La Mandrágora
La palabra “Mandrágora” viene de los griegos y significa “nociva para el ganado”. Sus nombres vulgares son Berenjenilla o Uva de Moro (Atropa Mandrágora), también conocida como manzana de Satán, manzana del amor o planta de Circe y los antiguos alemanes la llamaban Alraune. Es planta que generalmente crece en España, en los bosques sombríos, en a orillas de las corrientes y sitios misteriosos y olvidados en los que jamás penetra el Sol, aunque la verdadera Mandrágora, la de los magos, sólo crece en abundancia en el Himalaya, sobre todo el Tíbet, donde los sacerdotes la cultivan. Tarda en crecer aproximadamente 9 meses después de los cuales se puede utilizar en antídotos muy importantes en especial para reponer a personas que han sido petrificadas.
El conocimiento de las virtudes mágico-curativas de esta misteriosa planta, se remonta a tiempos muy lejanos. Josefus, Buda, Confucio y Mahoma, la mencionaban, y todos ellos la investigaron. Uno de los primeros ejemplos del uso de la también denominada “Mandrácula”, lo encontramos en egipcios, exactamente en el Papiro de Ebers, escrito 1500 antes de Jesús. En este papiro el uso de la Mandrágora figura como excitante sexual. Se la designa como "dujajim" (el fruto que excita el amor). Pero no es el único indicio que en la antigua cultura egipcia nos podemos encontrar del uso de esta mágica planta. En la estatua funeraria de Ja, podemos apreciar que su silla lleva por decoración Mandrágoras, en la tumba de Nakht vemos cestas llenas del fruto pestilente de la Mandrágora y así una sucesión de muchos notables nombres, como en la tumba de Nebamon, en la de Ramose, la tumba de Menna, en la tumba de Nakht, tumba de Nebamon, también en la tumba de los escultores de Amenofis III. En otra necrópolis como la de tumba Meryre, contemporáneo de Amenofis III encontramos una muy singular e inquietante, porque Meryre, que era el cuidador del príncipe Saaton, aparece con éste acurrucado entre sus rodillas, mientras que su cuidador se distrae paseándole una Mandrágora sobre la nariz. De esto podemos deducir que no había un mínimo de edad en el consumo de dicha droga. Quizá la mas conocida sea la de la momia de Tutankamón 1350 años a.C. exactamente en el tercer ataúd, nos topamos con un curioso collar, con seis vueltas y formado con once raíces las cuales le dotarían al faraón de una indudable capacidad sexual. Aunque no deja de ser un paradigma, dado que la muerte de Tutankamón le llego a la temprana edad de 19 años. Las bayas de Mandrágora aparecen representadas en una tumba muy particular, la del visir Rejmira, que quizá fuese el primero en usarlas en los ritos ceremoniales. Lo que si esta claro que a partir de este personaje histórico, la tumbas de los más destacados egipcios recogieron en sus pinturas estas bayas. En las tumbas de la necrópolis de los reyes de Tebas (1.800 a.C.) encontramos de nuevo la Mandrágora. Algunos entendidos en el arte egipcio del siglo XIV a.C. manifiestan una clara aportación de los efectos psicoactivos de la Mandrágora en el arte y un acercamiento al mundo osiríaco durante los funerales.
Se cree que la introducción de esta planta en el Antiguo Egipto, pudo ser debida a las búsquedas de nuevas sustancias psicoactivas, que fuesen mas potentes que otras que ya se utilizaban en aquella época, como el nenúfar. Pero la alta toxicidad de la Mandrágora, origino muchas intoxicaciones las cuales se paliaban con Opio. A veces se llagaba a la muerte por sobredosis de Mandrágora, pese a la regulación de las dosis efectuadas por los médicos. Y aunque las proporciones fueran las precisas, la entrada de los alcaloides en el cuerpo derivaba en malestares físicos. Así lo podemos ver en varias representaciones en tubas tebanas. Pese a todo esto, se convirtió en la droga por excelencia, gracias a su realismo en cuanto a las alucinaciones se refiere. Ideales para alcanzar estados alternos de conciencia y vivir experiencias místicas.
