Localizando Exteriores
Antes de empezar a hacer una valoración de los distintos espacios interiores en los que se desarrolla nuestra vida, debemos comprobar si existe algún tipo de influencia en los exteriores de nuestra casa.
Los chinos, a los practicantes del Feng Shui, los llaman “doctores de la fuerza vital”. Estos doctores, en tiempos inmemoriales, solían tetar el suelo del lugar donde se iba a edificar.
De este modo obtenían un conocimiento riguroso de los componentes de ese suelo, que más tarde usarían a la hora de decidir el tipo de materiales y la forma de la construcción que se erigiría en ese lugar.
Nosotros no necesitamos llegar a tanto; con saber en qué lugar de nuestra casa sale y se pone el sol, y los usos que vamos a dar a las distintas habitaciones a lo largo del día, será suficiente para descubrir por qué en determinados momentos nos sentimos incómodos en algunas zonas de nuestro hogar.
Un espacio con ventanas y lleno de sol situado en la parte este de nuestra casa, produce, a la hora del desayuno, una sensación completamente distinta a la que provoca una estancia situada en la parte norte.
Para poder entender de una forma clara qué sucede en el interior de nuestro hogar, debemos conocer, en primer lugar, algunos detalles primordiales del lugar, la forma y la ubicación de nuestro edificio.
Test
Marcaremos:
(1) Si la entrada de nuestra casa está orientada al norte.
(1) Si una habitación que se usa para estudiar por las tardes está orientada al oeste.
(1) Si la luz del sol no llega al salón o el comedor.
(2) Si nuestra casa está en una calle con mucha pendiente.
(2) Si el terreno que circunda nuestra casa no puede sostener vida vegetal.
(1) Si los cimientos de nuestra casa son rocosos
Lo ideal sería poder curar todas las condiciones negativas, pero con contrarrestarlas ya habremos mejorado. Si hemos totalizado más de la mitad de los puntos debemos hacer cambios. Rodearnos de las mejores condiciones nos ayudará a mejorar.
Algunas de las cuestiones que contemplan los tests quizá no sean adecuadas para viviendas en edificios de apartamentos, o en una comunidad de propietarios, pero puede que alguno de nosotros posea una segunda casa de las llamadas unifamiliares. Las cuestiones que no encajen en las primeras opciones, seguro que lo harán en las segundas.
Si la puerta principal está orientada al norte...
La luz del sol es un estimulante, produce en nosotros una reacción de optimismo y alegría. Una salida inundada de sol nos hace ver el comienzo del día con esperanza, por eso lo ideal es que las casas estén orientadas al sur o al este; pero podemos hacer algo par inyectar un poco de alegría a la zona: colocar plantas, flores rojas, u objetos pintados de amarillo; o mejor aún, situar algún objeto cerca de la puerta que nos haga sonreír al salir o entrar por ella. Un objeto divertido que nos regaló alguien a quien estimamos, o que quizá es la última ocurrencia de nuestro hijo.
Si tenemos un estudio orientado al sol de la tarde...
El sol poniente carga nuestra mente después de haber permanecido todo el día despiertos y activos. Permanecer frente a una ventana a esa hora es un inconveniente si queremos obtener buenos resultados de la tarea que estamos realizando. Si no podemos cambiar el lugar de trabajo, sí que podemos poner algo que haga de pantalla para filtrar la luminosidad: una planta, un vidrio de colores, cualquier superficie perforada... todos pueden ser un escudo efectivo susceptible de ser situado entre el sol y nosotros.
Si tenemos un salón o comedor sin luz solar...
La luz solar es una fuente de energía y optimismo. Necesitamos de ella para conseguir resultados óptimos en nuestras tareas y para mantener la salud. El sol es deseable en lugares en los que pasamos la mayor parte del tiempo y, en particular, en aquellos donde desarrollamos actividades.
Si tenemos una habitación sin luz solar y nos es imposible salir a la calle, por la razón que sea, aumentaremos la intensidad de las luces eléctricas, adornaremos las superficies con frutas y vegetales y animaremos la decoración con objetos de colores brillantes.
También añadiremos movimiento colocando objetos sensibles al aire en las puertas y ante la salida del aire acondicionado o del ventilador; y aumentaremos los sonidos con un equipo de música o relojes. Llenar de energía un espacio es una manera de imitar el exterior.
Si nuestra casa se encuentra en mitad de una pendiente muy acentuada...
Salir de una casa situada a medio camino de una pendiente nos obliga a frenar, o a esforzarnos, para empezar el viaje.Una pelota no deja de rodar hasta que no finaliza el descenso del desnivel. El chi es como una pelota, no se detendrá en una casa que se encuentra en mitad de una cuesta.Para conseguir que se pare la energía vital, la misma imagen de la casa debe ser vital.
Debemos conseguir que los ojos se fijen en la casa antes que en el final de la pendiente; para ello, la pintaremos de colores vivos que la llenarán de luz. Si tiene camino de acceso, una vegetación exuberante y cuidada la hará mucho más atractiva, y una buena iluminación hará deseable su visión en medio de la noche. Si, además, pintamos la puerta de entrada de un color que contraste con el resto de la casa, el chi no tendrá más remedio que venir a visitarnos.
Si tenemos tierra que no sostiene vida vegetal...
Debemos investigar la tierra en la que está nuestra casa con el mismo celo con el que un médico investiga el historial de un paciente antes de hacer un diagnóstico. Las variaciones de densidad en la ladera de una montaña o la dificultad para que crezca algo más que hierba en un parque son síntomas de que algo sucede con esa tierra; puede tratarse de algo nocivo para nuestra salud. Tratar de averiguar por qué pasa no nos hará ningún daño.
Si en los cimientos de nuestra casa una capa rocosa queda al descubierto...
Las formaciones rocosas no son impermeables al viento y al agua; al llegar la primavera, las fisuras de la roca se convierten en pequeños canales por los que el agua circula con total libertad, lo que general problemas de drenaje. Si no podemos asegurarnos unos cimientos nivelados, lo mejor es construir una casa con pilares, antes que sobre una base de cemento. Para cubrir esta capa rocosa de forma que redunde en beneficio de la casa, lo primero que debemos hacer es sellar toda la superficie rocosa con pintura impermeable. Después, podemos optar por plantar vegetación a la que le guste la abundancia de agua para que así se beneficie de las filtraciones rocosas. Se trata de combatir lo negativo con lo positivo a través del equilibrio.