Propiedades mágicas de la obsidiana
El nombre obsidiana proviene del latín obsidianus, como mención a un centurión romano que por primera vez la trajo desde Etiopía, aunque Plinio la mencionaba en sus escritos como obsianus lapis. La obsidiana es lava que se ha enfriado con tanta rapidez que los minerales dentro de ella no han tenido tiempo de formarse. Cuando la obsidiana va a nuestro encuentro significa que quiere ser nuestra aliada y protectora, así podemos utilizar su alta vibración para cortar de raíz cualquier situación conflictiva por la que estemos pasando.
Se considera una piedra mágica y sagrada. Además, por ser un mineral de origen volcánico se le relaciona con el elemento fuego y se considera una piedra de autoconocimiento con carácter terapéutico, es decir, una “piedra que actúa al igual que un espejo cuya luz hiere a los ojos del ego que no desea ver su propio reflejo”. Era considerada el mítico espejo, escudo generador y poseedor de las imágenes que reflejaba. En uno de sus tratados Ad Lithicum, Plinio menciona una curiosa bebida, cuyos "...poderes mágicos permiten ver el origen de todas las cosas. Se mezcla polvo de obsidiana, talco, mirra y lágrimas de resina de pino petrificada - ámbar- con vino tinto y se bebe antes de conciliar el sueño." Los guijarros se denominan "lagrimas de Apache".
La obsidiana es fundamentalmente una piedra de protección, aunque los espejos de obsidiana se han utilizado para la cristalomancia. En la Edad de Piedra era un material muy popular para la fabricación de cuchillos de piedra, puntas de lanza y cabezas de flecha, y cuando se usa con este propósito se conoce comúnmente como pedernal. Los antiguos Aztecas fabricaban espejos planos y cuadrados con este fedelpasto negro para usarlos como elementos para la adivinación.
Esta piedra encierra el poder de hacer que las cosas aparezcan, de revelar ideas, es decir, provocar que aquello que se encuentra escondido o dormido en el inconsciente salga a la luz. Por ello se la considera también la diosa de los tesoros escondidos. En nuestra mente, muchas cualidades se encuentran en la oscuridad, a la espera de poder manifestarse. La obsidiana es una piedra que se usa mucha en las terapias energéticas, nos ayuda a sellar el aura para estar bien protegido frente a las energías más densas del día a día, y nos da claridad para poder rechazar aquello que no queremos experimentar. Esta piedra tiene una frecuencia receptiva, ofreciéndonos la oportunidad de buscar dentro de nosotros la respuesta a aquellas situaciones que queremos solucionar.
Es una piedra de fuerte psiquismo; nos mostrara el otro lado de las cosas, la sombra, lo invisible nos mostrara lo que más necesitamos aprender, entender, aunque no necesariamente a de ser de la forma más fácil o placentera. La obsidiana se relaciona con el Chakra Raíz, vinculándose con la realización del ego, la tierra, lo físico, y el Chakra estrella de la tierra, vinculándose con la conquista de los espacios interiores. Si se aplica esta piedra ancestral en dichos chakras sentiremos como las energías más sutiles de los Chakras Superiores bajaran hacia estos para dar más claridad a nuestro ego, pudiendo visualizar con mayor lucidez aquellas partes nuestras que aun no entendíamos o que simplemente estaban ocultas llevándonos a alguna situación de conflicto. Dado que se la relaciona con las fuerzas creativas y de regeneración, se la relaciona con el Primer chakra, si bien son las gemas rojas las que pertenecen a este centro de energía Base.
La Obsidiana actúa sobre el aparato reproductor y al mismo tiempo ejerce gran influencia sobre los meridianos que corresponden a este chakra: el Intestino grueso (Ig) y el Intestino delgado (Id), ambos meridianos Yang. En ambos, se utiliza para sedar y así corregir los síntomas más comunes provocados por exceso de energía, es decir la sequedad de labios, ruidos en el tubo digestivo o presión en el vientre, y dolores en las orejas, zumbido en los oídos, o dolor de un solo lado de la cabeza .
La Obsidiana libera los sentimientos, de modo que puedan ser transmutados en otras formas, a través de expresiones creativas. La obsidiana tiene la virtud de guiar al espíritu por las zonas más oscuras del subconsciente. Se aconseja que sólo sean utilizadas por personas de sólido equilibrio emocional. En la antigüedad dan cuenta de una misteriosa bebida que se preparaba a partir de polvo de obsidiana y que ingerida antes de conciliar el sueño, permitía "ver el origen de todas las cosas". Son muy adecuadas para alcanzar las experiencias más profundas, absorbiendo la energía necesaria para arrojar al exterior, todo lo negativo de nuestro ser.
Es el remedio para el descontento, para la incertidumbre, para quienes sienten el deseo de hacer algo y no saben qué. Su gran poder magnético permite ordenar los impulsos mentales erráticos para encaminarlos hacia objetivos concretos de realización. Es de gran ayuda para aquellos que en su interior alojan un potencial realizador, pero no encuentran la forma de proyectarlo hacia algo positivo. La claridad para observarse internamente es su gran virtud; por eso, no es recomendable para personas con muchos conflictos internos, pues reconocer el origen de éstos puede resultarles traumático y contraproducente a quienes no son suficientemente maduros.
Su energía actúa en el plano espiritual del hombre, permitiéndole manejar sus emociones, para que éstas no interfieran en el conocimiento verdadero de su autentico yo. Es necesaria una voluntad bien desarrollada para lograr este objetivo, ya que el éxito en la tarea de un conocimiento interno profundo requiere de fortaleza para corregir las cosas negativas que se alojan en lo más interno del ser.
Es una piedra que asienta y da equilibrio. Sostenerla en las manos o colocarla debajo de los pies descalzos cuando te sientas desorientado o no puedas poner tu vida física en orden. Es efectiva cuando se lleva o usa en rituales protectores. Las esferas de obsidiana, que aún se fabrican en México, son magníficas herramientas para adivinar el futuro. Comúnmente se lleva para la buena suerte, pero también funciona para hechizos de protección y de adivinación.