Otro hechizo para poner fin a una mala racha
La mala suerte en cualquier aspecto (salud, dinero, amor, relaciones, familia, etc.) puede estar asociada a diferentes factores pero el más importantes es tu manera de pensar: Si te convences de que te va a ir mal en tu relación de pareja, porque siempre has tenido mala suerte en el amor, seguramente así será; sobre todo, si no estás en la búsqueda de nuevas herramientas o estrategias que te lleven a tener la buena suerte que anhelas. Es importante que tengas la consciencia de que tu conducta va a influir, en gran medida, en la suerte que obtengas.
Otro ritual para acabar con una mala racha es el siguiente:
Materiales:
Unas hojas de tomillo
Unas hojas de laurel
Medio vaso de alcohol
1 Pergamino u hoja de papel blanco
1 Lapicero de color verde
1 Mortero de bronce
1 puñado de malva
1 puñado de ruda
Para comenzar, escribe en el papelillo o pergamino la siguiente oración:
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que el mal que alguien me está deseando no tenga acceso a mí (se nombra a la persona con nombres y apellidos), y que los malsanos deseos que otros seres me producen se alejen de mí (se repite el nombre de la persona), de mi mente y de mi vida. Y que nunca jamás vuelva el mal a penetrar en mí. Amén.”
A continuación, dobla cuatro veces el papelito y ponlo dentro del mortero. En el recipiente introduce los demás ingredientes de la receta y muévelo todo muy bien.
Mantén esta mezcla dentro de tu casa durante 27 días, más o menos. Cuando sea Luna creciente, una vez transcurrido este tiempo, tienes que tirarlo todo a un río o al mar, menos el mortero, y repetir lo siguiente:
“Por el ritual que he realizado al vaciar este contenido a las aguas del río o del mar, pido la celestial bendición para mi persona (se dice el nombre de la persona) y que las malas influencias no me afecten más ni en mi salud, ni en mi mente, ni en mi bienestar. Y que la maldad de mí desaparezca y me purifique para siempre. Amén”.
Con esto termina el ritual y la persona queda totalmente limpia de malas energías
Para ahuyentar la mala suerte de nuestro lado podemos también poner en práctica este ritual:
Compra un limón macho (tiene como un moñito en una de las puntas) bien grande.
En él, inserta tantos alfileres de cabeza morada como años tengas, procurando que su distribución sea uniforme.
Una vez hecho, pon un lecho de sal en un platito y encima deposita el limón rociado con unas gotas de vinagre.
Sitúa el plato en un lugar discreto de la casa.
Renueva toda la operación cada 9 días, cuidando mucho de tirar todo bien envuelto, plato incluido, en un lugar alejado de cualquier vivienda.
Si todo marcha de acuerdo a tus deseos, pero temes que se acabe tu buena suerte, hay cosas que puedes hacer para alejar las malas ondas. Seguramente habrás escuchado estos pequeños rituales, pero quizás se te hayan olvidado, es hora de que los recuerdes y los incorpores, para que la buena fortuna te siga acompañando.
Lo único que necesitas para realizar estos pequeños rituales cotidianos es incorporar ciertos hábitos, que seguramente ya conoces, pero que probablemente, se te hayan olvidado. Ni bien conozcas sus razones, te será muy fácil recordarlos. Ciertos objetos que forman parte de nuestra cotidianeidad, representan mucho más que la simple función que cumplen en nuestra vida.
El caso más representativo, en lo personal, son los zapatos. Tienen la importante tarea de proteger tus pies, cuando son confortables, casi forman parte de tu persona. Comparten tu marcha y en cierto sentido simbolizan tus avances, de allí que si los volteas, es como si retrocedieras sobre tus pasos. Nunca dejes tus zapatos dados vuelta, déjalos con la suela apoyada sobre el piso y en el lugar que les corresponde, a izquierda y derecha.
Por el contrario, hay una larga tradición que dice que las escobas deben ser guardadas al revés, para alejar las energías negativas. En cambio, si no quieres que falte el pan, nunca lo voltees.
Las costumbres populares, a partir de su aceptación colectiva, terminan por convertirse en realidades concretas. Sin embargo, más allá de estos sencillos rituales cotidianos, recuerda que todo cambia y que ni la buena, ni la mala suerte durarán por siempre. Por tal motivo, lo más importante sin duda, será el aprendizaje y experiencia que obtengas de tus buenos y malos tiempos.