineadas.
Entonces habrá que dar la vuelta a las cartas elegidas, que formarán una especie de cuadrado. La línea superior representa al presente, la del centro se refiere al mes siguiente. La de abajo, al segundo y tercer mes. La carta final (abajo y a la derecha) es la que le da un sentido a la evolución general que supone este sistema. El dominio de tal o cual palo (bastos, espadas, etc.) proporcionará la tonalidad general de los meses subsiguientes.
Tirada gitana
En estos años de dedicarme a la actividad, tuve ocasión de contar con distintos profesores y maestros; algunos formales, institucionalizados, otros no. Entre los últimos, he aprendido distintos métodos de tirar las cartas, todos los cuales los he aplicado y experimentado descubriendo lo variable de su efectividad. Lógicamente, como de cualquier manera excedería en demasía este volumen describirlos todos (lo que por otra parte sería meramente anecdótico, ya que la eficacia de algunos de ellos es cuestionable) me he limitado a reflejar aquellos de los que sí me consta su utilidad. Como por ejemplo este, al que he denominado "tirada gitana" por el sencillo hecho de que me fuera enseñado por una anciana dama de ese origen, aunque ignoro si en su tradición (y lenguaje) tiene algún otro nombre específico.
Se baraja el mazo como hemos explicado y comienza a distribuirse en cuatro grupos sobre la mesa: el primero arriba a la izquierda (representará el pasado), el segundo arriba a la derecha (el presente), el tercero abajo a la derecha (el futuro tendencial, esto es, hacia dónde irían las cosas si no se hace nada para evitarlas) y el cuarto abajo a la izquierda (las opciones, los recursos alternativos a los que se puede acudir, las personas que pueden influenciar para alterar ese futuro). Las cartas se van echando de a una en cada montón, en el orden indicado y en el sentido de las agujas del reloj, hasta repartirlas a todas. Luego se toma cada montón por separado, se descartan las cartas que hayan caído invertidas y se procede a la lectura con las restantes.
Es importante prestar atención a esto: supongamos que usted está echando la carta 1 en el montón del pasado, la 2 en el del presente, y al echar la 3, en el lugar correspondiente al futuro, la misma está invertida. No se trata de continuar con la 4 en el montón de las opciones sino de echarla en el espacio del futuro; si por casualidad la 4 también está invertida, pues se echará la 5, y si esta cae también al revés, la 6, etc., hasta que aparezca una al derecho, en cuyo caso recién se continuará con la carta siguiente en el montón siguiente.