Psicokinesis espiritista
Patológico porque el médium es una persona que tiene necesidad de afirmarse y al vivir en una cultura espiritista, por haber leído, experimentado, oído hablar de las creencias espiritistas, encuentra en éstas el modo de satisfacer "el íntimo deseo" de poder y luego también el de tener una aproximación espiritualista. El deseo de poder se satisface por la importancia que el sujeto va adquiriendo a los ojos de los adeptos y también porque el "espíritu-guía" acaba por buscar siempre el interés del médium.
En efecto, "el médium se cree guiado por un espíritu desencarnado que toma a su cargo particularmente su estado de salud. El espírituguía puede definirse también como el guía y el arbitro de los fenómenosmediánicos"
La "causa íntima" del fenómeno espiritista, la que se presenta aún antes que el "cree en mí", es un conflicto inconsciente del médium que es generado, a su vez, por "frustraciones y traumas" que la vida traduce en deseo de afirmación que lleva hasta aquel "cree en mí" que debe ser respaldado por "pruebas". Estas pruebas se suministran a los adeptos a través del hecho psicocinético y extrasensorial.
El hecho psicocinético empero está estrechamente unido a la fe del médium en los espíritus. Esta no es fe en Dios porque busca inconscientemente (diría por narcisismo) el propio provecho, es decir, la necesidad inconsciente de autoafirmación.
En este terreno se desarrolla la "psicosis mediánica" que Hans Bender ha individuado a su debido tiempo.
Creativo porque se desencadena en los inventos inconscientes más paradójicos sobre el mundo de los difuntos, pero extremamente gratificantes por cuanto el médium se coloca en relación con los "fans" como el dispensador de estas verdades.
Inconsciente porque todo esto sucede aparentemente por fuera de la conciencia y sin que el sujeto participe con la voluntad consciente. Esta realidad no excluye las pequeñas astucias del médium, que simulan un "trance" más profundo que el real por razones exclusivamente comerciales.
El médium genuino es, de ordinario, una persona de buena fe que cree en lo que revelan los espíritus. Son raros los casos de médium que, desde la interpretación espiritista se conviertan, como le sucedió a la señora Piper, a una interpretación científica del fenómeno.
La verdadera esencia del fenómeno espiritista, de todos modos, ya había sido individuada por muchos investigadores del pasado.
Enrico Morselli (1852-1929), célebre neuropsiquiatra, profesor ordinario en la Universidad de Genova, y convencido sostenedor de la escuela materialista que negaba la posibilidad de que existieran los fenómenos paranormales del espiritismo, se convenció de su realidad al hacer experimentos, pero formuló un parecer científicamente exacto.
De hecho escribe: "Para mí, como psicólogo, el lado más maravilloso es éste: que experimentadores como Hodgson después de centenares de sesiones, no descubren los vínculos psicogenéticos del más allá".
Por consiguiente, un más allá creado por la fantasía inconsciente del ser humano que, en su miedo a la muerte, no se conforma con las promesas de las religiones oficiales sino que trata de superar la angustia de la vida convirtiendo su necesidad de autoafirmación en un trampolín de lanzamiento y, como cómplice de la propia creatividad inconsciente, produce una comunicación directa hacia sí mismo y hacia los otros, la cual atestigua la certeza de la supervivencia.