Genios de la naturaleza en Asturias: El Nuberu
Es uno de los seres míticos más importantes de la tradición Asturiana. Este personaje mitológico es conocido en toda la región Asturiana y se le suele asociar con el agua. Hay constancia de las apariciones del Nuberu prácticamente en casi todos los concejos Asturianos, aunque con más frecuencia en las zonas montañosas.
La tradición popular afirma que el Nuberu bajó a la tierra en diferentes zonas de Asturias: Faro y el Monte Naranco, en Oviedo; Taja, S. Salvador y el Monte de la Magdalena, en Teverga; S. Martín de Luiña y S. Juan de Piñero, en Cudillero; El Fresno, en Grado; El Bao y Saliencia, en Ibias; Celón, en Allande; Aciera, en Quirós; el monte de Moreda, en Llanes; una majada de Cabrales; y la majada de Merguyines, en el Sueve.
El Nuberu es el genio de las tormentas. Es un ser maléfico, que causa grandes destrozos en los campos cuando hace chocar los truenos y descargar trombas de agua y granizo sobre ellos, aunque en ocasiones, se porta bien con quienes le ayudan cuando baja a la tierra. Es casi negro de una fealdad monstruosa, de estatura elevada, anchas espaldas, brazos musculosos y fuerza colosal. Viste traje de pieles, usa grandes barbas, se cubre con un sombrero negro de anchas alas y viaja cabalgando sobre las nubes. Según la leyenda se llama Juan Cabrito, y habita, junto con su mujer y sus hijos en la cumbre de un monte cubierto de niebla, en Egipto.
El Nuberu recibe también los nombres de Nubeiru, en Quirós, Teverga y algunos concejos limítrofes con Galicia; Renubeiru, en Somiedo, Cangas del Narcea e Ibias; y Escolar, en S. Martín de Luiña (Cudillero), Allande, Grandas de Salime y las brañas vaqueiras.
La mejor manera de conjurar contra el Nuberu consiste en hacer sonar las campanas de las iglesias. Según creencia popular recogida en Grandas de Salime, las campanas, al ser tañidas, lanzan este conjuro:
· Detente nube y nublado,
Que Dios puede más que el Diablo.
Detente nube,
Detente tú;
Que Dios puede más que tú.
Esta costumbre de hacer repicar las campanas para alejar al Nuberu viene desde el año 1922. Otra fórmula muy eficaz para alejar al Nuberu, consistía en que este conjuro lo lanzara el cura de la parroquia del pueblo, quién muchas veces tenía que ser sujetado por dos hombres fuertes para que el Nuberu no se lo llevara. Otra costumbre menos frecuente era que el cura lanzara el bonete o un zapato para romper la nube.
Otra forma, era encender velitas benditas o tenebrarias, quemar romero y laurel bendito y repetir varias veces la entonces conocidísima oración de Sta. Bárbara. También se ponía a la puerta de las casas la pala de enformar. Asimismo, daba excelentes resultados colocar el carro al revés, es decir, con las ruedas hacia lo alto. En algunos pueblos del concejo de Ibias, para cruzar la nube, un vecino sacaba el ara de la iglesia y trazaba con ella una cruz en el aire.
La procedencia de este mito podría ser líbica o asiática. ¿Qué en qué nos basamos? La morada de este mito es Egipto, y su existencia en Asturias se debe a la admiración en la parte occidental de Asturias de mercaderes fenicios u orientales, hacia toda la riqueza minera de Asturias.
Leyendas del Nuberu:
Un día se presentó el Nuberu en el concejo de Grado, sobre la parroquia de S. Martín de Ondés, y en cuanto inició la truena, se reunieron los vecinos y comenzaron a decir:
· ¡Probes de nosotros si el cura no echa de aquí al Nuberu!
Y fueron corriendo hacia la casa rectoral. El cura al oír a los vecinos, lanzó varios conxuros; después descalzó un zapato y lo tiró a su huerta diciéndole al Nuberu:
El Nuberu descargó sobre el zapato una pila de pedral que tardó más de quince días en derretirse. Así, el cura estropeó su huerta, pero salvó la cosecha de los vecinos.
· ¿Qué haces ahí Pedro?
Un día fueron unos vecinos de Vidiago, concejo de Llanes, al monte de Moreda al ver el ganado que tenían allí veraneando.
Entre ellos iba con ellos iba un viejo que se llamaba Pedro. Y como no podía caminar tanto como sus compañeros quedose descansando al pie de la fuente de Joyubardal.
Se puso a envolver un cigarrillo, y de pronto apareció el Nuberu dando saltos por el aire y le preguntó al viejo:
· ¿Qué haces ahí, Pedro?
· Voy al monte a ver mi ganado.
Mejor das la vuelta para tu casa, porque de ramas arriba voy a soltar una nube como no se ha visto otra y te mojarás.
Pedro dio la vuelta por su casa, y en cuanto llegó a la arboleda que cubre la falda del monte, el Nuberu descargó una nube muy grande.