Respeto por la Madre Tierra
La ecología y el reciclaje son dos de las prácticas más comunes a todos los wicanos. La autogestión de todos los recursos para la supervivencia es un ideal, pero pocos lo consiguen. Los paganos creen que el hombre no posee la tierra; es nuestra casa, vivimos aquí, pero nadie puede realmente ser dueño de la tierra.
La noción de posesión de la tierra es una convención social. Somos servidores del planeta y tenemos que trabajar para mantenerla con buena salud. Esto se puede hacer participando en las campañas de preservación de los bosques, renunciando a los jardines particulares, rechazando el uso de pesticidas o fertilizantes químicos, apoyando y rechazando los productos que explotan a la Tierra o a su gente. El respeto por la vida es esencial, toda clase de vida, no sólo la humana..
Se sabe, por ejemplo, que los celtas adoraban las aguas de los diferentes manantiales y consideraban sagradas todas las fuentes. En torno a ellas tejieron variedad de leyendas, algunas de las cuales han pervivido hasta nuestros días. Por ejemplo en el bautismo, sumergían en sus aguas a los recién nacidos; si el niño sobrevivía pasaba a ser hijo legítimo puesto que tenía un protector, el río Rin, lo mismo que su progenitor.
La deidad más peculiar de las aguas era Epona -asimilada del mundo griego-, que siempre iba montada a caballo, animal que el dios del mar, Poseydón, había hecho surgir con su tridente, tal como quedaba recogido en la mitología clásica, por lo que también era considerada entre los celtas como una diosa ecuestre.La patrona de manantiales y fuentes era denominaban Sirona.
Las montañas
El concepto animista de la naturaleza y de la materia -las cosas están llenas de dioses y de demonios, y tienen vida- induce a considerar sagradas a las montañas y, de forma especial, a sus cumbres y picachos, en donde se llevaban a cabo rituales similares a los que se realizaban en el Rin.
Algunas cimas de montañas eran consideradas como morada de las deidades celtas y, en sus cumbres, se erigían templos en honor de los dioses que mejor protegieran estos lugares de silencio y recato. Eran consideradas como deidades la Montaña negra y algunas cumbres de los Pirineos.Esto me recuerda a los griegos y su Monte Olimpo.
Los Bosques
Una etnia, como la celta, que llenaba las regiones en las que habitaba con infinidad de seres fantásticos, tales como hadas, gnomos, silfos, duendes y enanos, tenía que procurarse sitios adecuados para la supervivencia de todos ellos. Y es así como nace el cuidado y respeto por el mundo vegetal. El bosque es el santuario celta, y sus árboles buscando su alimento de las profundidades de la tierra para extenderse hacia arriba abriéndose al espacio exterior, como un símbolo mágico de la relación existente entre los mundo superiores y el ser humano. "Como es adentro, como es afuera", nos lleva la principio hermético de correspondencia….
Hay ciertos árboles que eran la manifestación de la vida , como por ejemplo los de la familia de los quercus, que en ellos crecían.
Uno de los más protegidos ritual y eficazmente, es la Encina, a las cuales se las tenía un respeto religioso y trascendental, cargado de veneración. Era un árbol bendito y, cuando ardía, tenía la virtud de curar enfermedades. Podría ser que la tradición de la noche de San Juan sea una de las múltiples costumbres celtas adaptadas a nuestras creencias …
El Roble. Se creía que aquellos que pasaran por el tronco hueco de los árboles del bosque, serian preservados de todas las enfermedades y todos los males. El roble era el caso mas evidente que en ningún otro , por eso se le consagraba al dios celta Dagda, deidad creadora que encarnaba el principio masculino.
El principio femenino estaba representado en el muérdago. Sólo los druidas -poderosos sacerdotes galos-, con sus podaderas de oro, y revestidos con túnicas blancas, en una ceremonia plena de pompa y boato, podían cortar y recoger el muérdago que crecía apegado a los robles. La ceremonia iba presidida de un ritual consistente en sacrificar toros blancos a los dioses, también la tela en la que se depositaba el muérdago podado debía ser de color blanco.
La wicca es una religión orientada a la naturaleza, así que los paganos están atentos a las estaciones y a cómo cambia el mundo a medida que avanza el tiempo. Son conscientes de que cada día es diferente y especial.