El Arcángel Metatrón
Dentro de los casos insólitos que el reino angelical presenta, encontramos el de algunos hombres que al parecer se transformaron en ángeles. Y decimos que son casos insólitos porque hasta ahora hemos aceptado que los ángeles nunca tuvieron cuerpo físico. Pero en el mundo de los ángeles nos encontramos con alguna excepción.
Varias fuentes reconocidas de la tradición cristiana aseguran que el profeta Enoc nunca murió. Como premio a su trabajo como evangelizador habría sido llevado al cielo y transformado en un ángel de fuego llamado Metatrón. Desde entonces continúa su tarea siendo un aplicado escriba.
Según los místicos judíos, Metatron llegó a ocupar el rango mas alto en el escalafón angélico. De allí el significado de su nombre, “El que ocupa el trono vecino al trono divino”. Muchas escuelas herméticas lo reconocen como el Gran Ángel. Incluso llegó a conferírsele el nombre de YHWH Menor (Tetragrammaton), algo así como “El Dios Menor”. Y de la misma manera que a Dios los diferentes pueblos lo reconocieron con diferentes nombre. Metatrón, Yahoel, Yofiel, Surya y Lad.
Hay un hermoso pasaje en el primitivo libro de Enoc, cuando el escriba visitó el cielo antes de su muerte y transformación. En este se describe lo que iba a sucederle tras su muerte. Dice “Entonces el Señor dijo a Miguel:”Ve y despoja a Enoc de sus ropas, úngelo con aceite y vístelo como nosotros” y Miguel hizo lo que se le dijo. Me despojó de mis vestiduras y me friccionó con un aceite maravilloso como el rocío, con la fragancia de la mirra, que relucía como un rayo de sol. Y me miré a mí mismo, y era como uno de los otros (Ángeles); no había ninguna diferencia y todo mi miedo y mi estremecimiento desaparecieron.”.
Metatrón, como su nombre indica es un arcángel especial. Su nombre no termina en “el”, como en otros ángeles. Por ello, en algunos sistemas no se lo cuenta entre los arcángeles. Con frecuencia se lo distingue como príncipe o rey de los ángeles.El posee la vibración mas alta entre los arcángeles. Es el protector del umbral que separa las formas de las no-formas. Mientras que en el puente entro lo divino y lo terreno está Uriel del lado de la materia, Metatrón conforma la cabecera opuesta del puente.
Es el arcángel que se encuenra en la corona del cabalistico árbol de la vida. Vigila el reino de Kether que pertenece al planeta Urano. En legados cristianos apenas existen referencias sobre el, aunque según la cabala es este, sin duda el arcángel de mayor rango. El domina las poderosas fuerzas creativas del Universo.
A Metatrón nos lo podemos imaginar como una figura angelical gigantesca, majestuosa, de grandes dimensiones, rodeada de rayos, truenos y tormentas. Su cara irradia una claridad deslumbrante como el sol, porque el mira directamente al semblante de Dios. Los puntos de luz que de él se desprenden generan legiones de ángeles. Según “La llave de Enoc”, es el creador del electrón y del mundo exterior. Este reino también es descrito como un presente poderoso del YO SOY.
Su energía es sutil, suave, purificadora, es puro amor universal. Se lo asocia con el color blanco anacarado o dorado. Los temas que trata serian el Amor Universal, la conciencia perfecta, abrir puertas de la conciencia, calma, “todo es”, conectarse con la propia divinidad.
Metatrón te recuerda que hay que respetar a la creación en todo aquello que te rodea. También dirige tu atención hacia tu propia fuerza creativa, hacia tu creatividad interior. Esta te es dada como ser humano de la creación. Te invita a unirte a esta fuerza y a pensar en aquello en lo que aún nadie ha pensado, ambicionar cimas que nadie ha alcanzado, a cantar una canción, un tono, que nadie haya cantado aún, realizar movimientos que nadie haya realizado todavía, hacer descubrimientos y emprender caminos que aún nadie ha andado.
Te invita a convertirte en creador conjunto de la vida, a desarrollar facultades desconocidas y a partir hacia nuevos puertos. Crea a partir del amor profundo y de la alegría de crear. Pero al mismo tiempo te advierte que no debes crear nada que pueda causarle daño a otros seres. El lema de Metatrón es: No hay nada que debas hacer. El camino consiste en : SER, HACER, TENER.
Acudir a el cuando:
- Nos sentimos separados de Dios y de la unidad.
- Para la meditación.
- Para conectarse con el amor del corazón y el amor universal.
- Cuando necesitamos claridad.
- Para personas que viven con una concepción del mundo estrecha, que no quieren ver las posibilidades y los milagros, que son muy materiales y están separadas del ser.
- En casos de depresión.
- Para acompañar a los moribundos.
No debemos acudir a el cuando queremos estar activos o cuando tenemos que hablar, ya que la energía de Metatron nos aparta de la vida diaria.
Metatrón Está encargado de apoyar la vida y los actos humanos como puente entre la Divinidad y la humanidad. Podemos buscar su consejo pidiéndole que nos ayude a encontrar la medida apropiada para cada acción que emprendamos en nuestras vidas. A un cierto nivel esto significa ayudamos a encontrar el equilibrio entre lo que damos y lo que guardamos para nosotros mismos. Esto nos permite mantener límites bien definidos, y conservar, por tanto, un claro sentido de nosotros mismos, tan necesario si hemos de tener éxito en llevar a cumplimiento nuestro potencial dentro del mundo de la forma.
Metatrón puede ayudamos a encontrar la medida apropiada en el amor, el trabajo y el recreo, de modo que podamos llevar vidas equilibradas y saludables, ricas en armonía y serenidad. También será un testigo del bien que hagamos, quizá de esos actos de amor o benevolencia no reconocidos por los demás. También puede ayudamos cuando ponemos esfuerzo y trabajo en hacer algo, sea lo que sea: podría ser cualquier cosa, desde tratar de que una relación funcione, perder peso, o abandonar un hábito adictivo o perjudicial, hasta arrojamos por completo a una causa o esfuerzo en equipo.
Podemos orar al Arcángel Metatrón para que guíe nuestros esfuerzos y nos ayude a encontrar la medida correcta para nuestro rendimiento y actividades. Podemos pedir a Metatrón en nuestra meditación que nos asista en saber cuando puede ser ya bastante, o cuándo necesitamos hacer más por nosotros mismos o por los demás.