Supersticiones para la verbena de San Juan
Esta noche se abre la puerta que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad. Es la noche en que los entierros arden, el Diablo anda suelto y los campos son bendecidos por el Bautista. Es una costumbre que en la mañana, muy temprano la gente se lava el pelo y la cara con las aguas bendecidas y comienza a llamar, tres veces consecutivas: ¡San Juan!, ¡San Juan!, dame milcao (guiso de papas con manteca) que yo te daré pan.
La noche anterior (23 de junio) dos han sido los eventos más importantes: el baile del fuego y las supersticiones. Algunas de estas supersticiones son:
La joven que sale al amanecer y se encuentra con un perro su marido será un goloso perro durante su vida.
Al salir, después de las 12, se encuentra con un gato negro es mala suerte para el futuro, felicidad si el gato es de otro color. (yo opino que un gato negro aleja las malas ondas)
Si a medianoche se hace una cruz en los troncos de los árboles, producirán el doble.
Si a las 12, mira la luna y después la higuera, la verá florecer.
La higuera y el “pesebre” (helecho) florecen esta noche. Quien posea una de estas flores será muy afortunado.
Quien vea florecer la hierbabuena esta noche será muy afortunado siempre que lo mantenga en secreto.
En la víspera se planta la flor de la hortensia, en un tarro con tierra y agua. Luego se le hace un pedido poniendo fe en el bautismo de San Juan.
Hay que lavarse las manos con agua de manantial para mantenerse joven y el cabello para conservarlo hermoso. Esa noche las aguas están benditas por el Bautista.
Cuando llueve esa noche o al día siguiente, va a haber abundancia de manzanas.
Antes de la salida del sol hay que regar los árboles con agua de manantial, para que den bastante fruta durante el año.
Para tener buena siembra hay que tirar un pedazo de vela la noche de San Juan.
Para aprender a tocar guitarra hay que colocarse durante esta noche bajo una higuera.
La principal superstición que se mantiene en torno a la mágica noche de San Juan, en referencia a su aplicación a la medicina, consiste en la creencia generalizada y común a diferentes pueblos de que las hierbas o plantas medicinales recogidas en la noche o madrugada de San Juan poseen cualidades y virtudes especiales.
La exposición nocturna es una práctica bien conocida en el mundo de la magia. La irradiación astral debe producir un efecto benefactor sobre las cosas y objetos que las reciben. No debe importarnos en nuestra revisión de tal hecho, el verdadero valor medicinal o la certeza de las propiedades curativas que dichas plantas poseen. Aquí lo que más interesa es la serie de virtudes que se le atribuyen a las mismas, pues lo que tiene relación con su acción curativa, es la fe con que se identifica a ésta panacea.
Parece que la base real de ésta creencia tiene su evidencia en que en tales días la floración es mayor y son los días de más intensidad, y desde luego por el efecto beneficioso del sol en estos días del solsticio de verano. La influencia del sereno que cae en esa noche es importante y con claros efectos mágicos, y no solo sobre las plantas sino también sobre las aguas, por lo que las viejas curanderas aconsejan recoger las hierbas al alborear la mañana.
De esta circunstancia se hace eco el romancero popular:
“Ya no cogeré verbena \ la mañana de San Juan \ pues mis amores se van”
“La mañana de San Juan \ salen a coger guirnaldas \ Zara, mujer del rey Chico \ con sus más queridas damas....”
“La mañana de San Juan, mozas \ vámonos a coger rosas \ Pues ya que tan clara amanece...\ Vamos a coger rosas.\ Y todo el campo florece...\ Aquí hay verbena olorosa”
“La mañana de San Juan \ cuando a los alegres campos \ a coger verbena y flores \ salen los enamorados...”
Pasemos desde este momento a reseñar la utilización particularizada de estas hierbas medicinales en las distintas afecciones y sus propiedades curativas. Basaremos estos datos de los obtenidos de Max Steffen en su trabajo de Lexicología Canaria en Revista de Historia Canaria de 1948.
Antes diremos que son diversas las fórmulas de uso. Puede ser utilizada en infusiones, tanto frías como calientes, solos o mezclados con diferentes hierbas, pero siempre en infusiones o bebidas. También se aplican de forma local en emplastos, tanto calientes como fríos, realizando cocciones que se aplican directamente a las dolencias o mediante friegas. A veces la forma en polvo, tras su quema al fuego, son usados solos o disueltos en agua sobre las heridas o las contusiones. Y por fin en forma gaseosa mediante la quema en forma de humo o sahumerios, puede que también se empleen mediante su aspiración o para los ojos, y que sirven para descongestionar fosas nasales, bronquios, garganta etc.
Entre sus usos tenemos:
1. las flores del hipericón se preparan obteniendo un aceite admirable para soldar las heridas frescas y rectificar aquellas de la cabeza y guardarlas de corrupción
2. para toda llaga vieja es bueno poner los polvos de la yerba perforada que llaman corazoncillo o yerba de San Ioan.
3. el aceite de corazoncillo se emplea con frecuencia por los campesinos contra las cortaduras y contusiones.
4. el aceite de hipericón, llamado también bálsamo tranquilo o emplasto confortativo de Vigo, sirve para el tratamiento de contusiones mediante fricciones calmantes.
5. el nombre de hierba de las heridas antes mencionado, proviene de esta cualidad que tanto la flor y simiente presentan. El zumo que se obtiene al estregarlas entre los dedos produce un líquido de color sangre, con la propiedad de restañar la sangre o curar las heridas y las hematurias.
6. a la verbena se le atribuyen virtudes curativas análogas al hipericón. De ahí su nombre de hierba curalotodo o de todos los males. Tomada en infusión puede contener las hemorragias; en uso externo, sanea las úlceras y heridas.
Pero no solo se emplean en el tratamiento de enfermedades orgánicas o somáticas sino también gozan de gran fama en la cura de enfermedades psíquicas o en la lucha contra los espíritus malignos o demonios.
Viera informa de que el uso del hipericón, al que atribuye iguales virtudes medicinales que a la maljurada, está demostrado como planta antihistérica y propia para los efectos maniacos, por los que algunos le han dado el epíteto de fuga demonun. Este efecto antidemoniaco es mucho más antiguo, encontrándose ya en escritos de latín de 1.496 y tal vez anteriores, pues Raimundo Lulio lo refiere antes de 1.315, como que “arredra todo demonio”. También tiene actuación para “confortar los nervios debilitados” según Dioscórides.
Por tanto, este efecto para tratar enfermedades en las que intervienen los poderes maléficos, está indicándonos claramente que estas plantas son utilizadas para el tratamiento específico de los maleficios.