El jade como autoayuda
El jade lo hay de muy distintos colores, pero quizá el más conocido es el jade verde. También es el más utilizado en gemoterapia por sus poderosas propiedades curativas.
El jade es un armonizador de energías ideal tanto para el cuerpo humano como para las casas, de ahí que en la antigüedad se utilizaran las esculturas en jade para decorarlas. La armonización de las energías se plasma en un efecto calmante y tranquilizante ideal para personas que sufren de los nervios.
Además también es un importante limpiador ideal para evitar las tensiones en las casas o limpiar el ambiente después de una discusión.
Es un cristal que relaja mucho y permite la superación de traumas psíquicos de cualquier tipo. Tonifica los nervios y suaviza las emociones.
El jade para el espíritu
Ideal para limpiar cada uno de los chakras, especialmente si se utilizan los jades de los colores asociados. De todos modos el jade verde se puede utilizar para todos.
En meditación nos ayuda a encontrar la paz interior y la armonía de nuestro espíritu. Nos permite descubrir la infinita belleza de Dios y el amor hacia Él que todos llevamos dentro de nosotros. Usando jade en meditación pueden pasar muchas cosas positivas.
El verde es ideal para el chakra cuarto.
Los españoles designan el jade con la expresión "piedras de ijada" y de ahí proviene la palabra inglesa. El término jade en realidad designa dos tipos de piedra diferentes que se parecen mucho: el más común es la nefrita y el más caro la jadeíta.
Asociado durante mucho tiempo a la cultura china, en realidad el jade se usaba en la civilización maya de Centroamérica cientos de años antes de que alcanzara un posición real en el Imperio Medio. Los mayas extraían la jadeíta en Guatemala y la transformaban en armas y utensilios.
La adoración de los chinos por el jade empezó en la era Neolítica cuando se utilizaba la nefrita de los Montes Kunlun en ceremonias religiosas, en la agricultura y en la guerra. La “Piedra del Cielo” adquirió tanto prestigio con los emperadores chinos que Confucio llegó a escribir que los hombres debían aspirar a sus cualidades de benevolencia, inteligencia, honradez, humildad, resonancia, lealtad, fe, virtud y verdad.
El jade es más duro que el granito y más difícil de grabar que el acero macizo. Cuando los diamantes se introdujeron por primera vez en China en algún momento entre 1.005 y 221 antes de Cristo, en un principio se les valoró más como instrumentos de grabado del jade que como gemas en sí.
Aunque el jade se ha asociado durante mucho tiempo con la cultura china, no fue hasta l.784 cuando la jadeíta birmana llegó hasta allí y suplantó a la nefrita local como piedra imperial.
Los maoríes de Nueva Zelanda también usaban armas de nefrita. La estructura fibrosa de la nefrita está comprimida muy densamente, lo que convertía esta piedra preciosa en “perfecta machacadora de cráneos”. A pesar de su poca dureza, está considerada como el material gemológico más resistente.
Se cree que el jade trae buena suerte, salud y fortuna, ayuda en el parto y protege a los niños de las enfermedades. Por toda Asia millones de personas llevan amuletos de jade y creen que les procura a sus propietarios poder, erudición, pensamientos puros, larga vida e inmortalidad.
Existen dos tipos de jade diferentes: jadeíta y nefrita. La nefrita se encuentra en zonas esparcidas por todo el mundo y presenta en una gran variedad de colores. La jadeíta viene predominantemente de Birmania y aunque está disponible en gris, amarillo, rosa, azul, lavanda, rojo, blanco, marrón y negro, su color más popular es el clásico verde con el que la mayoría de la gente asocia esta piedra.
La intensidad del color y la transparencia son los factores más importantes a tener en cuenta al juzgar la calidad. Aunque el jade nunca llega a ser completamente transparente, cuanto más se aproxime a la transparencia, más valor tiene. Los colores más valorados son el verde “Imperial” y el verde manzana, muy raros. El jade lavanda también es muy poco común y alcanza precios altos. Un remolino verde de jade en una piedra que normalmente es blanca se conoce en chino como “musgo en nieve” y se vende por sumas considerables.
La jadeíta debe examinarse con un microscopio para ver si tiene alguna fractura interna que reduzca su valor. La calidad del grabado también es un factor importante del valor.
A menudo se tiñe la jadeíta de color verde o lavanda. La mayoría de jadeíta teñida no tiene muy buen aspecto. El jade a menudo se vende por piezas más que por peso en quilates.