Guia para pronunciar las invocaciones
Invocar se refiere a pedir mediante ruegos, a suplicar mediante las plegarias, aunque también se emplea para pedir una aparición material del ángel o espíritu. Es el procedimiento más habitual en los rituales esotéricos, en los cuales se exige la presencia de un ángel concreto, para una misión específica.
Un ejemplo:
«Yo (aquí debe citar su nombre) te invoco a ti, Ángel de la Guarda, para mi bien y el bien de toda la Humanidad. Te pido y ordeno que me concedas el privilegio de manifestarte de forma inequívoca para Gloria de Dios y para testimonio de mi fe en los ángeles. Gracias por lo que acabas de concederme».
Como medio de producir resultados prácticos, el Sistema o Método Enóquico posee una gran reputación entre los ocultistas. No obstante, y debido a sus dificultades intrínsecas, los que actualmente intentan practicarlo son sólo una minoría. Las invocaciones enóquicas, su aplicación y su filosofía formaban parte del antiguo sistema de la Aurora Dorada y, al menos hasta cierto punto, estaban integradas en la vasta estructura de las doctrinas cabalísticas enseñadas en dicha organización. En el momento actual sólo conozco una Hermandad que practique en medida importante el Sistema Enóquico: se trata de la Orden de la Piedra Cúbica, que opera en la región de los Midlands ingleses.
Aunque el origen de estas invocaciones sólo puede remontarse con cierto grado de certeza a la época de Dee y Kelly, se cree que el lenguaje enóquico es mucho más antiguo. El análisis de determinadas palabras clave parece sugerir que es anterior al sánscrito. La tradición afirma que se trata de un lenguaje "angélico", empleado en aquella era lejana en que la comunicación con las esferas superiores era mucho más corriente que ahora. Otra escuela de pensamiento afirma que se trata del idioma hablado por los habitantes de la Atlántida.
La invocación que forma parte del Rito de la invisibilidad abarca las dos primeras Invocaciones Enóquicas. Dado que la revelación original fue dictada letra por letra en lugar de hablada, no existe ninguna guía "autorizada" sobre cómo debe pronunciarse.
No obstante, su pronunciación plantea considerables dificultades, especialmente en esas palabras en las que hay varias consonantes seguidas, sin ninguna vocal en medio. Afortunadamente, contamos con la ayuda de la gran cantidad de investigaciones prácticas llevadas a cabo por los miembros de la Aurora Dorada. De sus descubrimientos cabe deducir que la mejor modalidad hablada de este lenguaje consiste en pronunciar por separado todas y cada una de las letras en aquellas palabras en que la ausencia de vocales lo exija.
Una vez comprendidos estos principios y, lo que es más importante, una vez captado el ritmo y "música" de la invocación, las dificultades de pronunciación tienden a desaparecer con bastante rapidez.
La invocación puede hacerse también en español, aunque el efecto no será tan pronunciado. La traducción de las invocaciones pertinentes se da a continuación. Es conveniente estudiarla aunque vaya a emplear el lenguaje enóquico, pues en cualquier operación de magia es conveniente entender lo que se está diciendo en cada momento.
"Reino sobre vosotros, dijo el Dios de la Justicia, exaltado en poder sobre el Firmamento del Odio. Soy Aquel en cuyas manos el Sol es como una espada y la Luna como un fuego que todo lo abrasa; Aquel que midió vuestras ropas con sus vestiduras y os unió como las palmas de sus manos; Aquel cuyo asiento adornó con el fuego de la congregación, que embelleció vuestras vestiduras con admiración, que dictó una ley para que gobernase a los Santos; Aquel que os entregó una vara con el Arca del Conocimiento. Además todos vosotros elevasteis vuestras voces y le jurasteis obediencia y fe a El, que vive y triunfa. Soy Aquel cuyo principio no es fin ni puede serlo. Aquel que resplandece como una llama en medio de vuestro palacio y reina sobre vosotros con el equilibrio de la verdad y la equidad. Moveos, por tanto, y mostraos; abrid los misterios de vuestra Creación, mostraos amistosos conmigo, pues soy siervo del mismo Dios, verdadero admirador del Supremo.
"Que puedan las alas de los vientos comprender tus voces de asombro. Oh, Tú, el Segundo del Primero. Aquel a quien las ardientes llamas han enmarcado dentro de la profundidad de mis fauces, a quien he preparado como si fuese copas para una boda o flores en toda su belleza y esplendor para la cámara de los justos. Vuestros pies son más fuertes que las piedras y vuestras voces más potentes que las de los vientos. Pues os estáis convirtiendo en un edificio como no hay, salvo en la Mente del Todopoderoso, Surgid, dijo el Primero. Mostraos a vuestros siervos. Mostraos con todo vuestro poder y hacedme contemplador de todas las cosas, pues soy de Aquel que vivió para siempre."