Panteón Yoruba: Olofin
Olofin es una de las manifestaciones del Dios supremo de la religión yoruba Olodumare. Se le sincretiza con El Cristo en la religion Catolica. El hijo de Dios (Olodumare).
Olofin u Olofi es la tercera manifestación de Olodumare , del Yoruba Òlófín (dueño del palacio). Su palacio es el cielo y su corte real, los Orishas, Olofin es el que está en contacto indirecto con los hombres a través de los Orishas, es él quien los dirige y supervisa sus labores. Nada se puede conseguir sin su mediación, vive retirado y pocas veces baja al mundo como energía.
Olofin es el que repartió el ashé a cada Orisha (su relación con las energías de la naturaleza) y tiene los secretos de la creación. Olofin le permitió bajar a la tierra a Orunla (Orunmila) como profeta, puede utilizar a todos los Orishas, pero para prevenir la muerte usa a Osun. Se recibe en Ifá. El que tenga asentado su fundamento no podrá hacer nada sin antes atenderlo. Su ashé y contacto directo con los hombres está reservado a muy pocos sacerdotes.
Olofin repartió sus poderes entre los santos.
En los comienzos de la tierra y de la humanidad, la tierra solo estaba poblada de santos cuyo jefe supremo era un hombre viejo llamado olofin el cual vivía en la cumbre de una montaña de penoso acceso y todos los que hasta allí trataron de llegar habían fallado en su empeño.
Había un santo llamado obatala quien sabia de un tortuoso pero seguro camino que lo podia conducir hasta la cumbre y este era el camino de osagriñan y este cuando tenía deseo se comunicaba con olofin, el jefe supremo, quien gobernaba sin ser visto por sus vasallos.
Sucedió que las cosas en la tierra comenzaron a marchar para atrás, las cosechas se volvieron improductivas, vino la sequia, las hierbas y pastizales se secaban, el ganado en general iba desapareciendo y nada progresaba por lo que el espíritu de los santos se comenzó a caldear.
Una avalancha de gente se dirigió hacia la falda de la montaña y comenzaron a pedirle al padre: 'es preciso padre, que hagas algo por nosotros y por nuestro mundo, pues de no ser asi todos pereceremos'. Mas la loma no respondió nada; olofin enmudeció.
Entonces los santos crecieron en impaciencia y se desesperaron y en un último intento rogaron a obatala y lo instaron a que escalara la montaña.
Obatala osagriñan cogió y preparo todo y tomo el camino hasta la cumbre bordeando la montaña y se perdió en lo mas alto de ella y llego al pie de olofin. El anciano estaba tendido en el suelo y osagriñan exclamo su nombre una y otra vez; pero el anciano no respondía. Osagriñan lo sacudió tirando de sus ropas donde el anciano le respondió: ya no puedo más.
Osagriñan, en vista de esto, bajo la montaña y se presento delante de los santos y les dijo: olofin no puede más, esta extenuado. Todos los santos exclamaron, si el no puede más, que nos entregue sus poderes, que nosotros nos las arreglaremos.
Osagriñan volvió a la casa de olofin y le dijo; la gente quiere que usted haga un esfuerzo supremo, pero olofin respondió: no puedo más; entonces osagriñan le dijo; la gente quiere que usted reparta sus poderes entre ellos.
Olofin respondió: es justo, convoca a una reunión al pie de la ceiba, y no dijo nada más.
Osagriñan se dirigió a la ceiba y consiguió frijoles de carita, quimbombo, harina de maiz, eku, eya, awado, gbogbo ere y demás adimuses que les eran gratos a los santos y los puso en una cazuela, les añadió ori y convoco a todos a la reunión.
Los santos comieron y disfrutaron mientras esperaban al viejo olofin. Por la tardecita observaron al viejo el cual descendía colina abajo y cuando llego dijo; ya no puedo más, estoy cansado; a lo que los santos respondieron: entonces denos algo con que poder seguir adelante para remediar esta situación.
Olofin dijo: cada cual tendrá lo suyo; empinándose al cielo cogió un rayo y se lo entrego a shango, y le dijo; tu serás el dueño del rayo; extendiendo la mano cogió una centella entregándosela a oya, tu serás la dueña de la centella; doblo su cuerpo y tomo el agua del rio y se la dio a oshun, y le dijo; tu serás la dueña de los ríos.
Abarco el mar en su mano y tomando el agua se la entrego a yemaya y le dijo: tu serás la dueña de los mares; y asi sucesivamente a cada santo le fue dando lo suyo y a obatala lo dejo para lo ultimo y entonces le dijo; desde hoy tu eres el dueño de las cabezas.
Así olofin repartió el ashe entre cada santo y le dio el poder a cada uno.
Después que olofin hizo esta repartición todos los santos que estaban allí reunidos fueron para la casa de orunmila y le contaron lo que allí había pasado y entonces orunmila hizo osode y salio este ifa. Orunmia marco ebbo, lo preparo y mando a buscar a eshu, quien al ver a todos los santos reunidos en casa de orunmila pregunto: ¿quien me ha mandado a buscar?, yo solo acudo al llamado de orunmila.
Orunmila le dijo a eshu lo que había preparado y eshu se puso bravo; orunmila le dijo; que es lo que te pasa, quieres armar tragedia todavía?. Eshu respondió: no es nada de eso, es que a mí nadie me quiere considerar; orunmila le dijo: ¿que es lo que tú quieres? Y eshu le respondió; yo quiero el dominio del mundo y que me pongan en un sitio donde todo el mundo tenga que saludarme a mi primero que a nadie. Orunmila le dijo a eshu: tu petición será concedida y entonces orunmila sitúo a eshu detrás de la puerta de entrada de la casa de olofin.
Orunmila realizo el ebbo y después le dio el camino indicado y a cada uno lo mando para su casa.
Días después obatala va a visitar a olofin y como siempre entraba sin tocar; cuando abrió la puerta desde adentro le dijeron: no puedes entrar sin antes saludar a elegba con este suyere:
'eshuro elegba la eee, eshuro elegba la eeeelegba la moforibale, elegba lasargo'.
Obatala tuvo que cantar aquello y pedir permiso a elegba y entonces fue cuando pudo entrar en el ile de olofin.