Rituales Vudú 2ª parte
Generalmente, los rituales vudú de este tipo son oficiados por un sacerdote que asume el personaje de un justiciero colérico, cuyo criterio de la justicia puede abrirle paso a la más despiadada crueldad, azotando a las personas que se encuentran en trance con un látigo al ritmo de los tambores que martillean con una cadencia mística provocando que el ambiente se torne mucho más pesado.
A medida que los rituales vudu van avanzando, los participantes comienzan a consumir bebidas muy fuertes como el ron o el clavin, que tienen agregados cuyo proceso fue el de la maceración, junto con especias y picantes, y al mismo tiempo representan la ofrenda que se le entrega a los dioses. Junto con ella, el sacrificio de animales también es parte de las ofrendas que se le deben hacer a los dioses.
Por ejemplo, una de las exigencias que se le hace de parte de los dioses hacia los sacerdotes, es que estos últimos deben degollar un gallo blanco, y en muchas otras ocasiones, los animales son tirados vivos a la hoguera.
Una característica principal de los rituales vudú es el baile, de hecho, al vudú se le llama “la religión bailada” y se debe al valor sagrado que le dan a la danza, que como bien hemos dicho siempre ha tenido un lugar privilegiado dentro de esta religión y sus rituales; los movimientos del cuerpo humano adquieren una cierta simpatía y la facultad de asumir aquellos poderes y atributos que caracterizan al animal que realiza la acción que se está imitando durante el baile.
Es importante tener en cuenta que en los rituales vudú la danza es un componente esencial, por ello es que la religión se cataloga como “bailada”. Lo que intentan los rituales vudú a través del baile es entrar en una especie de comunión con la naturaleza y lograr expresarse con todo el ser para lograr recibir el aliento del Dios que se manifiesta mediante el atributo elegido.
Otro elemento fundamental en los rituales vudú son los tambores que tienen un significado sagrado ya que representan a los espíritus independientes a quienes también se les hacen ofendas y se les dedican sacrificios. Sin duda los rituales vudu y toda la filosofía que rodea esta religión siempre estará bajo la lupa de todo el mundo ya que representa uno de los credos más controversiales que se siguen en el mundo.
Adorar a un ser supremo del vudú o loa
Para realizar este ritual, la persona debe colocarse de rodillas frente al trono vudú y repetir las siguientes palabras mirando hacia los distintos puntos cardinales. Hacia el norte debe mencionar “Olandéi”, hacia el sur “Adonei”, hacia el este “Atablei” y hacia el oeste “Dabordi”.
Posteriormente se vierte agua en un cacharro de fango y se deja caer tres chorros de esta agua sobre el sitio donde se está arrodillado y en la puerta del oratorio (en caso que la persona esté dentro de uno). Finalmente el individuo arrodillado le implora al loa que lo acompañe en todo momento. Esta práctica de rituales vudú pueden practicarse en soledad o rodeado de vuduistas.
La sepultura sacrificadora
Esta ceremonia se efectúa con el fin de agasajar al loa Ogoun y se realiza de la siguiente manera. En primer lugar los colaboradores jóvenes menores de veinte años, también llamados hounsi, se colocan en el centro de un círculo pintado en el suelo con pintura blanca. Los hounsi deben poseer en sus manos una candela blanca prendida.
El cual luego comienzan a resonar los tamboriles. A continuación se acerca un la place o colaboradora que retiene en sus manos un ave pequeña embadurnada en algún líquido oleoso. El la place se inclina entonces hacia el houngan o la mambo quien con un asson le dibuja un símbolo místico sobre su frente.
Seguidamente se cava una fosa y se introduce dentro al pequeño ave y se procede a tapar la fosa. El ave simboliza la vida que descubre los poderes del más allá. Finalmente se desparrama polvo de semillas sobre la tierra y el houngan o la mambo traza un símbolo que consta de un redondel y una cruz.