Las psicofonias de Belchite
La leyenda de Belchite comienza en epoca de la Guerra Civil Española, con el bombardeo de todo el pueblo y con la muerte de sus habitantes A raiz de estos hechos se dice que por las ruinas del Belchite Viejo (tengo que aclarar que me refiero a Belchite Viejo al existir actualmente el pueblo llamado Belchite que es el que esta habitado y el Belchite Viejo que es el que fue destruido), vagan las almas de toda la gente que murió... Segun nos adentramos en el pueblo, podemos observar a los lados como se levantan una hilera de edificios y casas, todos desvastados por las bombas.
En el verano de 1937, fuerzas republicanas al mando del general Pozas iniciaban una ofensiva con la que consiguieron ocupar Quinto, Codo y Mediana, amenazando la ciudad de Zaragoza. Después de un año de guerra civil en España, los nacionales del general Franco se encontraban a punto de entrar en Santander, y la ofensiva republicana en Aragón pretendía impedir la pérdida de la plaza cántabra y del frente del Norte que aún resistían.
A finales de agosto, el avance de las tropas gubernamentales se encontró con un grave escollo: el pueblo de Belchite, bien fortificado y con una guarnición nacionalista de unos dos mil efectivos que resistieron hasta el 6 de septiembre de 1937.
Belchite, centro comarcal de la Tierra de su mismo nombre, enclavada en un medio natural típico del secano aragonés, quedó completamente arrasado y se calcula que los muertos en la batalla fueron unos seis mil.
El importante patrimonio histórico y urbano ya dañado por las consecuencias de las guerras carlistas, quedó prácticamente arrasado en los aciagos días del verano de 1937. Belchite no fue reconstruido y hoy conviven el pueblo nuevo y el viejo, en un impresionante testimonio de la violencia de los hombres para con su historia.
La guerra civil española se pierde entre los muros del pueblo abandonado, desgarrados por las balas y los obuses, para trascender hasta convertirse en un símbolo intemporal de los anhelos de paz.
Hoy, existe un Belchite subterráneo, ya que durante la guerra, la gente comunicó con túneles las bodegas de las casas para esconderse y poder comunicarse sin riesgo. Bajo tierra, podría haber documentos y objetos de valor histórico sobre el pueblo, la guerra y la vida cotidiana durante el conflicto.
Los que han atravesado sus calles polvorientas lo han sentido, es como si el tiempo se hubiese detenido. Esperas que en cualquier momento unos niños salgan corriendo de uno de los caserones destruidos, y es que aun se siente vida en el pueblo.
Las leyendas de Belchite.
Desde su total abandono en la década de los 60 y dado su pasado doloroso y sangriento, junto con el perfil fantasmal de edificios semiderruidos. Belchite viejo ha sido un centro de peregrinación para investigadores de lo paranormal de todo el mundo. Las ruinas de los conventos de San Rafael y San Agustín, la inquietante torre del reloj, el viejo cementerio, la iglesia de San Martín… cualquier rincón de este pueblo es un lugar idóneo para pasar una noche con una grabadora y un termo de café.
Y los resultados de estos investigadores no tardaron en producirse. Decenas de psicofonías, grabaciones en las que se escuchan los ecos de la guerra como si aquellos terribles días de 1937 hubiesen quedado impregnados en todas y cada una de las piedras del lugar. Aviones, bombas, disparos… lamentos.
Con el paso de los años las leyendas fueron aumentando, en gran parte gracias a estas psicofonías. Presencias misteriosas que caminan por las solitarias calles, sombras que parecen desaparecer en el interior de las casas al paso de los visitantes, fotografías en las que aparecen figuras entre las ruinas, manos que arañan las tiendas de campaña de jóvenes que pasan allí la noche como gesto de hombría, campanas que hace años que desaparecieron y que vuelven a repicar en las noches más oscuras, un niño juguetón que suele asomarse en lo más alto del campanario… quizás sea él quien toca las campanas. Voces que hielan la sangre a los visitantes recomendándoles que se marchen de allí…
Para muchos investigadores de lo paranormal, el viejo Belchite, es el lugar perfecto para realizar psicofonias, y por los resultados podemos afirmar que así es, tanto por la cantidad como por la calidad.
Una de las mejores grabaciones realizadas fue sin duda la de nuestros amigos David Garcés y Paco Calahorro, que junto a un equipo de investigadores consiguieron grabar en la iglesia de San Martín una voz. Después de analizarla, hay unanimidad en catalogar la voz de una niña o niño, también se puede escuchar un clic metálico característico de estas grabaciones, la escalofriante voz dice: "Rojo al suelo".
Según los investigadores, allí no había ninguna niña o niño que hubiera podido realizar la misteriosa inclusión.
Al escucharla, parece que uno ha sido capaz de recoger un breve fragmento de historia, como si la voz hubiese perdurado a través del tiempo con la posibilidad de ser captada en determinados momentos.