Pero también podemos reconocer a esta planta en textos mucho mas cómodos para nuestro entendimiento y anteriores al Papiro de Ebers, estoy hablando del Génesis de la Biblia escrito en el XX a.C. Raquel que era estéril fue madre gracias a una infusión de mandrágora, exactamente en el (Génesis XXX.14, 15,16). Dice así:
- 1.30.14. Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló Mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las Mandrágoras de tu hijo.
- 1.30.15. Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las Mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las Mandrágoras de tu hijo.
- 1.30.16. Cuando, pues, Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: Llégate a mí, porque a la verdad te he alquilado por las Mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche.
Los griegos también usaron esta planta en la preparación de sus vinos, y estos resultaban tan soporíferos, que muchos lo utilizaban como sedantes.
También los sacerdotes o druidas Galos, la usaron para luchar contara el mal de amores entre amantes. Este mismo podría ser el caso de Romeo y Julieta, aunque Romeo posiblemente tomó acónito. La recolección de esta y otras plantas mágicas debía de realizarse con una óz de oro. Los druidas dejaban constancia de estos tipos de hechizos solo y únicamente cuando esperaban la muerte en el lecho. Y siempre lo hacían de padres a hijos.
Muy curioso es lo que encontramos según Homero en la Odisea. Homero nos cuenta, que la Mandrágora atraía a los hombres consiguiendo que la amasen para más tarde transformarlos en animales para sus establos.
Y no nos podemos olvidar del uso frecuente de esta planta en el medioevo. En esta época su uso se le atribuye a las brujas, las cuales por mediación de los ungüentos les concedía el don de volar. Para estas ultimas desdichadas “las Brujas”, la Mandrágora era algo más que una simple hierba. Los hombres del campo saben, aun por tradición, el terror que sólo el nombre de esta planta despertaba en sus antepasados. Para ellos era un vegetal que tenía algo del Ser Humano y las obras de magia la indicaban como algo excepcional a que es forzoso dispensar un culto. Estaba asociada a Venus. Y dicen que sus raíces formaban la caprichosa forma de humano. En torno a este punto, son muchas las leyendas que se cuentan. Las raíces con forma de humanos que aun se guardan, posiblemente, hayan sido manipuladas para darle mas credibilidad a sus virtudes mágicas o incluso pudieron ser, falsificadas con otras raíces, las de algunos Alliums o las de Brionia. En referencia a este tipo de falsedades, nos dice Pitágoras unas palabras que a mi gusto son del todo reveladoras “…muchos burladores…para engañar al pueblo ignorante y crédulo, suelen, en la raíz de caña o en la briona, esculpir y entretallar todas las partes del hombre, ejerciendo ciertos granillos de trigo en aquellos lugares del cuerpo de los cuales quieren que nazcan hierbas en vez de cabellos o pelos. Formadas, pues la raíces con este fraudulento artificio, las meten debajo de tierra, y entonces las sacan como cosa monstruosa, y las venden por cuanto quieren”.
Un ejemplo de las leyendas a las que podemos hacer referencia, era la creencia que sus raíces mágicas emitían gritos a la hora de ser arrancadas de la tierra y quien escuchase estos gritos caía muerto en el acto. De hecho, a la hora de su recolección. Las gentes utilizaban perros para realizar esta tarea. Y que la manera para arrancarla y no morir en el intento es el siguiente; Se cava hondo alrededor de la raíz hasta ponerla al descubierto. Mientras no se intente arrancarla no hay peligro. Se ata una cuerda a la raíz y el otro extremo se ata al cuello de un perro. Se llama al perro desde cierta distancia. El perro quiere acudir, tira de la planta y la arranca, grita, y el perro muere. Una vez se tiene en posesión la Mandrágora, a esta, debía dársele forma de hombre si su dueña era mujer y viceversa si su dueño era hombre. Por lo que se ve, dado el poder hechicero de la Mandrágora, merece la pena sacrificar un perro.
Leyendas, no menos mágicas, nos aseguran que las plantas de Mandrágora se convertían en hombrecillos pequeños y estos hacían lo posible para favorecer al que fuese su dueño.
