La pantomnesia
La pantomnesia, también conocido como hipermnesia o criptomnesia, es la habilidad de memorizar y recordar todos los sucesos y vivencias que ocurren en el entorno del agente, incluyendo los hechos conscientes, subconscientes por vías sensoriales e incluso los estímulos subliminales.
Muchos autores lo han visto como una posibilidad real de las facultades actuales de memoria humana, influenciados tal vez por casos extraordinarios de personas con memoria extraordinaria. Por ejemplo, los savant (como el hombre real inspirador de la película Rain Man), o aquellos con memoria fotográfica.
Robert A. Heinlein se explayó notoriamente con las posibilidades del cerebro humano por desarrollar curiosos poderes psíquicos en su novela-biblia Forastero en tierra extraña (1961). Entre las menos asombrosas estaban las capacidades de los testigos perfectos, capaces de recordar perfectamente todo lo ocurrido durante el tiempo que sus servicios eran requeridos y de testificar tal extremo sin poder faltar a la verdad si era necesario. Heinlein, claramente, creía en la pantomnesia como posibilidad de un esfuerzo de concentración específicamente dirigido, una mezcla entre cualidades innatas y aprendizaje.
Frank Herbert no parecía opinar de forma muy diferente y, en Dune (1965), la hipermnesia es también una de las múltiples cualidades que el entrenamiento y el uso de la melange pueden hacer aflorar en un sujeto con la genética adecuada.
Pero quizás sea la tecnología la que pueda aportar artificialmente estas capacidades. Muchas obras ciberpunk especulan con la ampliación del cerebro humano con dispositivos informáticos. Son el espacio de memoria alquilado en el cerebro de Johnny Mnemonic (1981), los cibercerebros de Ghost in the Shell (1989) o el P.I.C. (2006) y otros implantes neuronales. Algunas de estas ampliaciones podrían registrar los estímulos incluso cuando no estamos concentrados en ellos, y reproducirlos para nosotros a demanda, proporcionándonos una memoria casi perfecta.