Como desarrollar la intuición
La intuición te favorece a la hora de tomar decisiones importantes, para ayudar al razonamiento a conseguir mejores y más confiables resultados.
La intuición es la facultad de conocer sin un proceso de pensamiento deliberado. Es una capacidad irracional, puesto que se trata de un conocimiento inmediato, directo y autoevidente, que no requiere de ningún tipo de deducción. Es una función sutil que nos informa del ambiente que rodea a una experiencia o suceso.
Como no procede de un camino racional, los conocimientos intuitivos son difíciles de explicar.
- “¿Por qué decidí elegir esa puerta? No lo sé, fue por intuición”
- “La intuición me llevó a abandonar el coche justo un minuto antes de que explote”.
La intuición, en definitiva, está vinculada a las reacciones repentinas o a sensaciones más que a pensamientos elaborados y abstractos. Es un conocimiento con sentimiento: “Cuando el objeto de la intuición es otra persona, asociamos esta facultad con el corazón, como si este órgano nos informara sobre alguien”, dicen los psicoterapeutas Piero Ferruci y Vivien Reid.
La intuición es conocer con el corazón, por caminos diferentes a los empleados por nuestro cerebro lógico-matemático. La menta analítica fragmenta la información y llega a conclusiones paso a paso. La intuición es sintética, capta la totalidad y alcanza su objetivo de un salto.
¿Por qué desarrollar la intuición? “En nuestra vida cotidiana dice Ferruci y Reid- cuando queremos evaluar una situación, queremos que nuestra intuición nos guíe, especialmente cuando nuestro razonamiento llega a un punto muerto. Pero no es fácil obtenerla a voluntad”.
Agradecemos la intuición cuando tenemos que decidir qué estudios seguir, qué empleo seleccionar, a cuál de los candidatos igualmente cualificados para un trabajo escoger, si decidirnos por una relación apasionada y romántica o por una serena y duradera. Es en la relación con los demás cuando la intuición puede ser más útil y fiable.
Existen una serie de ejercicios sencillos para desarrollar y mejorar nuestra capacidad de intuición:
Concentración: muchos ejercicios de meditación y yoga pueden ayudarte y es probable que ya estés acostumbrado a concentrarte. Si no lo estás, siéntate en una silla de respaldo recto pero cómoda, cierra los ojos, logra una respiración rítmica, cómoda y tranquila y comienza a alternarla con respiraciones profundas. Repite este ejercicio alargándolo hasta poder hacerlo por 5 minutos.
Encontrar la intuición: se trata de reconocer el momento en el que has tenido una intuición, para ello es necesario que estés conciente de lo que observas, de lo que sucede a tu alrededor, y de lo que sientes, sueñas, sospechas… aprender a mirarse a uno mismo para reconocer cuándo estamos teniendo una intuición. Es aprender a escuchar al corazón, qué opina a cada momento, o en momentos cruciales.
Para ejercitar esta parte, aprende a escuchar a tu interior
Estimular la creatividad: Como la intuición y la creatividad están profundamente ligadas, si se desarrolla una también aumenta la otra.
Abrir la mente a pensamientos creativos puede no resultar muy simple para algunos, es momento entonces de probar con las manos, que son las grandes creadoras en la historia de Ser Humano. Aprende alguna destreza manual, o toma clases de baile: cuando el cuerpo se mueve, se mueven cosas dentro de el.
El pensamiento creativo nace de la posibilidad de reconocer diferentes caminos en la resolución de problemas. Es saber que existen más posibilidades, es optar por caminos poco recorridos.
Un ejercicio muy simple de desarrollo de la creatividad es, a partir de una palabra dada desarrollar una serie de palabras afines y que en conjunto formen un grupo de palabras interesante, o atractivo, o con cualquier sentido o inclinación, el que uno tuvo la intención de dar.
Desarrollar una facilidad: escribir, dibujar, bailar, tallar, etc. Mejora la creatividad a otros niveles también.
