El ónice
El ónice u ónix es una calcedonia negra o con capas paralelas blancas y negras en alternancia, ligeramente translúcida.
Esta propiedad le ha dado su nombre, que viene del griego onyx, es decir, “uña”. No obstante, la mayoría de los ónices comercializados hoy en día son opacos, porque se los tiñe de negro, una técnica que ya se utilizaba en la antigüedad.
El ónice siempre ha sido una de las piedras favoritas de Cartier. A partir de los años 1910, la Casa utilizó el ónice para hacer resaltar, con el contraste, ya sea la pureza del cristal de roca o el brillo del diamante, o bien los colores vivos del coral, la esmeralda o la turquesa.
Muchas veces, las joyas combinan estos tres elementos, el negro, el brillo y el color, en composiciones muy delicadas.
La combinación del ónice con el diamante era apropiada para las joyas de noche muy elegantes, al igual que para las joyas de luto que se usaban a principios del siglo XX. El famoso pavé pantera de Cartier, que data de 1914, es un pavé de diamantes salpicado de ónice, que ha seguido empleándose desde entonces en relojes, joyas, neceseres y ornamentos de bolsos de noche.
Propiedades curativas y espirituales.
El ónice otorga fuerza. Porporciona apoyo en circunstancias difíciles o confusas y durante periodos de enorme estrés físico o mental. Centrando tu energía y alineándola con el poder superior, permite accedera la guía superior y a la conexión con la totalidad.Puede llevar hacia adelante para ver el futuro y, con su capacidad de impartir energía personal, facilita que seas maestro de tu propio destino.
Esta piedra promueve el vigor, la fuerza y la perseverancia. Ayuda a aprender las lecciones, impartiendo autoconfianza y ayudándote a estar en armonía con tu entorno.
El ónice es una piedra amiga del secreto que te ayuda a mantener tu propia opinión.
También se dice que contiene el recuerdo de las cosas que le han ocurrido a quien lo lleva puesto. Puede ser usado para practicar la psicometría a quienes sean sensibles a sus vibraciones.
La propiedad que tiene de conservar los recuerdos físicos, hace que el ónice sea útil en el trabajo con vidas pasadas para sanar heridas viejas y traumas físicos que afectan a la vida actual. Sostener una pieza de ónice lleva tu atención hacia el lugar de la herida anterior, que seguidamente puede ser curada a través del trabajo corporal, el reencuentro o la terapia de cristales. También puede usarse el ónice para sanar viejas penas y tormentos.
Psicológicamente, esta piedra reconoce e integra las dualidades dentro del yo. Ancla la energía aérea en un estilo de vida más estable e imparte autocontrol. El ónice es un tónico mental que alivia las preocupaciones y miedos abrumadores.
Otorga el valioso don de tomar decisiones sabias. Físicamente ayuda a absorber las energías universales necesarias para la curación y otros propósitos. Equilibra las energías ying y yang dentro del cuerpo.
En cuanto a curación, el ónice es beneficioso para los dientes, huesos, tuétano de los huesos, desórdenes de la sangre y para los pies.