Minutos Mágicos
El principio wiccan es la máxima ley de ética y comportamiento que todos los practicantes seguimos: “Haz lo que quieras, mientras no dañes a nadie”. Esta frase es la que marca la diferencia entre nosotros y otras personas que practican Magia. Cuando decimos: "no dañes a nadie" lo hacemos no como una limitación religiosa, sino como un principio moral y ético de equilibrio que nace de uno mismo y nos permite tomar conciencia de nuestros actos.
Esto nos incluye a nosotros mismos, nos invita pensar dos veces en lo que hacemos con nuestro cuerpo y nuestra mente. Nosotros valoramos, creemos y respetamos el equilibrio cósmico y el libre albedrío.
La Magia, según los antropólogos, es el sistema de creencias que sostiene la posibilidad de influir en los hechos ordinarios, mediante actos extraordinarios. Para nosotros, como wiccans, la Magia es una representación de la realidad en la que vivimos día a día y que nos rodea.
Resulta primordial entender que un trabajo mágico no materializa las situaciones o deseos como en la televisión o las películas. Para que la Magia sea palpable, alcanzable, y de larga duración hay que respaldarla en la vida diaria con actos, solemnidad y discreción.
Un ejemplo práctico y sencillo para comprender mejor esta afirmación es decir que, si una persona quiere conseguir un trabajo y realiza un trabajo mágico para conseguirlo, el hechizo funcionará poco o nada si es que el individuo se queda cruzado de brazos, sin buscar trabajo. Si espera que éste lo venga a buscar o que le caiga de las nubes, es mejor que espere echado, porque sentado se cansaría. ENTONCES una MÁXIMA importante dentro de la Magia es: “Un trabajo mágico no es otra cosa que una ayuda extra, para que nuestra mente inconsciente enfoque sus energías y afecte la realidad”.
Esta afirmación es una lección sencilla, pero que cuesta aprender. Cuando recién nos iniciamos en este Arte y descubrimos nuestros Poderes, nos sentimos deseosos de ponerlos en práctica “inmediatamente”; muchos queremos poner a prueba nuestras habilidades mágicas y hacerlo en cualquier oportunidad. Pero, como consejo y regla de oro les recomendamos que, antes de “lanzarse al éxito” y trazar círculos mágicos, hacer hechizos o invocar a las deidades, deben analizar y pensar bastante en lo que están por hacer. CUIDADO CON ABRIR MÁS PUERTAS DE LAS QUE SE PUEDEN CERRAR.
Para practicar la Magia, Artes Adivinatorias o incluso Curaciones, uno debe saber si está preparado para hacerlo y conocer a fondo su arte. Si pensamos hacerlo por satisfacer nuestro ego y probar nuestro poder a los demás, el resultado podría ser contraproducente, todo un chasco o incluso, podría atraer energía negativa para nosotros mismos y para nuestro entorno.
Otra MÁXIMA importante en la práctica mágica es la siguiente: “Determinar si el acto mágico está justificado o si la situación puede ser fácilmente solucionable sin necesidad de la magia”. Esto implica el analizar la situación, los antecedentes y sobretodo meditar respecto a las consecuencias que traería revertir una situación, modificarla o crearla. Muchas personas recurren a la magia o a la adivinación sin que se necesite verdaderamente; más allá de las consecuencias de desgaste energético que puede sentir el wiccan inexperto, también pueden estar interfiriendo con la ley de causa y efecto o karma.
Tomen en cuenta que no se puede estar utilizando las energías de nuestro entorno o las propias “alegremente” sin que esto sea justificado. Muchas veces nos tocarán personas que no estén dispuestas a seguir el consejo que la taza o las cartas le den, acostumbradas a vivir dentro de un círculo de auto-sabotaje; que acudirán por vuestra ayuda, prácticamente todos los días; como si esperaran a que su destino cambie “de un momento a otro sin que pongan nada de su parte”. Tenemos que tener cuidado y analizar cada caso y en lo posible, mantener un diário de nuestras actividades, guíense por lo que intuyen y no nieguen ayuda al que la necesita, salvo que esté más allá de su habilidad y preparación.
Recuerden que debemos contemplar todos los ángulos de la situación en la que queremos influir. Si es que se trata de algo referente, netamente, a las artes adivinatorias, también deberemos ser responsables con la lectura que se hace, evitar mentir y, sobretodo, dar la información concreta y claramente.