La Angelología
La angelología es una disciplina teológica, mitológica e histórica que se basa en textos religiosos antiguos, obras de arte y observaciones contemporáneas acerca de los ángeles y su papel en el mundo visible e invisible. Es la rama de la teología que intenta explicar el origen y cualidades de los seres espirituales que la tradición judeo-cristiana llama ángeles. Además de abarcar la naturaleza de estos seres, se encarga también del número, clasificación y nombres de los mismos en lo que hoy conocemos como jerarquía angelical creada por Pseudo Dionisio en el siglo VI de nuestra era y que comprende los 9 coros angelicales divididos en tres triadas.
La angelología estudia también el carácter, misión y morada de los ángeles. Los Ángeles no son propiedad de nada ni de nadie. Son seres mágicos con una gran misión: ayudar a la humanidad y, por supuesto, al ser humano. Todo ser humano tiene a su lado un Ángel que está esperando comunicar con nosotros para ayudarnos en nuestra evolución durante el camino de nuestro destino. Un destino que, en muchas ocasiones, no conocemos. Los miedos, las dudas y, sobre todo, la opinión de otras personas, bien sean amigos o familia que, con su buena intención, en muchas ocasiones nos impiden ver la realidad de nuestra vida y nuestra razón de ser.
Los Ángeles van a ayudarnos a conocer nuestro interior, esa parte que está dentro de nosotros que es la que tiene la información de nuestro destino, esa parte divina que todos tenemos y que no vivimos con ella. Por ello, el contacto con nuestros Ángeles nos ayudará a entrar dentro de nosotros, a conocer nuestra alma, a conocernos a nosotros mismos y disfrutar de nuestra parte divina y poder comunicar con la divinidad de la propia fuente. Como criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales. Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su gloria da testimonio de ello.
Según las tres principales religiones monoteístas, los ángeles además actúan como mensajeros, ejecutando los juicios de Dios y sirviendo a los creyentes. Desde este punto de vista, los ángeles son normalmente considerados como criaturas de gran pureza destinadas en muchos casos a la protección de los seres humanos. En este sentido, en el cristianismo, se habla del ángel de la guarda o custodio, que sería aquel que Dios tiene señalado a cada persona para protegerla.
Para los cristianos los ángeles son seres etéreos e inmortales al servicio de Dios, existen precisamente para glorificarlo y ser sus mensajeros; son además el principal nexo entre Dios y el ser humano de quien siempre cuidan, protegen y velan por su salvación. La palabra ángel procede del latín angelus que significa enviado, nuncio o mensajero. De ahí que sean considerados los mensajeros de Dios y principales cuidadores de los humanos.
Los ángeles han estado presentes en muchas religiones a lo largo de la historia humana, existen incluso referencias de ángeles en la antigua civilización egipcia, y se piensa que la función de algunas deidades egipcias estaba más relacionada con la función de un ángel que con la de un dios mismo. Se dice que los ángeles no tienen forma ni sexo; sin embargo, ya desde la antigua Mesopotamia eran representados con forma humana y alas, con vestiduras ligeras y pies desnudos, se dice que son seres excepcionalmente bellos y en la religión cristiana suelen representarse con armaduras y espadas. Por su perfección, los ángeles no tienen la oportunidad de equivocarse, arrepentirse y de ser perdonados.
Cuando un espíritu entra en un cuarto uno experimenta un escalofrío, como si se hubiese dejado una puerta abierta, y cuando el espíritu nos toca sentimos un frío polar. Todas estas son características de los fantasmas. Pero los ángeles son diferentes, nadie que haya visto un ángel lo confunde con un fantasma. Los ángeles son notablemente cálidos y quienes los han visto se refieren a ellos con reverencia y describen su luz iridiscente y brillante, de colores intensos o su cegadora blancura. Pueden presentarse como un pensamiento que asalta a nuestra mente, como una sensación o como voces sin cuerpo.
También como visiones, sueños o adoptando la forma de animales, luces en el agua, y también personas que jamás volveremos a encontrar. La persona que los ve se llena de alegría y felicidad, ya que nos transmiten un mensaje de no temer, de ayuda o de esperanza. Son mensajeros de la divinidad y emanan serenidad y las personas que han recibido su visita han tenido la sensación de haber sido rozadas por alas silenciosas. La persona que se encuentra con un ángel nunca vuelve a ser la que era antes de ese encuentro. Los ángeles suelen aparecer con más frecuencia a los niños, santos e inocentes, que tal vez tengan una percepción más clara que la nuestra.
Un conocimiento que hasta el siglo pasado estaba sólo restringido a los círculos esotéricos secretos, ha revelado que según la cábala hebrea, existen 72 atributos o cualidades que rodean a Dios y que están a disposición de los hombres para atender sus necesidades evolutivas. Son los 72 ángeles o genios, cada uno de los cuales tienen un nombre ritual, y según la cábala se relaciona con una energía zodiacal determinada y debe ser invocado en estrictos horarios planetarios.
A cada ángel se le atribuye también una invocación determinada, que es un salmo del Antiguo Testamento, haciéndose presente en forma inmediata ante este llamado.