Practicar la intuición: La práctica de la intuición es diaria, a partir de que crees saber reconocer tus intuiciones, ha llegado el momento de poner tus dotes a prueba. Realiza ejercicios diarios de todo tipo, por ej: si conoces una persona nueva mira en tu interior y trata de evaluar tu intuición sobre ella, anota los resultados para comprobar más adelante si tuviste razón. Es lo mismo con cualquier otra cosa: un negocio, una compra, etc. Practica tu capacidad de intuición con cosas simples y de poca importancia, con las decisiones de allegados, con las personas que te rodean y sus decisiones.
Ponle atención a tus sueños : La mente jamás descansa ni siquiera cuando dormimos. Nuestros abuelos nos enseñaban que “ cuando tengas un problema serio que no puedes resolver échate a dormir ”, y eso resulta muy cierto. Piensa en algún problema que te preocupe, hazte mentalmente diversas preguntas sobre cómo solucionarlo o cómo se desarrollará, antes de acostarte. Cuando te despiertes al día siguiente, intenta recordar si soñaste con esto o si tienes una respuesta clara para el problema que te inquieta. Es muy posible que al abrir los ojos, te encuentres con la solución. Incluso puedes anotar en tu diario personal los sueños mas recurrentes y llamativos que recuerdes.
Visualiza tus problemas : Acostúmbrate a pensar con imágenes sobre la preocupación que te inquiete. Cuando Martín se preguntaba mentalmente sobre si debía quedarse en su trabajo actual, veía en su mente la imagen de la empresa en la que trabajaba que estaba tachada con una letra “ X ”. Preocupado al fin, decidió renunciar e ingresar a otro. Al poco tiempo se enteró por los diarios de que la empresa que dejó se fue a la quiebra y despidieron a todos sus empleados sin sueldos ni remuneraciones.... uno más salvado por su INTUICIÓN....
Presta atención al lenguaje de tu cuerpo : Para aprender a escuchar las señales corporales, concéntrate en tu cuerpo a diario por un par de minutos y trata de pensar en algo o en alguien y percibe qué señales te muestra tu cuerpo. Por ejemplo : Si piensas en el chico qué te gusta... ¿ qué sensación te transmite ? ¿ te da escalofríos ? ¿ te inspira miedo ? ¿ sientes un malestar en el estómago ? o tal vez ¿ te inspira rechazo sin tener porqué ? De acuerdo a lo que sientas debes de actuar. Recuerda que la mente racional no está muchas veces presente en estas experiencias.
Apunta tus pensamientos: Anota todo aquello que parece llegar a tu mente sin más, por poco importante que parezca. Dedica especial atención a las emociones, expresiones artísticas, poéticas o filosóficas.
Aplica la intuición con los demás: Intenta adivinar cómo se sienten los demás observando sus expresiones y su lenguaje corporal. Si tienes confianza con ellos, pregúntales si has acertado.
Recuerda tus sueños: Intenta recordar tus sueños. La intención de recordarlos al irse a dormir, y apuntarlos al despertarse, entrena la memoria. Hazlo en forma despreocupada: no todos los sueños tienen que tener un significado. Trata de distinguir qué sueños merecen una reflexión.
Utiliza los símbolos: Los símbolos son el lenguaje del inconsciente y la intuición es la función que puede comprenderlos. Te conectan con regiones de tu ser a las que el pensamiento discursivo no tiene acceso. Haz que tu inconsciente se infunda de su poder de universalidad.
Visualiza cualidades: Tómate un tiempo para estar un rato en silencio y elige una imagen con la que trabajar. Puede ser una rosa, una cara, un lago en calma. Cierra los ojos, céntrate en tu respiración e introduce la imagen en tu mente. Imagínala con todo el valor simbólico que tu le aportas. Deja que sus cualidades penetren en ti, y siente su efecto antes de recuperar la conciencia completa.
Consulta el ´I Ching´: El libro adivinatorio de la tradición china puede ayudarte a comprender situaciones y tomar decisiones. Para encontrar sentido a sus palabras, deberás ejercitar la intuición. Aunque las respuestas que te dé no sean evidentes, entrarás en esas regiones de la mente donde mora la intuición.