S. y mitología de los signos del zodiaco: Capricornio
El signo es representado por un Chivo. El símbolo representa a un chivo primitivo con cuernos retorcidos y cola de pescado rizada. El mito babilónico lo identifica con el mounstro Kusarikku, que aterrorizaba con su doble figura de carnero y pez.
También a la transformación del dios Pan, (cuya madre le abandonó a causa de su fealdad) en cabra o pez antropomórficos tras su inmersión en el Nilo. En la Edad Media se transformaría en el macho cabrío tan utilizado por los cristianos para representar al demonio.
En Grecia se identificó con Cronos ( Saturno para los romanos), hijo de Urano (el cielo) y de Gea ( la tierra). Urano odiaba a sus hijos y los encerró en el Tártaro (el centro de la tierra) y Cronos se rebeló contra su padre cortándole los genitales con una hoz, echándolos al mar y liberando así a sus hermanos.
El mito representa el décimo trabajo de Hércules que consistía en descender al Infierno para liberar a Prometeo que se encontraba allí por haber robado el fuego del cielo.
Pan es hijo de Hermes (mensajero de los dioses) y de Dríope, la Ninfa Énoe o incluso de Penélope, la esposa de Odiseo. En ésta última filiación también se le identifica como hijo de Penélope y de la simiente conjunta de todos los pretendientes de Ítaca, sus amantes. Al nacer tenía un aspecto tan monstruoso que su madre lo rechazó, pero Hermes, su padre, lo llevó al Olimpo para que alegrase a los dioses. En otros casos se le llama Egipán, hermano de leche de Zeus y honrado por ello. Sería en éste caso hijo de Aix o de Amaltea o de Crono y Rea y habría convivido con el dios en el Ida cuando entró en combate con los Titanes, siendo quien encontraría la caracola con la que Zeus espantó a los titanes gracias al eco llamado pánico. Por ello se le catasterizaría con cola de pescado. Aún otros dicen que es hijo de Zeus e Hibris, el desenfreno.
Padre de Croto,tenía una intensa vida sexual que le llevó a tener diversos amoríos con las Ninfas y con la totalidad de las Ménades. Cuando Pitis intentó evitarlo convirtiéndose en Abeto, Pan tomó una guirnalda hecha con sus ramas y la convirtió en uno de sus atributos. En otra ocasión Siringe se convirtió en caña al lado del río Ladón y con ella hizo su siringa, que después pretendió haber inventado Hermes. Fue él quien enseñó a Apolo el arte de la predicción.En el enfrentamiento contra Tifón Pan se zambulló en el río intentando transformarse en pez para escapar de él. Sólo lo consiguió a medias y cuando volvió Tifón ya había desmembrado a Zeus. Entonces emitió su grito que incitaba al pánico y Tifón huyó. Mas tarde, con Hermes, recuperó los tendones del dios que guardaba Delfine. Al llegar junto a ella Pan emitió su grito y Hermes aprovechó para robar los tendones. Como agradecimiento se le llevó al firmamento con cola de pez recordando su fallida pero oportuna transformación.
Todos los manuales de Astrología citan al signo de Capricornio de forma dual, Capricornio/Cabra, lo cual le da un significado emblemático que se conserva aún intacto; por ejemplo, para los antiguos hebreos la Cabra personificaba a la culpa que era necesario expiar y anegar por medio de una ofrenda universal, de un chivo expiatorio que debería ser sacrificado para redimir a toda la humanidad.
En la selección de animales del arte popular, se le asigna a la Cabra el puesto número dieciséis; su pictograma aparece entre la figura del Unicornio y la figura del Buey. Esto es importante constatarlo, puesto que en el simbolismo animal, el orden en el que estos aparecen, indica una cierta jerarquía y correspondencia cuyo significado nos lleva a la más plena comprensión de los distintos sistemas de agrupaciones zoológicas.
En las carrozas simbólicas que describen procesiones de animales, aparece la Cabra entre el Jabalí y el Cisne, lo cual significa la neutralización de una energía no racionalizada, ni sometida a voluntad o mandato algunos, que estaría representada por el Jabalí, y la captación de la profundidad de los instintos, que detentaría la hermosa figura del Cisne.
La significación emanada de aquellas figuras, de aquella fauna fabulosa, que se encuentra en las marcas de papel, tan frecuentes por todo Occidente a partir del siglo XIII, nos remite a un origen onírico, simbólico y hasta místico. Prestigiosos psicólogos de nuestra época, por ejemplo Jung, han estudiado tales hechos y sus connotaciones; de esta manera interpretan la representación de los diversos y numerosos animales como un simbolismo del instinto de fuerza y de grandeza, de poder y de gloria que se encontraría en el estrato del inconsciente: cuanto más primitividad existiere en el animal, más profundo será el estrato del inconsciente.
Parece ser que en el planisferio esotérico, el signo de Capricornio es un primer principio articulatorio y representativo de la servidumbre material, y representaría, no obstante, la regeneración y el renacer; la llamada piedra de Onice sería la piedra mística de esta constelación de Capricornio.
Se trata de la figura mitológica de Amaltea, mitad cabra, mitad pez, que cuidó a Zeus cuando éste era pequeño y protegerlo de su padre Cronos, que devoraba a sus hijos. Cuando Zeus luchó contra los Titanes, se fabricó una armadura con su piel que, más tarde, se convirtió en la Égida, el escudo de Zeus forjado por Hefesto, dios del fuego. Este escudo pasó a manos de Apolo, dios del sol, y luego a Atenea, diosa de la guerra.
Según algunos, Amaltea era una ninfa de la Arcadia; para otros, una ninfa con forma de cabra. Amaltea y su hija Adrastea criaron a Zeus con miel y leche. Amaltea tenía admirables cuernos que le crecían y derramaban néctar y ambrosia, y cuando uno de ellos se quebró, lo llenaron de frutos para ofrecerlo a Zeus. Es el famoso cuerno de Amaltea, símbolo de abundancia y dicha. A partir de ese suceso, Zeus la colocó en una de las constelaciones del cielo.
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