La Esmeralda
La Esmeralda pertenece al grupo del Berilo, su color verde claro, amarillento u oscuro es otorgado por el óxido de cromo presente en su composición. Su nombre significa exactamente eso: color verde. Su brillo vítreo, transparente a opaco, frecuentemente está algo enturbiado por inclusiones.
La Esmeralda con su brillante matiz, es una de las gemas más caras del mercado, sin embargo pueden hallarse Esmeraldas en bruto a precio muy barato.
Esta gema afecta la mente consciente y subconsciente y aumenta la conciencia y facultades psíquicas de quién la usa. Gracias a esto se dice que la Esmeralda posee todo el conocimiento del pasado, el presente y el futuro.
Su relajante color hizo que las Esmeraldas se usaran como piedras que al mirarlas, producían alivio a los ojos cansados o débiles, relajaban el nervio óptico y restablecían la vista normal. Terapéuticamente éste es uno de sus usos por excelencia.
La Esmeralda simboliza la abundancia. Sus intensas vibraciones cumplen funciones de equilibrio y purificación. Según los ocultistas facilita la adivinación y posee el don de neutralizar campos de fuerza negativos. Es muy útil en ejercicios focales de meditación profunda, a la vez que aporta orden mental, serenidad, ansias de elevación espiritual y capacidad de esclarecimiento.
La pureza de su color convierte a esta gema en la piedra de la Naturaleza, que está relacionada con la sabiduría, la creación espiritual, la inspiración y los conocimientos ocultos. Se dice que los profetas de antaño la colocaban bajo la lengua antes de pronunciar sus oráculos.
El mítico Santo Grial, cáliz donde se dice que Jesús consagró el vino y el pan en la Ultima Cena se dice que estaría elaborado de una única esmeralda (aunque la lógica y la razón indican que esto es poco probable). La famosa Tabla de Esmeralda, tabla mágica de los ocultistas en la que estaban grabados los preceptos esenciales de las ciencias ocultas, era también una inmensa Esmeralda que según la leyenda fue hallada en una gruta donde había sido sepultado el cuerpo del dios egipcioThot o Hermes Trismegisto (3 veces grande). También es una de las piedras del pectoral de Aarón (se hallaba situada sobre su corazón).
La Esmeralda es una gema explotada desde muy antiguo, su intenso color verde se ha convertido en el símbolo de la primavera, la resurrección, la esperanza y el renacimiento, con sus correspondientes connotaciones de belleza, espiritualidad, bondad y por supuesto amor.
Siempre se ha usado la Esmeralda como uso ornamental, y no es de las piedras más asequibles, desde luego, pero su potencial energético es muy grande, por lo que hay que trabajar con cuidado con ella.
Amable y buena, la Esmeralda es la mejor curadora. Para los sanadores es imprescindible. Rompe los bloqueos emocionales en el corazón. Ayuda en trastornos cardíacos, presión arterial, neuralgias y asma. Su máxima carga de energía es bajo la Luna llena y bajo la lluvia. Afín al chakra entrecejo y chakra corazón.
Quien la usa esotéricamente consigue prosperidad, buenos negocios y profundos conocimientos.
El enigma de las Esmeraldas.
Muchas personas sienten rechazo hacia determinadas piedras, por considerarlas de mal agüero, pero ninguna de ellas posee un mito tan trágico como las esmeraldas.
Examinando esta curiosa y legendaria historia, asociada a accidentes, dramas, derramamiento de sangre y muerte, los estudiosos e investigadores de la materia suponen que puede estar ligada a su color, ya que en tiempos remotos era común asignar al verde un poder diabólico y maléfico.
La mala suerte del verde pudo haberse originado en épocas pasadas, cuando para obtener tejidos de ese color, las telas eran sometidas a un tinte que contenía arsénico y que, por lo tanto, contaminaba y envenenaba provocando verdaderas tragedias.
Los relatos del Renacimiento fueron abundantes sobre este tema.
Cuando la gema se rompe
Para algunas personas el maleficio de las esmeraldas sólo surge si la gema se rompe. Esa superstición pudo aparecer debido a que las esmeraldas siempre han sido muy costosas y cuando al joyero se le rompía la gema constituía una tragedia ese hecho.
Con el fin de acentuar el maleficio de las esmeraldas hay anécdotas de personajes famosos, como la actriz francesa Yossef Dey, que fue una de las mujeres más ricas del mundo después que se casó con un industrial belga, pero su pasión por la gema la llevó a la ruina.
En tanto, la vida sentimental de la multimillonaria Bárbara Hutton, llena de fatalidades, se asoció a su predilección por las esmeraldas. Pero todo esto tiene que ver más con la superstición que con la realidad.
Otro de los casos sobresalientes, es el de la esmeralda que fue ofrecida a la Virgen de Atocha en Madrid. Según cuenta A. Villeneuve en su obra Las piedras Mágicas, la estatua lleva al cuello una esmeralda de un valor inmenso, que perteneció a una serie de personas notables que todas, murieron de mala muerte o al menos de una manera extraña, entre ellas la infortunada Isabel, emperatriz de Austria, que fue asesinada por Liccheni, aunque nunca se entrometiera en asuntos políticos de su país y su vida conyugal y maternal no fuera más que una sucesión de pesares. La piedra fue a parar a una princesa española que murió pocos días después, y la reina de España llevó solemnemente la piedra a la virgen más célebre de su país. Aunque la piedra se halla expuesta en un lugar público, a nadie se le ocurrirá el pensamiento de intentar apropiarse de la gema fatal ¡ya que su valor material no compensa el peligro en que estaría la vida del ladrón!
A pesar de las leyendas que se han ido tejiendo a través de la historia respecto de “esmeraldas malditas”, opino que en caso de ser reales estos hechos debieran más bien imputarse a la irrefrenable codicia humana ante una gema de tanto valor, ya que la esmeralda nunca, bajo ninguna circunstancia irradia vibraciones negativas, ya vez todo el conocimiento que de ellas se desprende a través de la sabiduría ancestral de civilizaciones antiguas.