Plinio en el libro XXV, capitulo 94, narra otra manera no menos mágica, sobre los cuidados al recoger dicha planta. “Los que la cogen, procuran que el viento no venga de cara, y con una espada describen tres círculos en torno a ella antes de arrancarla, lo cual realizan mirando poniente”. Un poco mas escatológico en este sentido es el judío Fosephus Flavus, del siglo I de nuestra era, dice así en su obra titulada “De bello judaico”; “arrancar la Mandrágora es empresa ardua, porque se adueña de quienes se acercan a ella, salvo si antes ha sido rociada con orina de mujer o sangre menstrua. Pero aun entonces, es bien cierto que vasta con tocarla para morir”, y continua con el método ya mencionado del perro.
Hoy en día se usa en religiones neopaganas, como la Wicca.
Pero tan importante era su recolección como su método de consumirla. Las maneras administración de esta planta son varias; la menos recomendada es la manera nasal, aunque también se ingería anal o vaginalmente. También la suministraban por medio de crema en la piel, pero la manera mas eficaz es la oral. Cualquiera de estas modalidades sobre el consumo de la Mandrágora, es capaz de llevar a la mente a un estado alucinatorio extremo.
Muchas denominadas brujas, perdieron la vida por poseer esta planta. Un ejemplo de ello, lo encontramos en 1630, en Hamburgo tres mujeres fueron condenadas por poseer raíces de Mandrágora en sus casas.
Uno de sus muchos hechizos que podemos encontrarnos en los grimonios; cogiendo la figura con la mano izquierda y haciendo el signo del pentagrama con la mano derecha, se apuntaba hacia ella y se la bautizaba con el nombre de la persona deseada para amar. Luego es cogida y enterraba en el jardín, vertiendo agua, leche y sangre del oficiante mezclada y se decían estas frases: “Sangre y leche sobre mi tumba harán de…… mi eterna esclava”. La planta se dejaba bajo tierra hasta que llegase luna nueva, y desenterrando se volvía a recitar otras palabras: “luna que tan pálida en lo mas alto brillas, concede esta noche tu bendición sagrada a mi oración y mi súplica ritual para que el corazón de….de amor por mí se llene.
Después se dejaba secar la planta, se rizaba periódicamente con incienso y se le recitaban nuevos conjuros, y si la persona a la que iban dedicados los conjuros no se mudaba de casa, el o la elegida caería rendida en sus brazos.
Pero las tres mujeres de Hamburgo. No fueron las únicas en caer bajo el brazo secular de la inquisición. A Juana de Arco la acusaron de usar la planta porque pensaban que ese era el motivo oyera voces. Podemos recuperar hechos como los sucedidos en el Auto de Fe 11. A 28 de Julio, 1486. Viernes en la plaza de la seo, predico el Maestro Crespo, sobre el cuarto condenado a la hoguera “García López, mercader, que siendo cristiano hizo ceremonias Judaicas y daba limosna a la cedaza, y tenia horas y Biblia en Hebreo, y nunca se confeso ni comulgo, y no creía que en la ostia consagrada estaba dios, y tenia una mandragula en su cama y cada día ponía en ella cinco sueldos y se iba a misa y cuando querían alzar la ostia se salía de la iglesia, y entraba en su cámara a ver la mandragula y hallaba diez sueldos en ella, y luego la adoraba en el culo cada día, quemaronle en estatua”, o en el Auto 12. A 6 de Agosto, 1486, domingo, predico el Maestro García y salieron penitenciados por herejes “Joan de Santa Clara, por ceremonias y ayunos de Judíos, volver los ojos por no ver alzar en misa, y cuando contrataba con cristiano de naturaleza lo procuraba engañar, y se alegraba y decía a otro confeso, Calle que estos cristianos de natura decaen poco a poco les daremos su ajo. Enviaba a sus hijos a la Judería para que les diesen la bendición, y tenia una mandragula y la adoraba en el culo, y daba limosna a la cedaza. Fue penitenciado”.
