Un nuevo signo zodiacal
No te confundas, todo sigue igual. La existencia de otra constelación no cambia nada el horóscopo. Uno de los argumentos favoritos de los adversarios y enemigos de la Astrología es el llamado fenómeno de la “Precesión de los Equinoccios” y acusan a la Astrología de ser fraudulenta al hablar de “estamos en Aries” cuando el Sol está en otro signo.
Todo comenzaba con las declaraciones de Parke Kunkle, de la Minnesota Planetarium Society. Recogidas por un periódico local estadounidense, las declaraciones de Kunkle corrieron como la pólvora y con todo el devastador poder y viral que sólo tiene la Red.
Como una gran bola de nieve, Ofiuco saltaba de ordenador a de ordenador y de página web a página web, abriendo un montón de preguntas: ¿esto de Ofiuco qué es? ¿me afecta este 'nuevo' signo? ¿es para todo el mundo o es para los que nazcan a partir de ahora?...
La verdad es que Ofiuco está lejos de ser ninguna novedad. La Unión Astronómica Internacional fijó su posición como constelación en la línea zodiacal a partir de 1930 y se conoce su existencia desde tiempo inmemorial.
Los astrólogos tienen muy claro que que Ofiuco no va a suponer ningún cambio en el horóscopo. Así lo afirma Adela Ferrer, astróloga valenciana. "La constelación de Ofiuco no es algo nuevo y de ella ya hablaba Ptolomeo en el primer manual de astrología de la historia. Las constelaciones zodiacales son aquellas que se sitúan en la eclíptica (la línea curva por donde 'transcurre' el Sol alrededor de la Tierra), y entre ellas no está la de Ofiuco", afirma Adela Ferrer.
También es de la misma opinión el astrólogo Mauro Dirytto. "Ofiuco no va a cambiar nada. No va a haber un signo nuevo porque no existe", afirma.
Con lo que tranquilidad, que nadie va a dejar de ser de su signo...
La Precesión de los Equinoccios
¡La Precesión de los Equinoccios no es nada nuevo y se conoce desde la época de Ptolomeo hace muchos siglos! Lo que mucha gente ignora es que la Astrología no toma como referencia las constelaciones que en un enorme espacio están moviéndose y variando constantemente.
La Astrología utiliza como un marco de referencia el punto más importante que es la intersección del paso aparente del Sol con el Ecuador Celestial, o sea, los dos puntos que marcan el cambio de estación para el planeta. El segmento de 30 grados que sigue al Equinoccio vernal de marzo es Aries, y el que le sigue es Tauro y así sucesivamente. Esos son los elementos que se toman en todo momento.
Un nuevo signo zodiacal en el horizonte
Por ejemplo, ahora estamos en Capricornio pero el Sol, debido a lo anterior se encuentra en un espacio relacionado con Sagitario, próximo al signo siguiente. ¿Quiere esto decir que una persona de Capricornio ahora es Sagitario o viceversa? Nada de eso ya que se está tomando como referencia los grados siguientes al Punto Vernal del Equinoccio que se inicia en la Constelación de Aries en marzo.
Los astrólogos profesionales emplean los signos zodiacales como referencias útiles relativas y sitúan al Sol y a los planetas o un punto determinado de la Carta Natal en relación con los equinoccios y no con las constelaciones con las cuales no tienen nada en común sino solamente los nombres. Esto es lo que siempre se ha venido haciendo y como punto de referencia, más cómodo, se alude al nombre de una constelación que indica los grados después del Equinoccio.
Es lo mismo que sucede con los signos cúspides, cuando un día cambia el signo y según la hora, una persona puede ser de uno u otro, pero se toma un día como referencia pues sería punto menos que imposible o poco práctico hacer un horóscopo que dijera para los nacidos en cada punto de la tierra, a cada hora y minuto del día del año. Para ese cálculo exacto se hace la Carta Natal.
Esto, sin embargo, no lo manejan quienes utilizan de forma irresponsable la palabra “astrología o astrólogos” sin serlo, o quienes desconocen el movimiento de la esfera celeste y no están capacitados para explicar estos fenómenos.
En pocas palabras, la precesión de los equinoccios es el cambio lento y gradual en la orientación del eje de rotación de la Tierra y en Astrología el conjunto de los doce signos o Eras, de ahí que cada Era dura aproximadamente unos dos mil años.
Estamos actualmente en la primera fase de la Era de Acuario. Aún estamos recibiendo impactos de la de Piscis pues las Eras no cambian de un día a otro sino gradualmente, como el amanecer, de forma paulatina. Podríamos decir que ahora tenemos un 30 o 40 por ciento más o menos ya dentro de Acuario y el resto, el 70 o 60 por ciento de Piscis se va terminando.
Este cambio de dirección es debido a la torsión ejercida por las fuerzas de marea de la Luna y el Sol sobre la protuberancia ecuatorial de la Tierra. Este fenómeno ya era conocido, al menos en parte, por los antiguos sabios de la India, existen indicios también de que el astrónomo Babilonio Cidenas hubiese advertido este desplazamiento ya en el año 340 AC. No se trata de nada “nuevo” ni un descubrimiento extraordinario”.
La existencia de otras constelaciones no es nada nuevo
La Astrología clásica hace sus cálculos basadas en los signos que sirven de referencia a los que corresponden a los 30 grados de la intersección de la eclíptica. Así lo ha hecho siempre y así lo hará, por lo que eres Aries, o Tauro, o Capricornio no te preocupes, nada ha cambiado en ese sentido, recuerda que se está tomando como base los grados posteriores al Equinoccio.
Por tanto, la existencia de cualquier otra constelación no es nada nuevo, en este caso Ophiucus, o cualquiera de las 88 constelaciones modernas, y una de las 48 listadas por el matemático y filósofo griego Ptolomeo hace más de 2000 años. Esta constelación puede verse en ambos hemisferios entre los meses de abril a octubre por estar situada sobre el ecuador celeste y no cambia nada el horóscopo, pues los signos no se guían por las constelaciones sino por los grados de la eclíptica.