La magia sexual
Se han escrito muchos libros sobre magia sexual, un tema que continúa fascinándonos tanto como a los antiguos. Aunque dé la impresión de que una discusión sobre sexo debería ser muy sencilla, incluso cuando está relacionado con la magia, no se requiere investigar mucho en el tema para descubrir que existen docenas de formas de magia sexual, todas ellas bastante complejas. Existen las artes tántricas y la generación kundalini, o poder de la serpiente interior, del misticismo indio, y las prácticas mágicas sexuales taoístas de Asia oriental que están vinculadas con la prolongación de la esencia vital. Después están los métodos paganos más corrientes que, aunque menos difíciles de aprender, pueden ser casi tan difíciles de dominar.
Puesto que el paganismo no considera sexo como un mal necesario, sus imágenes han sido incorporadas a muchos de nuestros rituales durante miles de años. Esto se ve más fácilmente en el Gran Rito de origen anglocelta, en el cual una daga y un cáliz simbolizan la unión sexual entre el Dios y la Diosa. En algunos círculos esta unión es representada de facto, aunque generalmente sin público. Debido a que este aspecto del Arte se ha difundido de una manera tan sensacionalista, se ha vuelto contra nosotros, atrayendo a nuestras filas a toda clase de gente que tiene poco interés en lo espiritual pero mucho en el sexo. Son estos y otros elementos nocivos que fueron atraídos al Arte los que utilizan imágenes sexuales sagradas para gratificar a sus propios egos y ejercer control sobre estudiantes serios que acuden en busca de orientación.
Como todo lo que se usa en un contexto sagrado, el sexo se vuelve un acto sagrado, un sacramento. Puesto que la espiritualidad contiene potentes mensajes simbólicos, la magia sexual es una herramienta muy poderosa que suele utilizarse con moderación. La magia sexual puede utilizarse fácilmente de manera incorrecta, incluso sin intención, simplemente porque es difícil controlar los pensamientos y las intensiones de uno en el punto culminante de la pasión. En contra de la creencia popular, muchos brujos no se entregan nunca a esta práctica con regularidad debido a esas razones.
En la magia sexual, la exitación sexual se utiliza como un recurso para generar poder. Naturalmente, la prolongación de este estado hace que la energía generada sea más fuerte, siempre que pueda mantenerse el centro. Por supuesto, el envío de la energía hacia el objetivo debe coincidir con el momento del orgasmo. Existen dos métodos principales para hacer que funcione la magia sexual. Sólo uno requiere que usted esté con una pareja; el otro puede hacerse con una pareja o solo. Estos métodos son:
- considerar recíprocamente a la pareja como una deidad encarnada;
- centrarse en un símbolo acordado que haya sido cargado con intención mágica.
Durante nuestros ritos sagrados, se supone que la gente implicada en ellos contiene algún aspecto de lo divino encarnado. Todas las mujeres son Diosas y todos los hombres son Dioses, aspectos de la fuerza vital creativa que, una vez unidos, despiertan a la existencia a todas las cosas. En esencia, trabajar la magia sexual con la idea de que la persona con quien usted está es un Dios o una Diosa genera una situación de Gran Rito en el que usted recrea el momento en que comenzó toda creación. La intención mágica centrada es muy poderosa en ese momento, razón por la cual hay que ser cuidadoso al moldearla y enviarla.
Mantenerse centrado puede resultar difícil cuando las pasiones se desbordan, un problema que se acentúa porque nos han condicionado a pensar que lo espiritual y lo sexual no pueden coexistir, por lo que todos los pensamientos lujuriosos que invadan la mente deben contrarrestar lógicamente los aspectos más elevados del hechizo. ¡Estas no son más que estupideces! Los mutuos deseos lujuriosos del Dios y la Diosa están bien documentados en los mitos y en los rituales de todas la culturas. La lujuria debería ser una parte sana de toda relación amorosa y sería triste para cualquier pareja que no fuera así. La pasión no negará a un buen hechizo; en realidad, si es cultivada cuidadosamente, su energía puede contribuir mucho. La parte difícil es aprender a controlar el centro de la energía.
