La importancia de la luna. Cap.3
La Magia Lunar
Al hablar de magia nos referimos a las energías creadoras que existen en la naturaleza, al poder de la aurora, de los ríos, de los animales y las plantas, la magia es la energía perfecta cíclica y armónica que hace que las cosas sucedan en el universo.
La magia lunar está relacionada con las diferentes fases por las que transita la Luna durante un periodo de 28 días, como una forma de conectarnos con nuestros propios ciclos internos y con los cambios que vivimos diariamente en el mundo. Para dar un uso mágico a los ciclos de la Luna tomaremos en cuenta ocho estadios.
El primero corresponde a la Luna nueva o la Luna obscura, representa el vacío, las posibilidades infinitas que se esconden bajo la tierra fértil antes de que la semilla sea plantada. Este momento de la Luna está relacionado también con el reino de las hadas en el folclore celta ya que ya que se considera un tiempo propicio para sumergirse en la oscuridad de la noche y entrar en contacto con los espíritus de la naturaleza. Los hechizos más comunes en esta fase son los relacionados con la meditación, la contemplación y el autoconocimiento.
El segundo estadio corresponde a la media Luna creciente, representa el inicio de la energía, la semilla que ha sido plantada en la tierra.
El tercer estadio o fase lo llamaremos cuarto creciente, representa las primeras hojas que dan origen a una planta, los hechizos más comunes en esta fase son los relacionados con el crecimiento y la fuerza que nos impulsa hacia nuevos horizontes.
El cuarto estadio es la Luna convexa, representa el momento del capullo o la planeación de aquello que deseamos lograr.
El quinto estadio es la Luna llena, la plenitud de la flor que se abre a la vida, es el mejor momento para la magia, la fuerza, cargarnos de energía y abrirnos al amor, la belleza y la espiritualidad. En este momento se llevan a cabo los rituales de la Diosa.
La sexta fase es la diseminaste representa el fruto que se obtiene después de la floración, es un buen momento para fortalecer los éxitos logrados y metas alcanzadas.
La séptima fase corresponde al último cuarto menguante es el momento de la caída del fruto maduro, nos conecta con la capacidad de soltar y disfrutar de las ganancias pasadas.
El octavo y último estadio o fase es la balsámica, representa la semilla que vuelve a la tierra. Los rituales de renacimiento nos conectan con la última morada del ciclo de la Luna.