La mansion encantada de Madame Lalaurie
La Mansion Lalaurie era atendida por docenas de esclavos y Madame Lalaurie era muy cruel con ellos. Mantenía a su cocinera amarrada a la chimenea de la cocina con cadenas, otros esclavos eran tratados aún peor. Fue una vecina de Madame la que empezó a sospechar que algo no iba bien en la Masion. Existían muchas sospechas a causa de la rapidez con la que los esclavos eran contratados en la casa. Las sirvientas eran remplazadas sin nunguna explicación, el chico que cuidaba el establo un día desapareció y jamás lo volvieron a ver. Hasta que un día un vecino iba subiendo las escaleras de la casa, escucho un grito y vió a Madame Lalaurie corriendo tras una niña con un látigo. Siguió a la niña a la azotea y allí vió como la niña saltó al vacio. Posteriormente, vió como la niña era enterrada en el jardín. Los vecinos lo denunciaron y el matrimonio se vió obligado a vender los esclavos. A pesar de esto, Madame consiguió que un familiar los comprara y se los devolviera en secreto.
Después de este suceso nadie asistía a los eventos de La Mansion Lalaurie. La familia fue ignorada. Un día un terrible incendio se propago por la mansion. Según cuentan fue la propia cocinera la que inició el fuego harta de los maltratos y abusos a los que era sometida. Después de apagar el fuego los bomberos encontraron una puerta secreta en el ático, al entrar se encontraron docenas de esclavos, amarrados a la pared en condiciones bastante lamentables. Unos fueron encontrados atados a mesas de cirujano con las intervenciones quirúrgicas más macabras y aberrantes que la mente pueda imaginar. Otros fueron encontrados con los ojos o la boca cosidos, otros presentaban amputaciones por diferentes partes del cuerpo, practicaron operaciones de cambio se sexo y cualquier tipo de operación extraña que se les ocurriá. Se encontraron también a muchos de estos esclavos metidos en jaulas para perros. Habían restos humanos en descomposición por todas partes, cabezas, órganos metidos en jarras. Algunas de las mujeres tenían el estomagos abierto y sus intestinos enrroyados en sus propias manos. Los hombres estaban en peores condiciones. Sus uñas habían sido arrancadas, sus ojos sacados, y las partes íntimas amputadas. Cuando llegaron los bomberos aún habían personas vivas.
Madama Lalaurie y su familia huyeron, unos dicen que a Francia y otros que se fueron a vivir al bosque cerca de un lago. No existen archivos en los que se constate que fueran castigados por los crímenes. El matrimonio desapareció como por arte de magia. Después de esto la casa fue saqueada y durante un tiempo estuvo habitada por vagabundos que iban allí a pasar la noche. Se decía que la gente que entraba y a no volvía a salir. Los vagabundos se van de allí asustados por los espectros que dicen se les aparcen en toda la casa. Más tarde, la casa la paso a ser un colegio para niñas pero también acaba por ser desalojada por el mismo motivo. Finalmente, la compra un magnate de la ciudad que al poco tiempo decide marcharse asustado también por las cosas extrañas que ocurrían. Actualmente, la casa ha sido redecorada y usada para apartamentos. Pero pese a los lavados de cara la mansión sigue siendo una puerta al infierno donde los sucesos extraños y terrorificos no dejan de sucederse.