El poder de las velas
Las velas nos ayudan a hacer realidad nuestros deseos, a iluminar nuestros pensamientos y así guiarnos cuando existe oscuridad mental, a sentirnos acompañados cuando la esperanza parece abandonarnos. El uso de las velas y veladoras es tan inocente como poderoso, por esta razón se han empleado, y todavía se emplean, en variadas ocasiones y en no pocos rituales sociales y religiosos.
Desde la antigüedad las velas han sido utilizadas en los rituales de magia y de hechicería debido al indiscutible poder del fuego para proteger y para dar vitalidad mediante la luz y el calor, esto en combinación con los colores adecuados ayuda a conseguir determinados fines.
El ser humano siempre ha reconocido en el fuego una manifestación divina, no en vano este elemento es una de las puertas que ha de abrirle el sendero de la iluminación. El hombre nunca ha perdido el sentido mágico de la existencia, ya sea de una u otra manera ha mantenido, como el centauro que lanza la flecha, sus ojos pendientes del firmamento, de los astros, de la naturaleza y de Dios. De esta forma, el hombre siempre ha reconocido el fuego como una manifestación divina y sabe en su interior que el fuego es la puerta que ha de abrirle el sendero hacia la iluminación.
Los rituales con velas son básicamente simples. Para realizarlos tenemos desde las conocidas velas de cumpleaños hasta velas de altar, velas de sacrificio, velas astrológicas y un largo etc. también las hay de distintos tamaños y colores, de cera de abeja y de grasas animales.
Utilizar el fuego y las velas en un sentido mágico implica el conocimiento y dominio de los elementos que los componen. En el caso de las velas, se tira del hilo sutil de la luz, de la iluminación, del fuego espiritual que consume la materia obstructora... En el yoga, la mirada absorta en las llamas de las velas encendidas es un método de concentración que sirve para alcanzar un nivel espiritual superior que permite la visión interior y exterior a un tiempo.
La luz de las velas tiene el poder de transmitir serenidad a nuestro espíritu como si fueran un puente con algún poder superior, probablemente por ello las fiestas religiosas se realzan de modo especial con la ayuda de velas encendidas. Para practicar la magia con velas no hace falta ser adepto de ninguna religión. El camino está abierto a todos. El único requisito es tener fe en algo superior. Después de ello, otra cuestión fundamental, al margen de algunos datos prácticos que damos a continuación, consiste en concentrar nuestra voluntad y nuestro deseo con la fuerza de nuestro espíritu.
Para montar un altar propio son necesarios una mesa, preferiblemente de madera; un candelabro, preferiblemente de metal; un platillo con tierra o sal; un vasito con agua; un perfume, una planta, una flor o incienso, un símbolo o una imagen y, por supuesto, la vela.
Al encender una vela, o más, para un fin determinado, se establece contacto con el subconsciente, ello se debe a dos principios: la concentración y el uso de un símbolo que sirve de causa. Por ello, quien quiera conseguir algo determinado, debe concentrarse en ello y formular el deseo que pretenda alcanzar de forma clara en su mente. Las velas deben dejarse arder el tiempo que dure el ritual, puede ser el corto espacio de unas oraciones, o podemos dejar que se consuman íntegramente.