Los Chakras y el aura
Sexto, séptimo y octavo chakras, los tres chakras superiores: Intuición, Ser, Vastedad, Infinito
Cuando pasamos del quinto al sexto chakra estamos más allá de los elementos naturales. Hemos atravesado todas las transformaciones de nuestra experiencia ordinaria que están codificadas por la tierra, el agua, el fuego, el aire y el éter. No hay ningún elemento vinculado a la Tierra asociado a los chakras superiores.
El sexto chakra está situado en el entrecejo. Se asocia con la glándula pituitaria y se representa con sólo dos pétalos. Ajna significa "mando" (comandar, dominar, conocer, obtener maestría sobre algo). Éste es el chakra del dominio. Aquí es donde alcanzas la integración de la personalidad por encima del dualismo de la psicología humana. Desde aquí desarrollas el sentido de la intuición para saber en qué dirección deseas ir. Es aquí donde se juntan los principales canales de energía ida, pingala y shushumna, donde los tres ríos de tu energía interna se integran en uno.
Es el chakra asociado con el tercer ojo, con el cual ves más que con dos ojos. Los dos ojos te dan dimensión en el mundo normal; el tercer ojo te da la visión, la profundidad y la dimensión de los mundos sutiles. Su función es ver lo invisible y conocer lo desconocido. Es el centro de la intuición y de nuestra conexión directa con la fuente infinita de sabiduría. Es diferente del poder psíquico que usa energía del tercer chakra y trabaja de él, y por ende, puede ser subjetivo en su apreciación.
Ya en pleno siglo XIX, se desarrollan varios experimentos encaminados a demostrar físicamente el aura. Así en el año 1845, el químico alemán Barón Karl Von. Reichenbauch, publicó un libro describiendo un experimento sobre el aura, en el que aludía a las percepciones por el recibidas, procedentes de ciertos tipos de cristales, así como de los polos de los imanes, llevándolo a cabo con varias personas, las cuales encontrándose a oscuras en una habitación, visualizaron emanaciones lumínicas de energía, procedentes de las extremidades de las personas que allí se encontraban, ocurriendo de forma similar con animales y plantas. Las emanaciones lumínicas eran de diferentes colores, destacándose el rojo, el violeta, el naranja, y el verde.
En este chakra adquieres también la maestría sobre la dualidad de la mente. Los dos pétalos representan los pro y los contra de cada pensamiento. Cada vez que el intelecto dice "sí", automáticamente implica "no". Cada vez que te da luz, te da también oscuridad. Obtener dominio sobre el sexto chakra implica no dejarse confundir por las polaridades de la vida, saber leer entre las polaridades, saber leer entre líneas. También la glándula pituitaria asociada con este chakra tiene dos partes, la pituitaria anterior y la posterior. Cada parte de esta glándula surge de un área diferente en el embrión. Sus tejidos tienen origen diferente y sin embargo están asociados. La dualidad, la polaridad y la dinámica constante representada por los dos pétalos del chakra se refleja en las estructuras físicas asociadas con él.
Cuando cantamos Ong, el sonido nasal "ng" estimula la cavidad del cráneo, donde descansa la pituitaria. Cuando el sonido vibra adecuadamente, la activa y desencadena una serie de actividades que la relacionan con la otra glándula maestra, la pineal.
La glándula pineal está asociada con el séptimo chakra, también conocido como el Chakra de la Coronilla, el Loto de Mil Pétalos o la Décima Puerta.
Así como el sexto chakra está asociado con la luz sutil, el séptimo chakra está asociado con el sonido cósmico. Ahí, cuando se despierta la percepción, es como si escucharas el ruido ensordecedor de miles de truenos estallando simultáneamente. Los videntes antiguos intentaron captar ese sonido en el "gong". Si escuchas el gong con toda atención, todos tus nervios se estiran hasta su límite. La percepción del cuerpo y la imagen del cuerpo se disuelven en un flujo de sinestesia, un complejo de sensaciones provenientes de varios sentidos a la vez. Ante esa presión, tienes opción soltarte y entregarte a la experiencia o contraerte y salir de ella.
La apertura del séptimo chakra tiene una condición clave: la humildad, la entrega, la capacidad de postrarse ante el Infinito. Por esto, en muchas tradiciones, las personas suelen inclinarse o postrarse ante la divinidad. El tope de la cabeza se inclina hacia la tierra y, al hacer este movimiento, la atención, la sangre, la circulación y el prana se concentran en el séptimo chakra y la persona se siente abierta y fortalecida.
El Aura es conocida en la tradición de Kundalini Yoga como el octavo chakra. Imagínatela ascendiendo por encima de tu cuerpo físico, y, mirándolo desde arriba, viendo una luz radiante que lo rodea con forma de óvalo o círculo. Se conoce como la fuerza circundante, la fuerza del escudo que rodea a todos los demás chakras. También tiene la apariencia de un chakra: un círculo o vórtice de energía, un lugar donde se concentra el flujo de la energía universal. Cuando esta fuerza circundante es fuerte, automáticamente filtras cualquier influencia negativa. Cuando es débil, eres vulnerable a todo lo que pasa cerca de ti. Un aura fuerte hace que todos los demás chakras funcionen mejor.
También se relaciona con la integridad de tu campo electromagnético Este campo circundante aparece como el aura y se percibe redondo y simétrico cuando tienes buena salud. Cuando estas enfermo se contrae y tiene bolsas y es menos radiante. En general cambia de color, intensidad y tamaño dependiendo del estado físico general y de los pensamientos y sentimientos.
La sensación que se percibe a través de este campo es la de estar conectado. La persona se entrelaza con el universo entero. El alma siente inmensa dicha al asociarse y residir en el cuarto chakra o en el aura, se afirma en la sensación de equilibrio y compasión cuando llega al cuarto chakra y descubre la amplitud y la realidad impersonal en el aura.
El aura no se asocia con ningún elemento sólo con el sentido o la sensación del Ser. Establece tu campo de dominio y lo proyecta en todos los lugares con tu presencia. Cuando ese campo circundante es fuerte y los demás chakras están alineados y funcionando bien, tu sola presencia actúa y dirige muchas de las fuerzas del universo para satisfacer tus deseos y necesidades.