El Fallecimiento
La muerte es el último tránsito que hacemos en la vida.
La visión wicana de la muerte considera a ésta como parte de la vida, algo natural. Muchos wicanos creen en la Reencarnación.
Cuando llega la noticia de que un wicano se está muriendo, el grupo al que pertenece le visita, habla con él y lo ayuda a encontrar la paz. El objetivo es que no tenga miedo o, esté ansioso ante la última Iniciación.
Los wicanos, aunque apesadumbrados por la pérdida, no dejan de estar esperanzados con el próximo descanso de su compañero en Summerlands, el lugar destinado al descanso entre vidas terrenales. Se dice que se trata de un espacio donde reina un eterno verano, cálido y placentero.
Los espíritus de los que se han ido descansan allí y reciben a los recién llegados.
La persona que muere intentará hacer las paces con el mundo y prepararse para el viaje que tiene por delante. La ceremonia de tránsito wicana empieza antes de la propia muerte, de manera que la persona pueda tomar parte en la misma y expresar sus deseos.
El Entierro de los muertos
Esta celebración wicana no está tan estructurada como el resto de los ritos de paso. Todos los años celebran el misterio de la muerte en Samhain. Este Sabbat es pues el momento de duelo wicano por excelencia. Un memorial que consiste en un Círculo y un grupo cantando una melodía funeraria. En realidad, lo que se celebra es la naturaleza cíclica de la vida y de la muerte.
Algunos grupos prefieren que cada una de las personas que forman el Círculo pronuncien un breve discurso en honor al fallecido. Puede ser que se rece y se pida a los Dioses que le concedan un tránsito sencillo o una estancia feliz en Summerlands, sobre todo, en el caso de que la muerte haya sido repentina.
En esos casos, el fallecido puede necesitar ayuda espiritual para conseguir seguir adelante. El grupo intentará asistirle con su oración y su energía.
Normalmente, esta ceremonia tiene lugar después de los servicios «mundanos», en los cuales el pagano no tiene mucho que decir, pero que son el ritual de preferencia de la familia no-wicana del fallecido.
En cuanto a los detalles del sepelio, los wicanos no suelen pronunciarse. Aún así, algunos prefieren la incineración, mientras que otros se decantan por el entierro.
El cuerpo es sólo un recipiente, una vez muertos, nuestra esencia sobrevive y ya no necesitamos más el cuerpo.
Independientemente del día del año en el que muera, el wicano será recordado en el próximo Samhain porque ese es el propósito del Samhain, rendir tributo a aquellos que nos han dejado.