La estrella de belén
En la tradición cristiana se dice que cuando nació Jesús, una estrella indicó el camino a los magos de oriente (más adelante conocidos como Reyes Magos) que venían a adorarlo, a esta estrella se le conoce con el nombre de Estrella de Belén y es mencionada en el Nuevo Testamento:
Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del Rey Herodes, unos magos llegaron de Oriente a Jerusalén, preguntando: ‘¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo.
Mateo 2:1
Aunque el Evangelio de Mateo indique que la Estrella de Belén guió el camino de aquellos sabios hasta Belén; ninguna teoría de las muchas que se presentan (una estrella nova, un planeta, un cometa, etc.) ha podido comprobar teológica o astronómicamente la existencia de esta famosa estrella. Incluso hoy en día la Iglesia Católica no logra definir la existencia de la Estrella de Belén, en la Enciclopedia Católica se comenta:
En cualquier caso, la importancia de esta ciudad nunca fue grande; pero los esfuerzos de algunos críticos modernos la han hecho más famosa. Al no poder aceptar como históricos los relatos del nacimiento de Nuestro Señor en Belén de Judá, estos eruditos colocarían la Natividad en Belén de Zabulón, a la que se hace referencia en el Talmud (Megilla, 70,a) como Bethlehem seriyyah, considerada como equivalente a noseryyah, es decir Belén de Nazaret (de Galilea), una combinación ciertamente notable de dos nombres, muy conocida a través de los evangelios…
Lo anterior trae muchos problemas para explicar, tanto la verdadera existencia de una estrella anunciando el nacimiento de Jesús, así como su lugar de nacimiento, más adelante la “Enciclopedia Católica” señala también:
En el Nuevo Testamento, con excepción de Juan 7:42 encontramos referencias a Belén sólo en las narraciones de Mat. 2 y Luc. 2 acerca del nacimiento del Salvador en la ciudad de David, por lo que los cristianos la tienen en gran estima. Sin embargo, muchos críticos modernos están haciendo nuevamente de Belén la “pequeña entre las miles de Judá” (Schmidt, The Prophet of Nazareth, 1905, 246) al atacar el valor histórico de los relatos del evangelio. Algunos ubican el nacimiento de Nuestro Señor en Nazaret, llamada Su patria en los evangelios (Marcos 6:1 y paralelos; cf. 1:9; 1:24, etc.); esto lo hacen casi todos los que niegan la historicidad de la Infancia, esforzándose por explicar nuestros relatos como leyendas surgidas de la tradición judía de que el Mesías debía nacer en Belén, y basadas en el texto de Miqueas 5:2(1) (Cf. Targum; también Juan 7:42; Strauss, Life of Christ, trad. Eliot de la 4ta ed. Alemana, 1840, sect. 32, fin, sect. 39; Usener en “Encyc. Bib.”, III 3346-47; Schmidt, op. cit., 243, 246; Weiss en “Die Schriften des N. T.”, Göttingen, 1906, I, 1, p. 46, 221-223, 393-395). Otros rara vez dan la explicación mencionada.
Algunos estudiosos del tema, al no poder comprobar la existencia de esta estrella, creen que lo que se dice en el Evangelio de Mateo es mera ficción. Entre los principales argumentos está que es el único evangelio del Nuevo Testamento donde se menciona la Estrella de Belén; asimismo, el evangelio de Juan menciona a Galilea como el pueblo de Jesús y en el resto de los evangelios se habla de “Jesús de Nazareth”. Lo anterior hace pensar a los expertos en el tema, que Belén es tan sólo el deseo del escritor del evangelio de Mateo por hacer coincidir la profecía de Miqueas 5:2.
Ahora bien, si tratamos de ubicar algún fenómeno astronómico que explique la aparición o existencia de la estrella de Belén, encontramos lo siguiente:
En 1614, Johannes Kepler (astrónomo alemán) determinó que en el año 7 a.C los planetas Júpiter y Saturno estuvieron en conjunción; además señalo erróneamente que esta conjunción pudo crear una nova que explicaría la supuesta estrella de Belén; sin embargo, los cálculos más actuales indican que en la conjunción señalada por Kepler hubo un hueco entre estos planetas de aproximadamente un grado y que dicho evento no era visualmente sorprendente como para que fuera interpretado como una estrella.
Otra teoría indica que la estrella pudo ser el famoso Cometa Halley visto en el año 12 a.C o bien, cualquier otro cometa o nova visto en China y Korea aproximadamente en el año 5 a.C; sin embargo, dado que este objeto fue visible sólo durante 70 días, no coincide con las teorías donde se sugiere que los magos de oriente llegaron a Belén al menos dos años después del nacimiento de Jesús.
Una última teoría ve en el planeta Urano una posible explicación: este planeta pasó cerca de Saturno en el año 9 a.C y de Venus en el 6 a.C; aunque esto es poco probable, porque un fenómeno de esta naturaleza resulta poco visible desde la tierra.
Aunque los estudiosos del tema, la astronomía, la astrología o la teología, aunque las escrituras mismas estén llenas de contradicciones y no sea posible dar una prueba contundente de la existencia de esta estrella, es innegable que la Estrella de Belén ha sido uno de los iconos más representativos de la Navidad para el tercio de la población mundial que acostumbran celebrarla cada 25 de diciembre.