El Ópalo
Se dice que el ópalo goza de las virtudes de las demás gemas porque ofrece todos sus colores. Los viejos libros de magia afirman que tiene la virtud de concentrar energías, ayudar a controlar la cólera y de dar poder al que lo porta.
También aseguran, que no hay nada mejor que un ópalo pasado por agua para atrapar al amor esquivo. Llamada a veces la piedra de firmamento, se estima que su poder sobre los elementos está en relación directa con la belleza y tamaño de la pieza.
Los orientales consideran que el ópalo es la llave de la esperanza y que su portador está protegido de todos los males, al ponerlos en las manos de Dios. Creen que su mayor efecto lo consigue en aquellas personas que han tenido la fortuna de recibirlo como regalo de un ser querido.
Dado que los griegos y romanos de la antigüedad apreciaban mucho el ópalo, por asociar con la Gloria su brillo e iridiscencia, los generales acostumbraban a llevar unos bastones rematados con ópalos para obtener buena fortuna en las campañas militares.
Prueba del apego personal que puede suscitar esta gema, es la increíble historia de Nonius. El senador romano poseía un ópalo de gran belleza y tamaño, del que estaba tan prendado, que prefirió exiliarse antes que venderlo. En efecto, el emperador Marco Antonio, que la deseaba para regalársela a Cleopatra, estaba dispuesto a pagar la suma de dinero que fuera necesaria para hacerse con la piedra. Y Nonius, conociendo el tesón y el poder de Marco Antonio, optó por abandonar sus prebendas y poner tierra por medio, huyendo a Alejandría con su ópalo del alma. En esta ciudad egipcia murió sumido en la pobreza, pero con su gema entre las manos.
El ópalo llegó a mitificarse tanto, que en la Edad Media se consideraba que quien llevase una de estas piedras envuelta en una hoja de laurel podría alcanzar, en ciertas circunstancias, la invisibilidad. Naturalmente, que nadie se aventuró a ofrecer pistas acerca de las misteriosas circunstancias que tenían que darse.
- Signo del Zodíaco: Libra.
- Estación y hora más propicias: Verano, a las seis de la tarde.
- Correspondencias planetarias y metálicas: Luna y plata; Mercuro planeta y Mercurio metal; y sol y Oro.
- Ángel relacionado: Nibra Ha-Rishon.
Cuando la gema se vuelve loca
Entre los joyeros se habla de la locura del ópalo cuando se producen fisuras irreversibles en la estructura de la gema, que pueden llegar a disgregarla completamente. Este accidente suele ser interpretado por su poseedor como un signo de mal augurio. En todo caso, es una verdadera pena.
Colores y partes del cuerpo
Los expertos en medicina ayurvédica y de la radiónica, aseguran que se pueden conseguir ciertas mejoras psíquicas colocando, en diversas partes del cuerpo, ópalos de los siguientes colores:
- Rojo o naranja sobre la garganta, calma los nervios y mejora la depresión y la apatía.
- El incoloro sobre el abdomen, sosiega el estado de ánimo y favorece la meditación.
- El blanco, amarillo o rosado, en el chakra de la corona, el tercer ojo y el del plexo solar, aseguran que aumenta la intuición.
- El negro, puesto sobre el órgano correspondiente, dicen también que mejora las depresiones derivadas de las frustraciones sexuales.
Mala suerte
Hubo un tiempo nefasto para el ópalo en que llegó a estar prohibida su venta o exhibición por los daños que pudiera causar.
La culpa de tan mala consideración de imagen la tuvo Walter Scott. En efecto, el escritor escocés, en el año 1829, publicó una novela, Ana de Geierstein, en el que narraba la extraña historia de la bisnieta de un chamán persa, que llevaba siempre en su cabello un broche con un ópalo misterioso, y que al caerle encima una gota de agua bendita, éste se desintegró y con él su dueña, que quedó reducida a cenizas.
Como consecuencia, la familia real española atribuyó a una de estas gemas la muerte de cinco de sus príncipes. La pieza maldita fue colgada del cuello de la imagen de la Virgen de la Almudena, con el fin de que el inocente ópalo se regenerase.