La importancia de la luna. Cap.1
A lo largo de los tiempos la Luna ha estado con nosotros. Nace, crece, madura, envejece, muere y vuelve a nacer. La dama de la noche, la señora de las mareas, la Diosa de las estrellas, son algunos nombres con los que identificamos a la hermosa Luna.
Es el satélite natural de la Tierra que se relaciona tan estrechamente con nosotros, como los propios ciclos de la vida. Para algunos la Luna posee una magia, un poder especial, que inspira, renueva y nutre el alma, es la musa de poetas, místicos y amantes. Es el punto celeste que nos recuerda nuestra frágil existencia con sus cambiantes fases.
Datos lunares
Nombre: Luna
Edad: 4,500 millones de años
Distancia de la tierra: 385,000 kilómetros
Diámetro: 3,480 kilómetros
Peso: 73 800 000 000 000 000 000 de toneladas
Densidad: 3.3 g/c3 (60% de la tierra)
Temperatura: de -153 a 103º C
Periodo de transición: 27 días 7 horas 43 minutos
Periodo de rotación: 27 días 7 horas 43 minutos
La Luna y los celtas
El mundo Antiguo está cubierto de magia, mitos y leyendas que nos revelan entre sombras verdades eternas, misterios sagrados que esconde la naturaleza. Uno de los pueblos amantes de la Luna fue la celta. Los celtas conquistaron el mundo antiguo desde el siglo quinto antes de Cristo hasta el segundo de nuestra era, heredando a toda Europa y después a América profundos conocimientos y gran amor por la señora de los cielos, la Luna.
Para los druidas -los magos y sacerdotes celtas- la Luna representaba el aspecto femenino de la naturaleza, la consideraban de forma simbólica, como la madre y esposa co-creadora del universo junto con el Dios padre, el Sol; por lo que la religión de los celtas reverenciaba a la Diosa y el Dios como divinidades complementarias que dieron origen a toda la creación.
Sin embargo en algunos aspectos la Luna cobraría gran importancia en el mundo antiguo al ser la primera forma de que el hombre podía leer el tiempo. Al observar los ciclos de la Luna entendieron los cambios de la naturaleza, los ciclos de la mujer y los momentos de las cosechas, convirtiéndose así en una representación cosmológica de los ciclos de la vida del ser humano.
Los celtas al igual que los nativos norteamericanos y los mayas marcaron su vida con la Luna, elaborando y siguiendo un calendario conformado por trece luna llenas que corresponden a lo que nosotros conocemos como un año solar. Cada Luna llena está asociada con las cosechas, los vientos y los cambios estacionales, presentando así características específicas que permiten diferenciar una lunación de otra. Para los pueblos antiguos, y hoy para los brujos y brujas wicca, cada Luna del año es una celebración que nos invita a reflexionar y a entender nuestro lugar en la Tierra. De acuerdo con las diferentes tradiciones los nombres de las Lunas del año pueden variar, pero han conservado siempre una estrecha relación en su significado.
- Primera: Luna fría
- Segunda: Luna rápida
- Tercera: Luna tormentosa
- Cuarta. Luna ventosa
- Quinta: Luna florida
- Sexta: Luna soleada
- Séptima: Luna bendita
- Octava: Luna del maíz
- Novena: Luna de la cosecha
- Décima: Luna de sangre
- Undécima: Luna de luto
- Duodécima: Luna de las noches largas
- Decimotercera: Luna azul