He oído discutir hasta la saciedad que las parejas homosexuales y lesbianas no pueden entregarse adecuadamente a la magia sexual, realizar el Gran Rito, actuar como Dios y Diosa juntos, etc. En términos metafísicos, las discusiones de género son absurdas. Dentro de cada uno de nosotros están las cualidades masculinas y femeninas. En diferentes momentos unas pueden ser más dominantes que las otras. En la medida en que nos hallamos confinados a un cuerpo de un género, no estamos en condiciones de unirnos plenamente con una fuerza divina que representa a nuestra polaridad física, pero ello puede hacerse con cierto grado de éxito. Las parejas homosexuales y lesbianas deberían sentirse libres de trabajar con esas fuerzas como lo haría cualquier brujo.
Solo o con una pareja, puede aumentar sus posibilidades de tener éxito en la magia sexual simplificando su visualización. Céntrese en mantener en su mente un símbolo que represente su objetivo. Este es un pensamiento mucho más fácil de mantener cuando la atención es atraída agradablemente hacia otro lugar, en lugar de tratar de mantener una película mental desarrollándose en su cabeza. El símbolo deberá elegirse con antelación, y si trabaja con una pareja, tendrá que estar de acuerdo en que sus energías trabajen en concierto. La energía sexual dispersa es mágicamente inútil, como cualquier otra energía mágica dispersa. Después de haber seleccionado o creado un símbolo, dedique mucho tiempo a considerar al símbolo como una representación de su objetivo conjunto, de manera que cuando sea evocado durante el acto sexual sagrado éste resulte inmediatamente inundado por la nergía mágica. El símbolo también puede ser dibujado en una pizarra y colocado estratégicamente en la zona donde hará la magia sexual, de modo que si la imagen ya no puede mantenerse sexualmente, puede proyectarse en su subconsciente sólo con mirar la imagen.
Lo único antiético en la magia sexual es practicarla sin el conocimiento o el consentimiento de la pareja. La persona con quien usted se halla tiene derecho a saber que está haciendo con su energía sexual y a que se le conceda la oportunidad de decidir si quiere participar o no. Si su pareja no se muestra dispuesta y usted sigue adelante, está violando el Principio y se encontrará con que la ley del karma recaerá sobre usted. Si su pareja no se muestra dispuesta o no se siente segura, la magia sexual puede trabajarse perfectamente solitario. La magia sexual en solitario puede darle la oportunidad de explorar las profundidades de sus poderes mágicos, y le ayudará a entrenarse para centrarse y visualizar en las circunstancias más desafiantes.
Tampoco hay nada de malo en trabajar la magia sexual para ayudar a su pareja en algo que quiere. En la medida en que ambos estén de acuerdo respecto a cuál debería ser el objetivo, no hay nada de malo en centrar la energía sobre uno solo de los dos.
La pareja que elija para trabajar su magia sexual es cosa suya. Puede ser una pareja afectiva de mucho tiempo o alguna otra persona de su elección que se interesa por sus deseos mágicos. La magia sexual entre personas prácticamente extrañas no es tan potente, porque debe conocerse a alguien y a sus energías antes de poder trabajar en armonía con ellas. Puesto que en la actualidad el sexo puede tener consecuencias fatales, hay que decir que un factor determinante en su elección debería ser la preocupación por la salud y la seguridad de ambos componentes en la pareja.
La clave para el éxito en la magia sexual es mantenerse centrado en el objetivo durante la exitación y la estimulación erótica previa, cuando genera energía mágica y la envía hacia su objetivo en el momento del orgasmo. La magia sexual no es una herramienta que querrán utilizar todos, así como todos no quieren utilizar un atham, pero si se aprende y se ejecuta de manera adecuada puede ser una parte poderosa de su repertorio mágico.