La Iglesia cuenta que el Arzobispo Eberhardo murió en el año 1066 debido a un maleficio hecho con esta hierba, y sobre su tumba hay una lápida que hasta hoy mismo es admirada por los turistas donde se relata este hecho. Los concilios, se ocuparon siempre de este asunto y la mayor parte de los procesos de la Inquisición tienen como cuerpo del delito las manipulaciones con Mandrágora. (Dr. KRUMM HELLER, PLANTAS sagradas Pág. 47).
Uno de sus muchos hechizos que podemos encontrarnos en los grimonios; cogiendo la figura con la mano izquierda y haciendo el signo del pentagrama con la mano derecha, se apuntaba hacia ella y se la bautizaba con el nombre de la persona deseada para amar. Luego es cogida y enterraba en el jardín, vertiendo agua, leche y sangre del oficiante mezclada y se decían estas frases: “Sangre y leche sobre mi tumba harán de…… mi eterna esclava”. La planta se dejaba bajo tierra hasta que llegase luna nueva, y desenterrando se volvía a recitar otras palabras: “luna que tan pálida en lo mas alto brillas, concede esta noche tu bendición sagrada a mi oración y mi súplica ritual para que el corazón de….de amor por mí se llene.
Después se dejaba secar la planta, se rizaba periódicamente con incienso y se le recitaban nuevos conjuros, y si la persona a la que iban dedicados los conjuros no se mudaba de casa, el o la elegida caería rendida en sus brazos.
De esta planta introducida en Europa desde el Próximo Oriente, también daba pie a creencias relativas a los poderes en las batalla, creyéndose invencible el que la poseyera, e incluso se creía que la muerte tenia muchas dificultades en derrotar sus poderes.
En el libro “Flore Populair” de Rolland nos hace varias menciones sobre sus poderes como planta que al pisarla produce vértigo y crea una cierta desorientación. Y la más curiosa dice que en las prácticas amatorias para hacerse amar por una dama, había que colocarlo en el libro de los evangelios y dejar que digan misa con él.
También la Mandrágora preparada debidamente por las brujas en sus aquelarres en forma de ungüentos, podía darles la virtud de volar, aunque esta dudosa virtud que sin lugar a dudas nos lleva a una experiencia mas mística que real, la podemos atribuir al consumo de algún tipo de hongo de las denominadas Amanitas, que gracias a sus potentes alcaloides, las llevaría a todo tipo de alucinaciones.
Fueron muchos los que describieron las virtudes curativas y mágicas de la planta. Teofrasto Paracelso la llama Antropomórfosis, Columela, Simili - Homo y Eldal, árbol de cara de hombre y las tradiciones populares, hombrecillo plantado... Un médico francés llamado Laurent Catelan aseguraba que «la mandrágora procede del esperma de un hombre, que en la germinación de esta planta hace el oficio y el efecto del grano», esperma preferentemente "de hombres colgados de la horca o aplastados por las ruedas... licuándose y virtiéndose con la grasa, cayendo gota a gota en tierra (que, sin duda, por la frecuencia de los cadáveres colgados, debe de estar feraz y untuosa como la de un cementerio. (Brau, Jean-Louis: Historia de las drogas, Bruguera, España, 1973), John Gerard hace una breve alusión a la manera de conseguir la planta con la ayuda de un perro. Dioscóides nos habla de ella como planta con virtudes para la preñez en las mujeres. Brau, Jean-Louis: dice sobre ella "adormece el primer día y vuelve loco el segundo". Dante, le asignó un lugar honorable en sus obras y Nicolás Maquiavelo utilizó esta creencia para burlarse de sus contemporáneos en la más extraordinaria de las comedias del Renacimiento llamada precisamente "La Mandrágora". Aunque lo que mas a prevalecido respecto a las cualidades de esta planta son sus virtudes afrodisíacas. Sus preparaciones son varias, he incluso se llego a utilizar de amuleto.
En el Herbariom de Apuleius, dicta así “Para las enfermedades del diablo y la posesión demoníaca, se tomará de la parte del cuerpo de la raíz de la Mandrágora una cantidad de tres peniques y se administrarán a beber con agua caliente, y de esta forma se curarán rápidamente”.
Los Indios Americanos pueden haber utilizado una preparación en polvo de raíz como una insecticida en sus cosechas y semillas empapadas en una decocción para protegerlos de pestes.