Fenomenología Parafísica (PK): Teleplastias 1ª parte
Introducción al estudio de los fenómenos PK o parafísicos
En el campo de lo paranormal debemos distinguir dos vertientes perfectamente delimitadas, que ya hemos comentado anteriormente: la parapsíquica o fenómenos PSI-Gamma y la parafísica o fenómenos PSI-Kappa. En la vertiente parapsíquica se estudia la realidad de unos fenómenos, clasificándolos y catalogándolos al propio tiempo que se trata de identificar las circunstancias concretas en que se producen y que, incluso, como en el caso de la telepatía, clarividencia y telecinesia pueden ser registradas por procedimientos estadísticos.
Debe considerarse también la vertiente parafísica, en la que muy especialmente se polariza nuestra atención, pues si constatamos que estos fenómenos constituyen una realidad, es forzoso admitir su producción a favor de una energía de la que, si bien generalmente se la ha denominado telergía, nada sabemos de su naturaleza íntima y su actuación, intuimos que tiene su fundamento físico en la estructura biológica de los organismos que motivan a esta fenomenología.
Hemos elegido la parafísica como motivo de atención para este tema, pues si bien en el fenómeno telepático, por referirnos a uno concreto de los ya admitidos por la ciencia, podría ponerse en duda como consecuencia de su inaprehensible subjetividad, no ocurriría lo mismo con el conocido fenómeno de "poltergeist". responsable de los incomprensibles movimientos de objetos. En el "poltergeist", como fenómeno espontáneo de la telecinesia o efectos físicos, para cuya producción se hace necesaria la presencia de una persona accidentalmente dotada en el lugar donde se producen los hechos, sí hay que admitir la acción real y directa de una energía desconocida, por cuanto sin ella el fenómeno no tendría lugar. esta extraña energía está íntimamente vinculada a un especial comportamiento psicosomático del ser humano, circunstancia que nos interesa subrayar.
Cuando en pasadas épocas el hombre no entendía un fenómeno, recurría a la intervención de los dioses o de los demonios para justificar su ignorancia.
En nuestro siglo y en plena era espacial, su comprensión la hace recocer que la realidad es que aún no nos conocemos a nosotros mismos, pues a pesar de los tratados de neuropsiquiatría, psicoanálisis y afines, las nueve partes de nuestro cerebro, con sus inmensas posibilidades y poderes, continúan aún inéditas en espera de ser investigadas.
Las Teleplastias de Belmez
Los fenómenos que ocurrieron en la cocina de la famosa "casa de las caras", y a los que en su momento nos, son tan fantásticos e incomprensibles que se prestan a la incredulidad.
Sin embargo, consideramos que al exponer los hechos con los testimonios de las personas que los experimentaron, se deja constancia de un material utilísimo para los especialistas, que, al examinarlo, son los que podrán determinar la validez del mismo.
Si en el presente tema se recogen es por que los consideramos válidos, por auténticos, pues, pese a su variedad, siempre vemos en ellos elementos para apoyar suficientemente la autenticidad de las teleplastias de Bélmez de la Moraleda como fenómeno fundamental de los que allí se produjeron.
El pueblo, la casa de las caras, la familia Pereira
En los confines de la provincia de Jaén, entre Jódar y Huelma, limitando casi con la de Granada, Bélmez de la Moraleda aparece enclavado en las alturas de Sierra Mágina, "Sierra Mágica" como algunos la han denominado y no sin motivo.
Situados en las alturas de la sierra, el pueblo es encantador. Las construcciones sencillas se levantan en una llanura en la que antiguamente existió el poblado rural de la Moraleda, mas su nombre actual lo toma del Castillo de Bélmez, construido por los árabes sobre los cimientos de una antigua fortaleza romana en la cumbre del monte.
Bélmez era antes una cortijada habitada por gentes humildes. La Moraleda, a tres kilómetros de la anterior, un poblado dedicado a la agricultura y al pastoreo. De su fusión surgió su nombre actual: Bélmez de la Moraleda.
La patrona del pueblo es Nuestra Señora de la Paz, bajo cuya advocación está la Iglesia parroquial. Su emplazamiento actual data de 1.554; con anterioridad a esta fecha se levantó en el lugar que hoy ocupa la "casa de las caras", lo cual parece estar corroborado por la abundancia de restos humanos encontrados cuantas veces se realizaron obras de cimentación en las casas contiguas. También se encontraron restos en los materiales extraídos del subsuelo de la cocina, donde se manifiesta el fenómeno, con motivo de una excavación realizada en busca de las posibles causas del mismo.
Esta es, pues, la fugaz visión de un pueblo de Sierra Mágina, cuya existencia transcurrió feliz y tranquila hasta el día en que por, designios de su destino, acaparó la atención de las gentes por un extraño e inexplicable fenómeno que se reveló a modo de misterioso mensaje para unos, o de fraude o singular fenómeno para otros, en la modesta cocina de la casa de unos humildes labradores.
Desde la Iglesia, una callejuela nos lleva a la calle Rodríguez Acosta. Allí, y en el número 5, se ubica el inmueble propiedad de la familia Pereira, conocido por la "casa de las caras".
La construcción se levanta sobre una superficie de unos setenta metros cuadrados que corresponden a parte de lo que antiguamente fue iglesia y cementerio.
Directamente desde la calle y a través de un corto pasillo, se entra en la pequeña cocina donde se manifiesta el fenómeno. Al fondo y bajo la chimenea, se manifiesta el fenómeno. Al fondo y bajo la chimenea, se destaca la superficie de cemento del famoso fogón donde aparecen las teleplastias.
de la "casa de las caras" nunca se dijo nada hasta ahora. ni se oyeron ruidos, ni los habitantes de la misma tuvieron extrañas visiones hasta que un día, al aparecer por primera vez las teleplastias, la fantasía popular convirtió el sencillo hogar de las Pereira en escenario de un extraño duelo del que la familia dijo no tener noticia hasta ahora.
La parapsicología nos enseña que las apariciones existen ciertamente, pero como fenómeno telepático, y que el fantasma de los vivos puede ser una realidad, pero de ahí a creer en el retorno de los muertos, como algunos han querido hacer ver, existe un abismo. Esto es algo que los parapsicólogos católicos no admiten.
Es conveniente, por tanto, puntualizar lo que es fantasía y realidad para no crear temores insanos en los que de parapsicología no entienden, pues creemos que respecto a la "casa de las caras" hay que ser realista sobre todas las cosas e investigar el presente y no el pasado.
Familia Pereira Sánchez
D. Juan Pereira Sánchez, propietario de la famosa "casa de las caras" tiene más de 78 años y se encuentra jubilado tras haber dedicado toda su vida a la agricultura y al pastoreo. Hombre de trato agradable, nunca le importó atender a todas las preguntas. Su simplicidad encantadora es el fiel reflejo de su ingenua sinceridad.
Dña. María Gómez Cámara, su esposa, también tuvo para cuantos acudían a la famosa casa toda clase de atenciones. El matrimonio tiene tres hijos.
Muy a grandes rasgos, éstos son los datos referentes a la familia Pereira.
Desde el 23 de Agosto de 1.971, fecha en que por primera vez se advirtió el fenómeno, han pasado algunos años y las "caras" siguen ahí. Los rostros, con sus rictus impasibles, se mantienen firmes ante cualquier ataque, en un reto que confunde y desconcierta.
Por lo expuesto, y dadas las circunstancias que concurren en la familia Pereira, resulta imposible asociar la idea de fraude con los hechos.
Es necesario admitir, en principio, el fenómeno como auténtico y bajo este prisma lo vamos a analizar a continuación.