Ágata gris
El ágata gris es considerada una piedra fina o de alta calidad y es muy apreciada en alta joyería. Se trata de un cuarzo bandeado de color gris claro y gris oscuro con tramas blanquecinas.
Se caracteriza por una gradación cromática que juega con los tonos blancos y grises. Puede encontrarse en regiones de todo el mundo, hay notables yacimientos en la india, Estados Unidos y Escocia. Esta roca silícea ya era conocida hace más de 5.000 años por los fenicios, asirios y sumerios, que la tallaban para crear piezas ornamentales.
En el antiguo Egipto algunos amuletos basados en al figura del escarabajo sagrado se tallaban a partir de ágatas, puesto que ya entonces se consideraba que esta piedra proporcionaba fuerza y longevidad, garantizaban las cosechas y protegían de las enfermedades. Sus vetas oscuras y las vibraciones luminosas se sus bandas blancas poseen gran energía receptiva e intuitiva.
El ágata gris es quizá una de las piedras que emiten con mayor pureza en la vibración del tercer Rayo o Mercurio.
Es muy útil para aquellas personas que tengan debilitado o alterado el sistema nervioso, sobre todo si tienen tendencia a somatizar y llegan a provocarse disfunciones intestinales, insuficiencias respiratorias, alergias de las más diversas, mala coordinación motora o que psicológicamente encuentren sus facultades mentales concretas disminuidas o que se encuentran con dificultades expresivas, como tartamudez, falta de argumentación o carencia de ingenio.
El ágata gris actúa sobre el sistema nervioso y el cerebro, acrecienta el sentido de la lógica, mejora las facultades mentales concretas, acentúa el ingenio de quien la lleva, ayuda a manifestarse y explicarse con soltura y claridad.
A nivel físico mejora los reflejos, y la coordinación motora, alivia las alergias que inciden sobre el aparato respiratorio y ayudan a mejorar las disfunciones intestinales de origen psicosomático.
Este tipo de ágata, que reúne los conceptos del elemento Tierra (tonalidades oscuras), y el elemento Luna (color blanco), potencia la creatividad y la espiritualidad, transformando la fuerza de nuestra naturaleza más instintiva en energía pura.
Mejora la concentración, la percepción y las habilidades analíticas, de forma que te dirigirá hacia las soluciones practicas, el ágata nos hara ver la verdad, nuestra propia verdad incluso nos estimularan para ver recuerdos guardados sin solucionar.
Reoxigena el cuerpo físico.